Nacionalismo/Criollismo
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Re: Nacionalismo/Criollismo
Yo creo que el mal que dice Zulu viene de la isla... y no la isla presidencial del Chiguire Bipolar
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"Basta de tanta habladera de paja!, FUERZA NACIONAL al poder"
ATENCION No soy oficial de la FANB, ni enlace, ni esta es una pagina oficial de la FANB. Tampoco soy gestor para tramites de la FANB toda la informacion es publica y esta en el foro
Re: Nacionalismo/Criollismo
Justo eso es lo que hay que hacer. Rajarle el pescueso a la puta comunista. Asesinarla.
Y despues de lo de ayer, la sodomizamos y la mutilamos.
flint- Primer Teniente
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Re: Nacionalismo/Criollismo
TEORÍA DEL NACIONALISMO LIBERAL
Introducción.
El problema del nacionalismo y la existencia de naciones produce, con carácter general, un gran desconcierto entre los pensadores liberales de hoy en día. Por un lado, se reconoce que el nacionalismo ha jugado un saludable papel protagonista, propiciando la caída de los regímenes comunistas del Este de Europa, y oponiéndose en muchas ocasiones históricas al estatismo intervencionista y centralizador. Además, importantes líderes liberales europeos han defendido recientemente el papel de la Nación como insustituible elemento equilibrador frente a las tendencias intervencionistas y centralizadoras que, por ejemplo, se están haciendo evidentes en el proceso de unificación europea. Finalmente, se observa en muchas circunstancias concretas cómo la descentralización nacionalista pone en funcionamiento un proceso espontáneo de competencia para reducir las medidas de regulación e intervencionismo que, en su mayor parte, tienen su origen en los órganos centrales de poder estatal (2).
Sin embargo, por otro lado, no deja de reconocerse que el nacionalismo ha tenido, en muchas ocasiones, importantes consecuencias contrarias a la libertad de los seres humanos. Así, sin ser preciso remontarse a la tragedia que supuso el auge del nacional socialismo en Alemania e Italia durante la primera mitad de este siglo, es fácil recordar la tragedia de la guerra que se desarrolla entre las naciones de la antigua Yugoslavia o, por ejemplo, el atropello a la libertad de elección de muchos ciudadanos que, en materia educativa, está realizando el actual gobierno de Cataluña.
Parece, por tanto, evidente que es preciso desarrollar una teoría sobre el nacionalismo que permita explicar estos problemas y haga posible que los liberales tomen una posición coherente respecto a la problemática que plantea el concepto de nación, el nacionalismo y la relación entre las diferentes naciones.
1. Concepto y características de la nación.
La nación puede definirse como un subconjunto de la sociedad civil. Es un orden espontáneo y vivo de interacciones humanas, que está constituido por una determinada serie de comportamientos pautados de naturaleza lingüística, cultural, histórica, religiosa y, con mucha menos importancia, racial. De entre todos los hábitos de comportamiento que constituyen la esencia nacional destaca, sobre todo, la lengua o idioma que comparten los miembros del grupo nacional y que constituye una de las muestras de identidad nacional más importantes.
La esencia del concepto de nación que acabamos de describir engarza perfectamente con la teoría sobre el origen, naturaleza y desarrollo de las instituciones sociales que debemos a la Escuela Austriaca de Economía (3). En efecto, la Escuela Austriaca explica el surgimiento evolutivo y espontáneo de las instituciones sociales (éticas, morales, económicas y lingüísticas) como resultado de un proceso descentralizado de interacciones humanas, liderado por aquellos hombres que en cada circunstancia histórica gozan de más perspicacia empresarial a la hora de descubrir los comportamientos más adecuados para conseguir sus particulares objetivos. Estos comportamientos que se experimentan en un proceso social de prueba y error, a través de los mecanismos sociales de aprendizaje e imitación se van extendiendo a lo largo del cuerpo social. Significa ello que las instituciones sociales se encuentran en un proceso constante de evolución y que, en el caso concreto de la nación, y de todas las manifestaciones lingüísticas y culturales que la constituyen, estás se encuentran en constante cambio, solapamiento y competencia con otros órdenes nacionales que también, de manera continua, surgen, crecen, se desarrollan y, eventualmente, pueden llegar a estancarse o incluso a desaparecer siendo englobadas por otras nacionalidades y lenguas más avanzadas, ricas o amplias. En suma, las naciones no son sino realidades sociales evolutivas, básicamente unidas por una lengua común y otras características históricas o culturales, que surgen de manera espontánea y selectiva, y que constantemente compiten en un “mercado” mucho más amplio (de ámbito mundial) de naciones, sin que pueda llegar a saberse a priori cuál será el destino histórico de cada nación, ni mucho menos qué naciones concretas habrán de preponderar o subsistir en el futuro (4).
Es importante reconocer las íntimas relaciones que existen entre las instituciones jurídicas, económicas y el subconjunto de la sociedad civil que hemos denominado nación. En efecto, la sociedad no es sino un complejísimo proceso de interacciones humanas, que básicamente son relaciones de intercambio que los seres humanos efectúan utilizando un lenguaje o idioma muchas veces común, que constituye el substrato básico de toda nación. Además, las interacciones humanas se efectúan de acuerdo con unas normas, reglas o hábitos de conducta, que constituyen no sólo el derecho en su sentido material, sino toda una constelación de comportamientos pautados de tipo moral, normas de educación, de cortesía, de hábitos en el vestir, de creencias, etc., que en última instancia se constituyen y se engloban en el concepto de nación. Aquellos grupos sociales que adoptan unos comportamientos pautados más adecuados a la consecución de los objetivos que persiguen preponderan sobre los demás a través de un proceso selectivo y espontáneo que se encuentra en constante cambio y evolución. El ser humano carece de la información necesaria como para diseñar conscientemente estos complejos procesos sociales, pues los mismos incorporan un enorme volumen de información y conocimientos prácticos constituido por el que continuamente están aprendiendo y descubriendo los seres humanos que actúan en la sociedad. Por ello, la utilización de la coacción o violencia física para imponer determinados comportamientos pautados de tipo nacional está condenada al fracaso, precisamente por las mismas razones que hacen imposible desde el punto de vista teórico que mediante mandatos coactivos se pueda coordinar la vida en sociedad. Es decir, el teorema de la imposibilidad del socialismo descubierto por los teóricos de la Escuela Austriaca (Mises y Hayek) es plenamente aplicable al objetivo de forzar o imponer por la violencia un determinado resultado del proceso social en el campo de las nacionalidades.
La anterior explicación, junto con el carácter constantemente dinámico de la realidad nacional, impide que se pueda aceptar el principio de que a cada nación deba corresponder un Estado político con unas fronteras fijas y determinadas. En efecto, si entendemos la nación como un subconjunto de la sociedad civil en continua evolución y experimentación, es evidente que siempre existirá un volumen importante de seres humanos en proceso de experimentación nacional, es decir, más o menos influidos por distintos comportamientos nacionales, sin que pueda conocerse si en última instancia terminarán siendo absorbidos por la cultura e idioma de una nación, por la de otra, o si terminarán constituyendo una nueva. Sabemos que las naciones se encuentran en constante competencia, cambio, evolución y solapamiento, lo que impide que, desde la concepción de la nacionalidad como una realidad histórica de carácter dinámico, pueda la misma atarse a un determinado espacio geográfico de una manera rígida y congelada. Todo intento de fijar violentamente dentro de unas fronteras preestablecidas a una realidad tan cambiante y social como es la de la nación tan sólo generará irresolubles conflictos y guerras, de gran coste humano y social que, en última instancia, pondrán en peligro la propia existencia de la realidad nacional. Por el contrario, las nacionalidades entendidas como subconjuntos de la sociedad civil sólo pueden tener garantías de pervivencia en un proceso competitivo inter-nacional desarrollado en un entorno de libertad cuyos principios reguladores esenciales analizamos en el apartado siguiente.
2. Principios esenciales del nacionalismo liberal.
Son tres los principios esenciales que han de regir la relación sana, pacífica y armoniosa entre las diferentes naciones: el principio de autodeterminación, el principio de completa libertad de comercio entre las naciones, y el principio de libertad de emigración e inmigración. Analizaremos a continuación cada uno de estos principios.
El principio de autodeterminación significa que cada grupo nacional ha de tener, en todo momento, la posibilidad de decidir libremente en qué Estado político quiere encuadrarse. O, dicho de otra forma, que cada subconjunto de la sociedad civil ha de tener la libertad para decidir a qué grupo político pertenecer. Así, es posible que una misma nación se encuentre, en función de la voluntad libremente expresada de sus miembros, dispersa en varios Estados. Esto es lo que sucede, por ejemplo, en relación con la nación anglosajona, quizá la más avanzada, viva y fructífera en los momentos históricos actuales, y que se encuentra dispersa en distintos Estados políticos, dentro de los cuales los Estados Unidos de América y el Reino Unido son, sin duda, los más importantes. También cabe mencionar el ejemplo de la nación de lengua alemana, cuyos más de cien millones de miembros se encuentran distribuidos a lo largo de tres Estados importantes de Europa, la Alemania Federal, Austria y parte de Suiza.
También es posible que distintas naciones decidan componer un mismo Estado. Así, Suiza incorpora a una serie de cantones que pertenecen a tres naciones distintas, la alemana, francesa e italiana. Igualmente, en el caso de España cabría considerar la existencia de al menos tres grupos nacionales, el castellano, el catalán y el vasco (5).
En relación con el principio de autodeterminación es preciso realizar, no obstante, dos matizaciones. En primer lugar, que la decisión de formar o no parte de un determinado Estado político no tiene que ser forzosamente una decisión de tipo explícito (aunque tampoco se descarte que en determinadas circunstancias históricas, por vía de referéndum, se decida una secesión, como recientemente ha ocurrido en relación con las naciones checa y eslovaca). En muchas ocasiones, la determinación de formar parte de un determinado Estado se manifiesta de manera consuetudinaria, es decir, por la voluntad implícita históricamente mantenida por la mayoría de los miembros de una determinada nación de formar parte y vivir dentro de un Estado específico. La segunda observación es que el principio de autodeterminación no se refiere exclusivamente a la posibilidad de que, de acuerdo con el criterio mayoritario, los seres humanos que residan en un determinado entorno geográfico deban decidir si quieren estar o no en un determinado Estado en función de su adscripción nacional, sino que tal principio ha de aplicarse con carácter general en todos los niveles y para todos los subconjuntos de la sociedad civil, se encuentren o no los mismos ligados por un nexo de tipo nacional. Significa ello que es perfectamente compatible con el principio de autodeterminación la existencia de naciones que libremente decidan dispersarse en distintos Estados y, por otro lado, que debe aceptarse también que dentro de una misma nación y dentro de un mismo Estado, grupos minoritarios decidan secesionarse, separarse o incorporarse a otro Estado en función de sus particulares intereses. Por tanto, ha de evitarse que un determinado grupo nacional, que haya decidido secesionarse de un Estado en el que se encontraba en minoría, utilice igualmente la coacción sistemática que antes sufría para sojuzgar a otros grupos nacionales minoritarios que se encuentren dentro de su propio seno.
El segundo principio esencial que ha de regir la relación entre las distintas naciones es el de la completa libertad de comercio entre las mismas. En efecto, si las naciones se empeñan en fijar fronteras geográficas específicas que las separen estableciendo dificultades a la libertad de comercio y medidas de tipo proteccionista entonces, inevitablemente, surgirá, en mayor o menor medida, la necesidad de organizar su economía y sociedad en base al principio de la autarquía. La autarquía no es viable desde el punto de vista económico porque hoy en día, con el alto grado de desarrollo de la división internacional del trabajo, ninguna zona geográfica dispone de la totalidad de los recursos necesarios para mantener una economía moderna, por lo que una nación proteccionista se vería abocada continuamente a forzar la expansión de sus fronteras con la finalidad de ganar más recursos económicos, materiales y humanos. Significa ello que el proteccionismo en el campo nacional genera inevitablemente la lógica del conflicto y la guerra, que se justifican con la finalidad de expandir las fronteras y ganar más mercados y recursos productivos. Por tanto, el proteccionismo nacional, en última instancia, destruye y sacrifica las propias realidades nacionales en una inevitable guerra de todas las naciones contra todas las naciones. Es fácil comprender que los grandes conflictos bélicos han tenido siempre su origen en el nacionalismo proteccionista y que, por otro lado, los conflictos nacionales que hoy conocemos (Yugoslavia, Oriente Medio, etc.) desaparecerían en un entorno en el que existiera un mercado común con completa libertad de comercio entre todas las naciones implicadas.
En relación con este principio hay que tener en cuenta la siguiente ley económica. A igualdad de circunstancias, conforme una nación se encuentre adscrita a un Estado político más pequeño, mucho más difícil le será imponer el proteccionismo centralista generador de conflicto bélicos y más se verá forzada a aceptar la libertad de comercio. Esto es así porque conforme más pequeño sea el Estado en cuestión, más sentirán sus habitantes la imposibilidad de acceder a mercados y recursos del extranjero si es que no existe una completa libertad de comercio. Y al contrario, conforme mayor sea geográfica y humanamente la organización estatal, más fácilmente se podrá organizar su economía desde el punto de vista autárquico sin que los ciudadanos sean capaces de identificar todo aquello que pierden por no existir libertad de comercio. Esta importante ley económica es, sin duda alguna, un argumento prima facie a favor de la descentralización y la localización política de las naciones en unidades administrativas cuanto más pequeñas mejor (6).
La libertad de comercio no es suficiente sin que exista una paralela y completa libertad de emigración e inmigración. Si no existe la libertad para emigrar e inmigrar, se pueden mantener de manera continuada importantes disparidades de renta entre unos grupos sociales y otros, que tienen su origen en la existencia de un monopolio proteccionista en el mercado de trabajo (constituido, precisamente, por las fronteras y regulaciones que impiden la libertad de inmigración), todo lo cual, en última instancia, puede dar lugar a importantes trastornos y violencias entre unos grupos sociales y otros. Ahora bien, la libertad de emigración e inmigración debe estar, a su vez, sometida a una serie de reglas y principios que impidan que la misma sea utilizada con fines coactivos e intervencionistas contrarios a la libre interacción entre las naciones. Así, la inmigración no debe estar subvencionada por el “Estado del Bienestar”. Aquéllos que inmigren deben hacerlo a su propio riesgo. Si esto no es así, las transferencias forzadas de renta de determinados grupos sociales a otros atraerán como un imán una inmigración artificial que, no sólo abortará los procesos redistributivos sino que, además, dará lugar a importantes conflictos sociales. Se entiende perfectamente la gran amenaza que la inmigración constituye para el “Estado del Bienestar”, y que éste sea el principal responsable del levantamiento de muros a la inmigración en los tiempos modernos. La única solución para la cooperación pacífica de las naciones consiste, por tanto, en desmantelar el “Estado del Bienestar” y establecer una completa libertad de inmigración (7).
En segundo lugar, la libertad de emigración no ha de implicar, en ningún caso, la rápida concesión de voto político a los emigrantes, con la finalidad de evitar la explotación política por parte de las nacionalidades implicadas en los correspondientes flujos de emigración. Aquéllos que emigren han de ser conscientes de que lo hacen trasladándose a un nuevo entorno cultural, en el que presumiblemente mejorarán sus condiciones de vida, pero sin que ello les dé derecho a utilizar los mecanismos de la coacción política (plasmados mediante el voto democrático) para intervenir y modificar los procesos espontáneos de los mercados nacionales a los que llegan. Solamente cuando, después de un dilatado período de tiempo, ya se considere que han absorbido plenamente los principios culturales de la sociedad receptora, se podrá considerar la concesión del correspondiente derecho político al voto (.
En tercer lugar, los emigrantes o inmigrantes han de poder demostrar que acceden al grupo social que les recibe con la finalidad de aportar su capacidad laboral, técnica o empresarial. Es decir, que van a contar con medios de vida independiente, de manera que no sean una carga para la beneficencia y puedan, como principio general, mantenerse por sí mismos.
Y en cuarto y último lugar, y éste es el principio más importante que ha de regular la emigración, los emigrantes han de respetar escrupulosamente, en general, el derecho material (especialmente penal) del grupo social que les reciba y, en particular, el derecho de propiedad privada vigente en la sociedad a la que lleguen. De esta manera, se evitarán los fenómenos de ocupación masiva (como, por ejemplo, el de las favelas en Brasil, que se han construido siempre sobre terrenos de propiedad ajena). Y es que los problemas más visibles a que da lugar la inmigración suelen tener su origen en que no hay, con carácter preexistente, una clara definición y/o defensa de los derechos de propiedad implicados, por lo que aquéllos que llegan causan inevitablemente un importante número de costes externos a los que allí ya residían, lo cual termina dando lugar a brotes de xenofobia y violencia que tienen un gran coste social. Estos conflictos se minimizan y evitan en su totalidad precisamente en la medida en que se avance en el proceso de privatización de todos los recursos que existan en el cuerpo social.
3. Ventajas económicas y sociales del nacionalismo liberal.
Siempre y cuando se cumplan los principios que hemos explicado en el apartado anterior, las ideas de nación y de nacionalidad, lejos de ser perjudiciales para el proceso de interacción social, son altamente positivas desde el punto de vista liberal, pues enriquecen, refuerzan y ahondan el proceso espontáneo y pacífico de cooperación social. Así, por ejemplo, consideremos un entorno en el que se den los tres principios básicos mencionados, y en concreto los principios de libertad de comercio y libertad de emigración, como es el caso de la actual Comunidad Económica Europea (hoy Unión Europea). Es claro que, en este entorno, ningún Estado-nación por sí sólo puede adoptar medidas intervencionistas o de coacción institucional. Así, por ejemplo, vemos cómo en Europa el nacionalismo actúa como una verdadera válvula de escape en contra de las fuerzas socialistas e intervencionistas defendidas por importantes sectores de la eurocracia, como son los representados por Jacques Delors y otros eurofanáticos. Recordemos que, en cuanto en un determinado Estado o región se intenta establecer una regulación más restrictiva o unos impuestos más altos, inmediatamente las inversiones y los ciudadanos tienden a huir de esa zona y se trasladan hacia otros Estados o naciones con una regulación menos intervencionista y más favorable, en virtud de la existencia de los principios de libertad de comercio y libertad de inmigración. Esto es lo que, por ejemplo, sucedió recientemente con las regulaciones laborales y fiscales en Dijon, Francia, que dieron lugar a que las empresas y fábricas más importantes de esa zona la abandonaran y cerraran sus instalaciones para trasladarse a otras zonas más favorables de la Comunidad Económica Europea, en Escocia y en otras partes del Reino Unido. No es, por tanto, ningún capricho ni contradicción el hecho de que una liberal tan conspicua como Margaret Thatcher, líder de los denominados liberales euroescépticos (entre los que me encuentro) haya defendido el modelo del nacionalismo liberal dentro de la Comunidad Económica Europea frente al del centralismo de Bruselas, puesto que la competencia entre las naciones en un entorno de libertad de comercio tiende a hacer que las medidas y regulaciones más liberales de cada una de ellas se extiendan y apliquen a las demás, por la propia fuerza de la competencia entre unas y otras (9). Por el contrario, se entiende ahora perfectamente que sea correcta la intuición de los socialistas e intervencionistas que consideran imprescindible la creación de un poderoso Estado federal europeo fuertemente centralizado en Bruselas. En efecto, ninguna medida intervencionista (en el campo laboral, social o fiscal) tendrá éxito si es que no se impone simultáneamente a todos los Estados y naciones miembros de la Comunidad Europea, por lo que los socialistas no tienen más remedio que mover el centro de gravedad de las decisiones políticas desde los Estados-naciones hacia el centro de Europa, dando cada vez más poderes y prerrogativas a los organismos de Bruselas en detrimento de los Estados-naciones que componen la Comunidad. Es curioso, además, la gran miopía de muchos políticos socialistas que, como Felipe González, aún no se ha dado cuenta de que en un Estado federal fuertemente centralizado la importancia de sus propios Estados y naciones se reduce a la mínima expresión. ¿Alguien ha oído hablar alguna vez del jefe del Estado de Tejas? Pues igualmente absurdo será pensar en el papel de un jefe de Estado o rey en el Reino Unido o en España dentro de pocos decenios, si es que las fuerzas centralizadoras en favor de Bruselas que son movidas por el espíritu del socialismo intervencionista europeo terminan, en última instancia, preponderando.
Otro ejemplo que podemos poner de un entorno de libertad de comercio en el que existen diferentes naciones compitiendo entre sí es el de la propia España. Es evidente que se da la libertad de comercio y de inmigración entre las diferentes regiones y nacionalidades de España, lo cual ha dado lugar a que en muchos ámbitos la competencia entre unas zonas y otras haya producido una cierta desregulación que si no ha avanzado más ha sido debido al gran peso que el partido socialista, fuertemente intervencionista y centralizador, ha tenido hasta ahora en todas las regiones de España. Así, recientemente, la Hacienda Foral vasca ha eliminado el impuesto sobre sucesiones, al que se encuentra sometido el resto de los ciudadanos de España (con la excepción de Navarra) y también ha permitido una regularización de balances en flagrante desafío con la voracidad fiscal manifestada por el centralismo socialista de Madrid. También es preciso señalar el caso de Navarra que por razones históricas posee una administración foral única y recauda sus propios impuestos y que, aunque hasta ahora ha utilizado sus prerrogativas históricas con gran timidez, es, en última instancia, el modelo de “administración única” que debería extenderse cuanto antes al resto de las regiones y nacionalidades de España.
4. El Papel del Estado en el Nacionalismo Liberal
El modelo de competencia entre naciones dentro de un entorno sometido a los tres principios mencionados (autodeterminación, libertad de comercio y de inmigración) ha de profundizarse tanto hacia arriba como hacia abajo en la escala de los diferentes niveles de la organización estatal. Así sucede, hacia arriba, en relación con los Estados-naciones que constituyen la Comunidad Económica Europea dentro del modelo de competencia liberal entre los mismos defendido, como hemos visto, por Margaret Thatcher. Esta competencia entre las naciones llevará, ineludiblemente, a liberalizar cada vez más, y a poner cada vez más cotas y dificultades al centralismo dirigista de Bruselas. Pero la aplicación del modelo ha de defenderse, además, hacia abajo, es decir, en relación con las regiones y naciones que constituyen los diferentes Estados de Europa. Tal sería el caso, por ejemplo, de España, y del proceso de las autonomías que, en nuestra opinión, ha de culminar con la administración única para todas las regiones y naciones de España que opten por la misma (siguiendo en cuanto a su contenido el modelo de la Comunidad Foral de Navarra que es, sin duda, el más descentralizado de los posibles).
¿Cuál sería, por tanto, el papel del Estado en el sistema liberal de nacionalidades en competencia que defendemos? Si el Estado ha de tener algún papel, ha de ser, precisamente, el de suponer la encarnación jurídica de los tres principios básicos que hacen posible la cooperación voluntaria y pacífica entre las distintas naciones. Así, en el caso de España, la Corona y el Estado solamente encontrarán en el futuro su razón de ser si garantizan y aseguran los principios esenciales del liberalismo, es decir, de la libertad completa de comercio, de empresa y de emigración, dentro de una zona y entre unas zonas y otras. Y lo mismo, en un ámbito más amplio, puede decirse respecto a la única legítima razón de ser de la Unión Europea enteramente acorde con el originario espíritu fundacional de la misma incluido en el Tratado de Roma. Además, ha de defenderse el principio de que ninguna organización estatal ha de tener atribuciones y competencias que puedan ser desarrolladas por organizaciones estatales más pequeñas e inferiores en la escala política, por lo que, de acuerdo con el principio que defendemos, conforme nos elevemos en dicha escala el contenido político concreto de las organizaciones estatales más tendrá que disminuirse, pasando las mismas a tener competencias cada vez de tipo más estrictamente jurisdiccional (tribunal de derechos humanos, dedicado básicamente a la defensa y la garantía de los principios de la libertad de empresa y de comercio). A estas competencias de tipo jurisdiccional han de añadirse, igualmente, y como válvula adicional de seguridad, unas competencias respecto al establecimiento de los límites máximos de regulación y de gravamen fiscal que puedan ser efectuados por los organismos políticos inferiores. Se trata, en suma, de evitar que las regiones y nacionalidades descentralizadas puedan sojuzgar, como ha ocurrido en Cataluña, a sus ciudadanos de forma impune, a pesar de la existencia formal de libertad de comercio y de inmigración entre unas zonas y otras. Por eso, a los procesos espontáneos de competencia entre unas y otras naciones que normalmente llevarán a un desmantelamiento de las medidas de intervención, es conveniente añadir unos topes máximos de regulación y gravamen fiscal que sean fijados por los Estados y organizaciones políticas superiores, de manera de que éstas tan sólo permitan la competencia hacia abajo en lo que a impuestos y regulación se refiere, pero jamás que los entes descentralizados sobrepasen, en ningún caso, los niveles máximos de carga fiscal y regulación que se establezcan por cada Estado.(10) Por eso, debe abandonarse el proceso de armonización legal establecido en la Comunidad Económica Europea, a través del cual en la mayoría de la ocasiones las medidas intervencionistas de cada país son impuestas en todos los demás, sustituyéndolo por un proceso de competencia desregularizadora entre las diferentes naciones, en el que la Comunidad Económica Europea tan sólo tenga un papel de tipo jurisdiccional (protección de los derechos personales y vigilancia de la libertad de comercio y de inmigración) y, en todo caso, de establecimiento de máximos en cuanto a la capacidad de intervención y regulación económica, social y fiscal de cada Estado.
5. Nacionalismo liberal versus nacionalismo socialista.
Es fácil entender, por tanto, que el origen de los males actuales que generalmente se asocian con el nacionalismo, más que tener su causa en la idea de nacionalidad, tienen su origen en que no se cumplen los tres principios básicos ya analizados del nacionalismo liberal. O dicho de otra forma, que el nacionalismo deja de ser una fuerza positiva para el proceso pacífico de cooperación social y se convierte, como en mayor o menor medida ha sucedido en relación con el actual gobierno de Cataluña, en un semillero de conflictos y sufrimientos precisamente cuando deja de ser liberal y se convierte en un nacionalismo intervencionista o dirigista. Es decir, el error se encuentra en el socialismo, en el intervencionismo y en el ejercicio sistemático de la coacción, y no en el nacionalismo per se. Si bien es preciso reconocer que, en muchas ocasiones, los intervencionistas y socialistas recurren, prostituyéndola, a la idea de nación para alimentar y justificar sus medidas de coacción. Que el origen de los problemas y conflictos se encuentre en el socialismo y en el intervencionismo, y no en el nacionalismo, puede entenderse plenamente analizando cualquier caso que se elija de conflicto nacional. Así, la guerra yugoslava desaparecería de inmediato si se estableciera una completa libertad de inmigración y un mercado común de bienes y servicios en el que se respetasen los derechos de propiedad. También el conflicto establecido por el gobierno de Cataluña en el ámbito de la educación tiene su origen en que ésta es pública, se financia con cargo a impuestos, y se decide políticamente en qué idioma va a efectuarse la enseñanza, coaccionando de manera sistemática a amplísimas capas de la población. En un entorno de libertad de enseñanza (con un bono escolar o algún sistema parecido que garantizara la libertad de elección de los ciudadanos), todo el conflicto que ha creado la Generalitat de Cataluña en el ámbito idiomático desaparecería por completo (11).
6. ¿Es posible que los nacional socialistas se conviertan al nacionalismo liberal?
El análisis del nacionalismo liberal que hemos efectuado hasta ahora posee, además, la virtualidad de permitir dar argumentos muy poderosos a aquellos defensores del ideal nacionalista que, hasta ahora, y malinterpretando las exigencias del mismo, lo han plasmado, en mayor o menor medida, de forma intervencionista o socialista.
Así, a un nacionalista, verdadero amante de la idea de la nación, se le puede argumentar que tan sólo existen dos modelos de cooperación entre las diferentes naciones: o bien el basado en los principios de libertad de comercio, inmigración y autodeterminación ya vistos, o bien el que se basa en el proteccionismo, la intervención y la coacción sistemática. Es, además, fácil de explicar a cualquier nacionalista que el modelo de protección coactiva e intervención frente a otras naciones está abocado ineludiblemente al fracaso. La autarquía a la que da lugar genera una dinámica de guerra y destrucción que, en última instancia, debilitará enormemente aquella nación a la que se quiera defender. No existe, por tanto, viabilidad alguna para el modelo proteccionista de relación entre las distintas naciones. La única alternativa viable, que con carácter general está empezando a ser reconocida entre los propios nacionalistas, es que las naciones han de competir en un plano de igualdad basado en los principios de libertad de comercio y de inmigración.
Ahora bien, suponiendo que se acepta y aplica la libertad de comercio y de inmigración entre las naciones, puede darse un paso más en la argumentación teórica con el nacionalista, y explicarle que si opta por ser, dentro del ámbito de su propia nación, un nacionalista intervencionista y regulador (es decir, en mayor o menor medida, socialista), sus medidas dirigistas se verán abocadas al fracaso si es que por algún procedimiento no logra que se apliquen simultáneamente en todas las naciones con las que compite en un amplio ámbito geográfico. Es decir, que es absurdo establecer medidas de regulación e intervención en un solo Estado-nación (por ejemplo, de la Comunidad Económica Europea) si es que no se logra que a través de una directiva o norma emanada de Bruselas se imponga la misma intervención al resto de los Estados-naciones y regiones de la Comunidad. Por tanto, aquel nacionalista de veleidades intervencionistas y socialistas, en última instancia, si persigue con ahínco y eficacia sus objetivos de intervención, lo único que logrará será traspasar el centro de gravedad de las decisiones políticas y económicas desde la nación que dice defender hasta el centro político del Estado u organización política más amplia a la que pertenezca (Madrid o Bruselas). Es decir, volvemos a darnos cuenta de cómo es correcta la intuición socialista de los Jacques Delors, Felipe González y otros eurofanáticos que, en última instancia, pretenden un reforzamiento continuo de los poderes de Bruselas. Pero lo que parece paradójico y contradictorio es que también muchos líderes nacionalistas hayan defendido, en perjuicio de sus propias naciones, el engrandecimiento de los centros estatales de poder, cuando han perseguido políticas de corte intervencionista.
Desde esta perspectiva no es atrevido afirmar que gran parte de la responsabilidad, por ejemplo, del centralismo madrileño en España, tiene su origen en el propio nacionalismo catalán que, históricamente, a la hora de conseguir y lograr privilegios en su favor (de tipo proteccionista, etc.) no ha dudado jamás en acudir a Madrid para “pactar” y conseguir leyes de ámbito estatal que obligaran a todas las regiones, incrementando, en última instancia, el poder de la capital en perjuicio de la propia nación a la que decían defender. (12) No hay, por tanto, históricamente mayores responsables del centralismo madrileño que los propios miopes nacionalistas catalanes (13). Y este paradójico resultado histórico parece que está volviéndose a repetir de nuevo en relación con el ámbito más amplio de la Comunidad Económica Europea, a la que ingenuamente recurren los líderes de las distintas regiones y nacionalidades pensando que con ello disminuyen el poder de los Estados-naciones, sin darse cuenta de que el reforzamiento federal de la Comunidad da lugar al engrandecimiento de un poder centralista, el de Bruselas, que eventualmente puede llegar a ser mucho peor. Así se convierten en extraños “compañeros de viaje” los nacionalistas ingenuos que defienden el engrandecimiento de Bruselas en perjuicio de los Estados-naciones, y los ingenuos entusiastas europeístas (como Felipe González y otros) cuya intuición socialista les lleva a reforzar el poder de Bruselas, sin que unos y otros se den cuenta de que ello se efectúa tanto a costa de una continua debilitación de la idea nacional española, y de sus símbolos más esenciales, como es el constituido por la propia monarquía, como a costa de un progresivo debilitamiento del ideal nacional de ámbito regional (cuyas decisiones cada vez cuentan menos en comparación con las que se toman en la Comunidad).
En este campo, como en otros, vemos cómo confluyen los erróneos e ingenuos intereses de nacionalistas y socialistas, todos ellos en perjuicio del verdadero espíritu liberal que ha de regular las relaciones pacíficas, armoniosas y fructíferas entre las distintas naciones.
En todo caso, no hemos de renunciar a utilizar la argumentación racional con los nacionalistas de tipo intervencionista, puesto que aquéllos en los que prepondere el ideal nacionalista sobre la ideología intervencionista o de coacción, puede ser que lleguen a terminar de entender que lo más contrario a la propia idea de nación que defienden son las políticas intervencionistas en todos los órdenes (económico, cultural, lingüístico, etc.) que hasta ahora han venido preconizando.
Quizá una de las explicaciones más plausibles para el nacionalismo intervencionista se encuentre en el complejo de inferioridad y en la falta de seguridad en sí mismas que tienen muchas naciones. Y por eso son precisamente las naciones más en retrogresión y, por tanto, más inseguras, las que de manera más violenta reaccionan contra su propio sino. En principio, podríamos afirmar que conforme una nación se encuentre en un estado de mayor retrogresión (habiendo sido absorbida por otras más ricas y dinámicas), más violentos serán los últimos estertores de su agonía (como lo prueba el caso de la nación vasca y, en menor medida, el de las manifestaciones intervencionistas en el campo lingüístico de la nación catalana). Una nación que esté segura de sí misma, que crea en su futuro y que no tema a la competencia con otras naciones en un plano de igualdad será una nación en la que más fácilmente preponderará el espíritu de cooperación liberal que hemos venido describiendo en este artículo (14).
7. Conclusión: por un nacionalismo liberal
La conclusión del análisis sobre el nacionalismo liberal que hemos efectuado en este artículo ha permitido dilucidar hasta qué punto es coherente y acertada la política de los euroescépticos iniciada por Margaret Thatcher en relación con la Comunidad Económica Europea, frente al ingenuo euroentusiasmo de los políticos europeos de tendencia socialista (Felipe González, Jacques Delors, etc.). Defendamos, por tanto, las naciones en un entorno de libertad de comercio, mercado e inmigración, pues ello es el mejor seguro de vida en contra del dirigismo, la coacción y el intervencionismo. Igualmente, hagamos ver a los miopes nacionalistas de cada Estado que todo lo que no sea el desarrollo del ideal nacional en un entorno de completa libertad va, en última instancia, en perjuicio de la propia idea de nación que ellos dicen defender. La falta de seguridad en sí mismos y de confianza en el valor de los principios culturales e idiomáticos de su nacionalidad les lleva a imponer por la fuerza un proteccionismo idiomático, cultural y económico que, en última instancia, debilita a su propia nación y la hace peligrar en el proceso de competencia liberal con las otras naciones. La nación sólo puede desarrollarse y reforzarse en un entorno de libertad y cuanto antes los nacionalistas se den cuenta de estos principios esenciales, antes abandonarán las trágicas políticas que han adoptado hasta ahora, en perjuicio de sus propias naciones y de las otras naciones con las que forzosamente han de convivir. El nacionalismo liberal, no es sólo la única concepción del nacionalismo compatible con el desarrollo de las naciones, sino que además constituye de cara al futuro el único principio de cooperación armoniosa, pacífica y fructífera entre todos los grupos sociales.
Madrid, 7 de octubre de 1994
Jesús Huerta de Soto
Catedrático de Economía Política
Universidad Rey Juan Carlos de Madrid
http://www.jesushuertadesoto.com/articulos/articulos-en-espanol/teoria-nacionalista/
Introducción.
El problema del nacionalismo y la existencia de naciones produce, con carácter general, un gran desconcierto entre los pensadores liberales de hoy en día. Por un lado, se reconoce que el nacionalismo ha jugado un saludable papel protagonista, propiciando la caída de los regímenes comunistas del Este de Europa, y oponiéndose en muchas ocasiones históricas al estatismo intervencionista y centralizador. Además, importantes líderes liberales europeos han defendido recientemente el papel de la Nación como insustituible elemento equilibrador frente a las tendencias intervencionistas y centralizadoras que, por ejemplo, se están haciendo evidentes en el proceso de unificación europea. Finalmente, se observa en muchas circunstancias concretas cómo la descentralización nacionalista pone en funcionamiento un proceso espontáneo de competencia para reducir las medidas de regulación e intervencionismo que, en su mayor parte, tienen su origen en los órganos centrales de poder estatal (2).
Sin embargo, por otro lado, no deja de reconocerse que el nacionalismo ha tenido, en muchas ocasiones, importantes consecuencias contrarias a la libertad de los seres humanos. Así, sin ser preciso remontarse a la tragedia que supuso el auge del nacional socialismo en Alemania e Italia durante la primera mitad de este siglo, es fácil recordar la tragedia de la guerra que se desarrolla entre las naciones de la antigua Yugoslavia o, por ejemplo, el atropello a la libertad de elección de muchos ciudadanos que, en materia educativa, está realizando el actual gobierno de Cataluña.
Parece, por tanto, evidente que es preciso desarrollar una teoría sobre el nacionalismo que permita explicar estos problemas y haga posible que los liberales tomen una posición coherente respecto a la problemática que plantea el concepto de nación, el nacionalismo y la relación entre las diferentes naciones.
1. Concepto y características de la nación.
La nación puede definirse como un subconjunto de la sociedad civil. Es un orden espontáneo y vivo de interacciones humanas, que está constituido por una determinada serie de comportamientos pautados de naturaleza lingüística, cultural, histórica, religiosa y, con mucha menos importancia, racial. De entre todos los hábitos de comportamiento que constituyen la esencia nacional destaca, sobre todo, la lengua o idioma que comparten los miembros del grupo nacional y que constituye una de las muestras de identidad nacional más importantes.
La esencia del concepto de nación que acabamos de describir engarza perfectamente con la teoría sobre el origen, naturaleza y desarrollo de las instituciones sociales que debemos a la Escuela Austriaca de Economía (3). En efecto, la Escuela Austriaca explica el surgimiento evolutivo y espontáneo de las instituciones sociales (éticas, morales, económicas y lingüísticas) como resultado de un proceso descentralizado de interacciones humanas, liderado por aquellos hombres que en cada circunstancia histórica gozan de más perspicacia empresarial a la hora de descubrir los comportamientos más adecuados para conseguir sus particulares objetivos. Estos comportamientos que se experimentan en un proceso social de prueba y error, a través de los mecanismos sociales de aprendizaje e imitación se van extendiendo a lo largo del cuerpo social. Significa ello que las instituciones sociales se encuentran en un proceso constante de evolución y que, en el caso concreto de la nación, y de todas las manifestaciones lingüísticas y culturales que la constituyen, estás se encuentran en constante cambio, solapamiento y competencia con otros órdenes nacionales que también, de manera continua, surgen, crecen, se desarrollan y, eventualmente, pueden llegar a estancarse o incluso a desaparecer siendo englobadas por otras nacionalidades y lenguas más avanzadas, ricas o amplias. En suma, las naciones no son sino realidades sociales evolutivas, básicamente unidas por una lengua común y otras características históricas o culturales, que surgen de manera espontánea y selectiva, y que constantemente compiten en un “mercado” mucho más amplio (de ámbito mundial) de naciones, sin que pueda llegar a saberse a priori cuál será el destino histórico de cada nación, ni mucho menos qué naciones concretas habrán de preponderar o subsistir en el futuro (4).
Es importante reconocer las íntimas relaciones que existen entre las instituciones jurídicas, económicas y el subconjunto de la sociedad civil que hemos denominado nación. En efecto, la sociedad no es sino un complejísimo proceso de interacciones humanas, que básicamente son relaciones de intercambio que los seres humanos efectúan utilizando un lenguaje o idioma muchas veces común, que constituye el substrato básico de toda nación. Además, las interacciones humanas se efectúan de acuerdo con unas normas, reglas o hábitos de conducta, que constituyen no sólo el derecho en su sentido material, sino toda una constelación de comportamientos pautados de tipo moral, normas de educación, de cortesía, de hábitos en el vestir, de creencias, etc., que en última instancia se constituyen y se engloban en el concepto de nación. Aquellos grupos sociales que adoptan unos comportamientos pautados más adecuados a la consecución de los objetivos que persiguen preponderan sobre los demás a través de un proceso selectivo y espontáneo que se encuentra en constante cambio y evolución. El ser humano carece de la información necesaria como para diseñar conscientemente estos complejos procesos sociales, pues los mismos incorporan un enorme volumen de información y conocimientos prácticos constituido por el que continuamente están aprendiendo y descubriendo los seres humanos que actúan en la sociedad. Por ello, la utilización de la coacción o violencia física para imponer determinados comportamientos pautados de tipo nacional está condenada al fracaso, precisamente por las mismas razones que hacen imposible desde el punto de vista teórico que mediante mandatos coactivos se pueda coordinar la vida en sociedad. Es decir, el teorema de la imposibilidad del socialismo descubierto por los teóricos de la Escuela Austriaca (Mises y Hayek) es plenamente aplicable al objetivo de forzar o imponer por la violencia un determinado resultado del proceso social en el campo de las nacionalidades.
La anterior explicación, junto con el carácter constantemente dinámico de la realidad nacional, impide que se pueda aceptar el principio de que a cada nación deba corresponder un Estado político con unas fronteras fijas y determinadas. En efecto, si entendemos la nación como un subconjunto de la sociedad civil en continua evolución y experimentación, es evidente que siempre existirá un volumen importante de seres humanos en proceso de experimentación nacional, es decir, más o menos influidos por distintos comportamientos nacionales, sin que pueda conocerse si en última instancia terminarán siendo absorbidos por la cultura e idioma de una nación, por la de otra, o si terminarán constituyendo una nueva. Sabemos que las naciones se encuentran en constante competencia, cambio, evolución y solapamiento, lo que impide que, desde la concepción de la nacionalidad como una realidad histórica de carácter dinámico, pueda la misma atarse a un determinado espacio geográfico de una manera rígida y congelada. Todo intento de fijar violentamente dentro de unas fronteras preestablecidas a una realidad tan cambiante y social como es la de la nación tan sólo generará irresolubles conflictos y guerras, de gran coste humano y social que, en última instancia, pondrán en peligro la propia existencia de la realidad nacional. Por el contrario, las nacionalidades entendidas como subconjuntos de la sociedad civil sólo pueden tener garantías de pervivencia en un proceso competitivo inter-nacional desarrollado en un entorno de libertad cuyos principios reguladores esenciales analizamos en el apartado siguiente.
2. Principios esenciales del nacionalismo liberal.
Son tres los principios esenciales que han de regir la relación sana, pacífica y armoniosa entre las diferentes naciones: el principio de autodeterminación, el principio de completa libertad de comercio entre las naciones, y el principio de libertad de emigración e inmigración. Analizaremos a continuación cada uno de estos principios.
El principio de autodeterminación significa que cada grupo nacional ha de tener, en todo momento, la posibilidad de decidir libremente en qué Estado político quiere encuadrarse. O, dicho de otra forma, que cada subconjunto de la sociedad civil ha de tener la libertad para decidir a qué grupo político pertenecer. Así, es posible que una misma nación se encuentre, en función de la voluntad libremente expresada de sus miembros, dispersa en varios Estados. Esto es lo que sucede, por ejemplo, en relación con la nación anglosajona, quizá la más avanzada, viva y fructífera en los momentos históricos actuales, y que se encuentra dispersa en distintos Estados políticos, dentro de los cuales los Estados Unidos de América y el Reino Unido son, sin duda, los más importantes. También cabe mencionar el ejemplo de la nación de lengua alemana, cuyos más de cien millones de miembros se encuentran distribuidos a lo largo de tres Estados importantes de Europa, la Alemania Federal, Austria y parte de Suiza.
También es posible que distintas naciones decidan componer un mismo Estado. Así, Suiza incorpora a una serie de cantones que pertenecen a tres naciones distintas, la alemana, francesa e italiana. Igualmente, en el caso de España cabría considerar la existencia de al menos tres grupos nacionales, el castellano, el catalán y el vasco (5).
En relación con el principio de autodeterminación es preciso realizar, no obstante, dos matizaciones. En primer lugar, que la decisión de formar o no parte de un determinado Estado político no tiene que ser forzosamente una decisión de tipo explícito (aunque tampoco se descarte que en determinadas circunstancias históricas, por vía de referéndum, se decida una secesión, como recientemente ha ocurrido en relación con las naciones checa y eslovaca). En muchas ocasiones, la determinación de formar parte de un determinado Estado se manifiesta de manera consuetudinaria, es decir, por la voluntad implícita históricamente mantenida por la mayoría de los miembros de una determinada nación de formar parte y vivir dentro de un Estado específico. La segunda observación es que el principio de autodeterminación no se refiere exclusivamente a la posibilidad de que, de acuerdo con el criterio mayoritario, los seres humanos que residan en un determinado entorno geográfico deban decidir si quieren estar o no en un determinado Estado en función de su adscripción nacional, sino que tal principio ha de aplicarse con carácter general en todos los niveles y para todos los subconjuntos de la sociedad civil, se encuentren o no los mismos ligados por un nexo de tipo nacional. Significa ello que es perfectamente compatible con el principio de autodeterminación la existencia de naciones que libremente decidan dispersarse en distintos Estados y, por otro lado, que debe aceptarse también que dentro de una misma nación y dentro de un mismo Estado, grupos minoritarios decidan secesionarse, separarse o incorporarse a otro Estado en función de sus particulares intereses. Por tanto, ha de evitarse que un determinado grupo nacional, que haya decidido secesionarse de un Estado en el que se encontraba en minoría, utilice igualmente la coacción sistemática que antes sufría para sojuzgar a otros grupos nacionales minoritarios que se encuentren dentro de su propio seno.
El segundo principio esencial que ha de regir la relación entre las distintas naciones es el de la completa libertad de comercio entre las mismas. En efecto, si las naciones se empeñan en fijar fronteras geográficas específicas que las separen estableciendo dificultades a la libertad de comercio y medidas de tipo proteccionista entonces, inevitablemente, surgirá, en mayor o menor medida, la necesidad de organizar su economía y sociedad en base al principio de la autarquía. La autarquía no es viable desde el punto de vista económico porque hoy en día, con el alto grado de desarrollo de la división internacional del trabajo, ninguna zona geográfica dispone de la totalidad de los recursos necesarios para mantener una economía moderna, por lo que una nación proteccionista se vería abocada continuamente a forzar la expansión de sus fronteras con la finalidad de ganar más recursos económicos, materiales y humanos. Significa ello que el proteccionismo en el campo nacional genera inevitablemente la lógica del conflicto y la guerra, que se justifican con la finalidad de expandir las fronteras y ganar más mercados y recursos productivos. Por tanto, el proteccionismo nacional, en última instancia, destruye y sacrifica las propias realidades nacionales en una inevitable guerra de todas las naciones contra todas las naciones. Es fácil comprender que los grandes conflictos bélicos han tenido siempre su origen en el nacionalismo proteccionista y que, por otro lado, los conflictos nacionales que hoy conocemos (Yugoslavia, Oriente Medio, etc.) desaparecerían en un entorno en el que existiera un mercado común con completa libertad de comercio entre todas las naciones implicadas.
En relación con este principio hay que tener en cuenta la siguiente ley económica. A igualdad de circunstancias, conforme una nación se encuentre adscrita a un Estado político más pequeño, mucho más difícil le será imponer el proteccionismo centralista generador de conflicto bélicos y más se verá forzada a aceptar la libertad de comercio. Esto es así porque conforme más pequeño sea el Estado en cuestión, más sentirán sus habitantes la imposibilidad de acceder a mercados y recursos del extranjero si es que no existe una completa libertad de comercio. Y al contrario, conforme mayor sea geográfica y humanamente la organización estatal, más fácilmente se podrá organizar su economía desde el punto de vista autárquico sin que los ciudadanos sean capaces de identificar todo aquello que pierden por no existir libertad de comercio. Esta importante ley económica es, sin duda alguna, un argumento prima facie a favor de la descentralización y la localización política de las naciones en unidades administrativas cuanto más pequeñas mejor (6).
La libertad de comercio no es suficiente sin que exista una paralela y completa libertad de emigración e inmigración. Si no existe la libertad para emigrar e inmigrar, se pueden mantener de manera continuada importantes disparidades de renta entre unos grupos sociales y otros, que tienen su origen en la existencia de un monopolio proteccionista en el mercado de trabajo (constituido, precisamente, por las fronteras y regulaciones que impiden la libertad de inmigración), todo lo cual, en última instancia, puede dar lugar a importantes trastornos y violencias entre unos grupos sociales y otros. Ahora bien, la libertad de emigración e inmigración debe estar, a su vez, sometida a una serie de reglas y principios que impidan que la misma sea utilizada con fines coactivos e intervencionistas contrarios a la libre interacción entre las naciones. Así, la inmigración no debe estar subvencionada por el “Estado del Bienestar”. Aquéllos que inmigren deben hacerlo a su propio riesgo. Si esto no es así, las transferencias forzadas de renta de determinados grupos sociales a otros atraerán como un imán una inmigración artificial que, no sólo abortará los procesos redistributivos sino que, además, dará lugar a importantes conflictos sociales. Se entiende perfectamente la gran amenaza que la inmigración constituye para el “Estado del Bienestar”, y que éste sea el principal responsable del levantamiento de muros a la inmigración en los tiempos modernos. La única solución para la cooperación pacífica de las naciones consiste, por tanto, en desmantelar el “Estado del Bienestar” y establecer una completa libertad de inmigración (7).
En segundo lugar, la libertad de emigración no ha de implicar, en ningún caso, la rápida concesión de voto político a los emigrantes, con la finalidad de evitar la explotación política por parte de las nacionalidades implicadas en los correspondientes flujos de emigración. Aquéllos que emigren han de ser conscientes de que lo hacen trasladándose a un nuevo entorno cultural, en el que presumiblemente mejorarán sus condiciones de vida, pero sin que ello les dé derecho a utilizar los mecanismos de la coacción política (plasmados mediante el voto democrático) para intervenir y modificar los procesos espontáneos de los mercados nacionales a los que llegan. Solamente cuando, después de un dilatado período de tiempo, ya se considere que han absorbido plenamente los principios culturales de la sociedad receptora, se podrá considerar la concesión del correspondiente derecho político al voto (.
En tercer lugar, los emigrantes o inmigrantes han de poder demostrar que acceden al grupo social que les recibe con la finalidad de aportar su capacidad laboral, técnica o empresarial. Es decir, que van a contar con medios de vida independiente, de manera que no sean una carga para la beneficencia y puedan, como principio general, mantenerse por sí mismos.
Y en cuarto y último lugar, y éste es el principio más importante que ha de regular la emigración, los emigrantes han de respetar escrupulosamente, en general, el derecho material (especialmente penal) del grupo social que les reciba y, en particular, el derecho de propiedad privada vigente en la sociedad a la que lleguen. De esta manera, se evitarán los fenómenos de ocupación masiva (como, por ejemplo, el de las favelas en Brasil, que se han construido siempre sobre terrenos de propiedad ajena). Y es que los problemas más visibles a que da lugar la inmigración suelen tener su origen en que no hay, con carácter preexistente, una clara definición y/o defensa de los derechos de propiedad implicados, por lo que aquéllos que llegan causan inevitablemente un importante número de costes externos a los que allí ya residían, lo cual termina dando lugar a brotes de xenofobia y violencia que tienen un gran coste social. Estos conflictos se minimizan y evitan en su totalidad precisamente en la medida en que se avance en el proceso de privatización de todos los recursos que existan en el cuerpo social.
3. Ventajas económicas y sociales del nacionalismo liberal.
Siempre y cuando se cumplan los principios que hemos explicado en el apartado anterior, las ideas de nación y de nacionalidad, lejos de ser perjudiciales para el proceso de interacción social, son altamente positivas desde el punto de vista liberal, pues enriquecen, refuerzan y ahondan el proceso espontáneo y pacífico de cooperación social. Así, por ejemplo, consideremos un entorno en el que se den los tres principios básicos mencionados, y en concreto los principios de libertad de comercio y libertad de emigración, como es el caso de la actual Comunidad Económica Europea (hoy Unión Europea). Es claro que, en este entorno, ningún Estado-nación por sí sólo puede adoptar medidas intervencionistas o de coacción institucional. Así, por ejemplo, vemos cómo en Europa el nacionalismo actúa como una verdadera válvula de escape en contra de las fuerzas socialistas e intervencionistas defendidas por importantes sectores de la eurocracia, como son los representados por Jacques Delors y otros eurofanáticos. Recordemos que, en cuanto en un determinado Estado o región se intenta establecer una regulación más restrictiva o unos impuestos más altos, inmediatamente las inversiones y los ciudadanos tienden a huir de esa zona y se trasladan hacia otros Estados o naciones con una regulación menos intervencionista y más favorable, en virtud de la existencia de los principios de libertad de comercio y libertad de inmigración. Esto es lo que, por ejemplo, sucedió recientemente con las regulaciones laborales y fiscales en Dijon, Francia, que dieron lugar a que las empresas y fábricas más importantes de esa zona la abandonaran y cerraran sus instalaciones para trasladarse a otras zonas más favorables de la Comunidad Económica Europea, en Escocia y en otras partes del Reino Unido. No es, por tanto, ningún capricho ni contradicción el hecho de que una liberal tan conspicua como Margaret Thatcher, líder de los denominados liberales euroescépticos (entre los que me encuentro) haya defendido el modelo del nacionalismo liberal dentro de la Comunidad Económica Europea frente al del centralismo de Bruselas, puesto que la competencia entre las naciones en un entorno de libertad de comercio tiende a hacer que las medidas y regulaciones más liberales de cada una de ellas se extiendan y apliquen a las demás, por la propia fuerza de la competencia entre unas y otras (9). Por el contrario, se entiende ahora perfectamente que sea correcta la intuición de los socialistas e intervencionistas que consideran imprescindible la creación de un poderoso Estado federal europeo fuertemente centralizado en Bruselas. En efecto, ninguna medida intervencionista (en el campo laboral, social o fiscal) tendrá éxito si es que no se impone simultáneamente a todos los Estados y naciones miembros de la Comunidad Europea, por lo que los socialistas no tienen más remedio que mover el centro de gravedad de las decisiones políticas desde los Estados-naciones hacia el centro de Europa, dando cada vez más poderes y prerrogativas a los organismos de Bruselas en detrimento de los Estados-naciones que componen la Comunidad. Es curioso, además, la gran miopía de muchos políticos socialistas que, como Felipe González, aún no se ha dado cuenta de que en un Estado federal fuertemente centralizado la importancia de sus propios Estados y naciones se reduce a la mínima expresión. ¿Alguien ha oído hablar alguna vez del jefe del Estado de Tejas? Pues igualmente absurdo será pensar en el papel de un jefe de Estado o rey en el Reino Unido o en España dentro de pocos decenios, si es que las fuerzas centralizadoras en favor de Bruselas que son movidas por el espíritu del socialismo intervencionista europeo terminan, en última instancia, preponderando.
Otro ejemplo que podemos poner de un entorno de libertad de comercio en el que existen diferentes naciones compitiendo entre sí es el de la propia España. Es evidente que se da la libertad de comercio y de inmigración entre las diferentes regiones y nacionalidades de España, lo cual ha dado lugar a que en muchos ámbitos la competencia entre unas zonas y otras haya producido una cierta desregulación que si no ha avanzado más ha sido debido al gran peso que el partido socialista, fuertemente intervencionista y centralizador, ha tenido hasta ahora en todas las regiones de España. Así, recientemente, la Hacienda Foral vasca ha eliminado el impuesto sobre sucesiones, al que se encuentra sometido el resto de los ciudadanos de España (con la excepción de Navarra) y también ha permitido una regularización de balances en flagrante desafío con la voracidad fiscal manifestada por el centralismo socialista de Madrid. También es preciso señalar el caso de Navarra que por razones históricas posee una administración foral única y recauda sus propios impuestos y que, aunque hasta ahora ha utilizado sus prerrogativas históricas con gran timidez, es, en última instancia, el modelo de “administración única” que debería extenderse cuanto antes al resto de las regiones y nacionalidades de España.
4. El Papel del Estado en el Nacionalismo Liberal
El modelo de competencia entre naciones dentro de un entorno sometido a los tres principios mencionados (autodeterminación, libertad de comercio y de inmigración) ha de profundizarse tanto hacia arriba como hacia abajo en la escala de los diferentes niveles de la organización estatal. Así sucede, hacia arriba, en relación con los Estados-naciones que constituyen la Comunidad Económica Europea dentro del modelo de competencia liberal entre los mismos defendido, como hemos visto, por Margaret Thatcher. Esta competencia entre las naciones llevará, ineludiblemente, a liberalizar cada vez más, y a poner cada vez más cotas y dificultades al centralismo dirigista de Bruselas. Pero la aplicación del modelo ha de defenderse, además, hacia abajo, es decir, en relación con las regiones y naciones que constituyen los diferentes Estados de Europa. Tal sería el caso, por ejemplo, de España, y del proceso de las autonomías que, en nuestra opinión, ha de culminar con la administración única para todas las regiones y naciones de España que opten por la misma (siguiendo en cuanto a su contenido el modelo de la Comunidad Foral de Navarra que es, sin duda, el más descentralizado de los posibles).
¿Cuál sería, por tanto, el papel del Estado en el sistema liberal de nacionalidades en competencia que defendemos? Si el Estado ha de tener algún papel, ha de ser, precisamente, el de suponer la encarnación jurídica de los tres principios básicos que hacen posible la cooperación voluntaria y pacífica entre las distintas naciones. Así, en el caso de España, la Corona y el Estado solamente encontrarán en el futuro su razón de ser si garantizan y aseguran los principios esenciales del liberalismo, es decir, de la libertad completa de comercio, de empresa y de emigración, dentro de una zona y entre unas zonas y otras. Y lo mismo, en un ámbito más amplio, puede decirse respecto a la única legítima razón de ser de la Unión Europea enteramente acorde con el originario espíritu fundacional de la misma incluido en el Tratado de Roma. Además, ha de defenderse el principio de que ninguna organización estatal ha de tener atribuciones y competencias que puedan ser desarrolladas por organizaciones estatales más pequeñas e inferiores en la escala política, por lo que, de acuerdo con el principio que defendemos, conforme nos elevemos en dicha escala el contenido político concreto de las organizaciones estatales más tendrá que disminuirse, pasando las mismas a tener competencias cada vez de tipo más estrictamente jurisdiccional (tribunal de derechos humanos, dedicado básicamente a la defensa y la garantía de los principios de la libertad de empresa y de comercio). A estas competencias de tipo jurisdiccional han de añadirse, igualmente, y como válvula adicional de seguridad, unas competencias respecto al establecimiento de los límites máximos de regulación y de gravamen fiscal que puedan ser efectuados por los organismos políticos inferiores. Se trata, en suma, de evitar que las regiones y nacionalidades descentralizadas puedan sojuzgar, como ha ocurrido en Cataluña, a sus ciudadanos de forma impune, a pesar de la existencia formal de libertad de comercio y de inmigración entre unas zonas y otras. Por eso, a los procesos espontáneos de competencia entre unas y otras naciones que normalmente llevarán a un desmantelamiento de las medidas de intervención, es conveniente añadir unos topes máximos de regulación y gravamen fiscal que sean fijados por los Estados y organizaciones políticas superiores, de manera de que éstas tan sólo permitan la competencia hacia abajo en lo que a impuestos y regulación se refiere, pero jamás que los entes descentralizados sobrepasen, en ningún caso, los niveles máximos de carga fiscal y regulación que se establezcan por cada Estado.(10) Por eso, debe abandonarse el proceso de armonización legal establecido en la Comunidad Económica Europea, a través del cual en la mayoría de la ocasiones las medidas intervencionistas de cada país son impuestas en todos los demás, sustituyéndolo por un proceso de competencia desregularizadora entre las diferentes naciones, en el que la Comunidad Económica Europea tan sólo tenga un papel de tipo jurisdiccional (protección de los derechos personales y vigilancia de la libertad de comercio y de inmigración) y, en todo caso, de establecimiento de máximos en cuanto a la capacidad de intervención y regulación económica, social y fiscal de cada Estado.
5. Nacionalismo liberal versus nacionalismo socialista.
Es fácil entender, por tanto, que el origen de los males actuales que generalmente se asocian con el nacionalismo, más que tener su causa en la idea de nacionalidad, tienen su origen en que no se cumplen los tres principios básicos ya analizados del nacionalismo liberal. O dicho de otra forma, que el nacionalismo deja de ser una fuerza positiva para el proceso pacífico de cooperación social y se convierte, como en mayor o menor medida ha sucedido en relación con el actual gobierno de Cataluña, en un semillero de conflictos y sufrimientos precisamente cuando deja de ser liberal y se convierte en un nacionalismo intervencionista o dirigista. Es decir, el error se encuentra en el socialismo, en el intervencionismo y en el ejercicio sistemático de la coacción, y no en el nacionalismo per se. Si bien es preciso reconocer que, en muchas ocasiones, los intervencionistas y socialistas recurren, prostituyéndola, a la idea de nación para alimentar y justificar sus medidas de coacción. Que el origen de los problemas y conflictos se encuentre en el socialismo y en el intervencionismo, y no en el nacionalismo, puede entenderse plenamente analizando cualquier caso que se elija de conflicto nacional. Así, la guerra yugoslava desaparecería de inmediato si se estableciera una completa libertad de inmigración y un mercado común de bienes y servicios en el que se respetasen los derechos de propiedad. También el conflicto establecido por el gobierno de Cataluña en el ámbito de la educación tiene su origen en que ésta es pública, se financia con cargo a impuestos, y se decide políticamente en qué idioma va a efectuarse la enseñanza, coaccionando de manera sistemática a amplísimas capas de la población. En un entorno de libertad de enseñanza (con un bono escolar o algún sistema parecido que garantizara la libertad de elección de los ciudadanos), todo el conflicto que ha creado la Generalitat de Cataluña en el ámbito idiomático desaparecería por completo (11).
6. ¿Es posible que los nacional socialistas se conviertan al nacionalismo liberal?
El análisis del nacionalismo liberal que hemos efectuado hasta ahora posee, además, la virtualidad de permitir dar argumentos muy poderosos a aquellos defensores del ideal nacionalista que, hasta ahora, y malinterpretando las exigencias del mismo, lo han plasmado, en mayor o menor medida, de forma intervencionista o socialista.
Así, a un nacionalista, verdadero amante de la idea de la nación, se le puede argumentar que tan sólo existen dos modelos de cooperación entre las diferentes naciones: o bien el basado en los principios de libertad de comercio, inmigración y autodeterminación ya vistos, o bien el que se basa en el proteccionismo, la intervención y la coacción sistemática. Es, además, fácil de explicar a cualquier nacionalista que el modelo de protección coactiva e intervención frente a otras naciones está abocado ineludiblemente al fracaso. La autarquía a la que da lugar genera una dinámica de guerra y destrucción que, en última instancia, debilitará enormemente aquella nación a la que se quiera defender. No existe, por tanto, viabilidad alguna para el modelo proteccionista de relación entre las distintas naciones. La única alternativa viable, que con carácter general está empezando a ser reconocida entre los propios nacionalistas, es que las naciones han de competir en un plano de igualdad basado en los principios de libertad de comercio y de inmigración.
Ahora bien, suponiendo que se acepta y aplica la libertad de comercio y de inmigración entre las naciones, puede darse un paso más en la argumentación teórica con el nacionalista, y explicarle que si opta por ser, dentro del ámbito de su propia nación, un nacionalista intervencionista y regulador (es decir, en mayor o menor medida, socialista), sus medidas dirigistas se verán abocadas al fracaso si es que por algún procedimiento no logra que se apliquen simultáneamente en todas las naciones con las que compite en un amplio ámbito geográfico. Es decir, que es absurdo establecer medidas de regulación e intervención en un solo Estado-nación (por ejemplo, de la Comunidad Económica Europea) si es que no se logra que a través de una directiva o norma emanada de Bruselas se imponga la misma intervención al resto de los Estados-naciones y regiones de la Comunidad. Por tanto, aquel nacionalista de veleidades intervencionistas y socialistas, en última instancia, si persigue con ahínco y eficacia sus objetivos de intervención, lo único que logrará será traspasar el centro de gravedad de las decisiones políticas y económicas desde la nación que dice defender hasta el centro político del Estado u organización política más amplia a la que pertenezca (Madrid o Bruselas). Es decir, volvemos a darnos cuenta de cómo es correcta la intuición socialista de los Jacques Delors, Felipe González y otros eurofanáticos que, en última instancia, pretenden un reforzamiento continuo de los poderes de Bruselas. Pero lo que parece paradójico y contradictorio es que también muchos líderes nacionalistas hayan defendido, en perjuicio de sus propias naciones, el engrandecimiento de los centros estatales de poder, cuando han perseguido políticas de corte intervencionista.
Desde esta perspectiva no es atrevido afirmar que gran parte de la responsabilidad, por ejemplo, del centralismo madrileño en España, tiene su origen en el propio nacionalismo catalán que, históricamente, a la hora de conseguir y lograr privilegios en su favor (de tipo proteccionista, etc.) no ha dudado jamás en acudir a Madrid para “pactar” y conseguir leyes de ámbito estatal que obligaran a todas las regiones, incrementando, en última instancia, el poder de la capital en perjuicio de la propia nación a la que decían defender. (12) No hay, por tanto, históricamente mayores responsables del centralismo madrileño que los propios miopes nacionalistas catalanes (13). Y este paradójico resultado histórico parece que está volviéndose a repetir de nuevo en relación con el ámbito más amplio de la Comunidad Económica Europea, a la que ingenuamente recurren los líderes de las distintas regiones y nacionalidades pensando que con ello disminuyen el poder de los Estados-naciones, sin darse cuenta de que el reforzamiento federal de la Comunidad da lugar al engrandecimiento de un poder centralista, el de Bruselas, que eventualmente puede llegar a ser mucho peor. Así se convierten en extraños “compañeros de viaje” los nacionalistas ingenuos que defienden el engrandecimiento de Bruselas en perjuicio de los Estados-naciones, y los ingenuos entusiastas europeístas (como Felipe González y otros) cuya intuición socialista les lleva a reforzar el poder de Bruselas, sin que unos y otros se den cuenta de que ello se efectúa tanto a costa de una continua debilitación de la idea nacional española, y de sus símbolos más esenciales, como es el constituido por la propia monarquía, como a costa de un progresivo debilitamiento del ideal nacional de ámbito regional (cuyas decisiones cada vez cuentan menos en comparación con las que se toman en la Comunidad).
En este campo, como en otros, vemos cómo confluyen los erróneos e ingenuos intereses de nacionalistas y socialistas, todos ellos en perjuicio del verdadero espíritu liberal que ha de regular las relaciones pacíficas, armoniosas y fructíferas entre las distintas naciones.
En todo caso, no hemos de renunciar a utilizar la argumentación racional con los nacionalistas de tipo intervencionista, puesto que aquéllos en los que prepondere el ideal nacionalista sobre la ideología intervencionista o de coacción, puede ser que lleguen a terminar de entender que lo más contrario a la propia idea de nación que defienden son las políticas intervencionistas en todos los órdenes (económico, cultural, lingüístico, etc.) que hasta ahora han venido preconizando.
Quizá una de las explicaciones más plausibles para el nacionalismo intervencionista se encuentre en el complejo de inferioridad y en la falta de seguridad en sí mismas que tienen muchas naciones. Y por eso son precisamente las naciones más en retrogresión y, por tanto, más inseguras, las que de manera más violenta reaccionan contra su propio sino. En principio, podríamos afirmar que conforme una nación se encuentre en un estado de mayor retrogresión (habiendo sido absorbida por otras más ricas y dinámicas), más violentos serán los últimos estertores de su agonía (como lo prueba el caso de la nación vasca y, en menor medida, el de las manifestaciones intervencionistas en el campo lingüístico de la nación catalana). Una nación que esté segura de sí misma, que crea en su futuro y que no tema a la competencia con otras naciones en un plano de igualdad será una nación en la que más fácilmente preponderará el espíritu de cooperación liberal que hemos venido describiendo en este artículo (14).
7. Conclusión: por un nacionalismo liberal
La conclusión del análisis sobre el nacionalismo liberal que hemos efectuado en este artículo ha permitido dilucidar hasta qué punto es coherente y acertada la política de los euroescépticos iniciada por Margaret Thatcher en relación con la Comunidad Económica Europea, frente al ingenuo euroentusiasmo de los políticos europeos de tendencia socialista (Felipe González, Jacques Delors, etc.). Defendamos, por tanto, las naciones en un entorno de libertad de comercio, mercado e inmigración, pues ello es el mejor seguro de vida en contra del dirigismo, la coacción y el intervencionismo. Igualmente, hagamos ver a los miopes nacionalistas de cada Estado que todo lo que no sea el desarrollo del ideal nacional en un entorno de completa libertad va, en última instancia, en perjuicio de la propia idea de nación que ellos dicen defender. La falta de seguridad en sí mismos y de confianza en el valor de los principios culturales e idiomáticos de su nacionalidad les lleva a imponer por la fuerza un proteccionismo idiomático, cultural y económico que, en última instancia, debilita a su propia nación y la hace peligrar en el proceso de competencia liberal con las otras naciones. La nación sólo puede desarrollarse y reforzarse en un entorno de libertad y cuanto antes los nacionalistas se den cuenta de estos principios esenciales, antes abandonarán las trágicas políticas que han adoptado hasta ahora, en perjuicio de sus propias naciones y de las otras naciones con las que forzosamente han de convivir. El nacionalismo liberal, no es sólo la única concepción del nacionalismo compatible con el desarrollo de las naciones, sino que además constituye de cara al futuro el único principio de cooperación armoniosa, pacífica y fructífera entre todos los grupos sociales.
Madrid, 7 de octubre de 1994
Jesús Huerta de Soto
Catedrático de Economía Política
Universidad Rey Juan Carlos de Madrid
http://www.jesushuertadesoto.com/articulos/articulos-en-espanol/teoria-nacionalista/
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Re: Nacionalismo/Criollismo
Cómo salír del régimen, de Alberto Mansueti
Publicado en febrero 1, 2014
Mientras tanto en Venezuela, en este febrero se cumplen 10 AÑOS de los episodios de violencia callejera de 2004 que llamaron “guarimba”, y que fracasó en su intento de “tumbar el régimen”.
I
Durante estos 10 años, esos promotores han seguido pidiendo esa “forma de lucha”, principalmente en las redes sociales. Por lo general desde otros países, teclean día, tarde y noche en Facebook y Twitter, “convocando” a los venezolanos a “tomar la calle”, trancando vías y quemando cauchos. A ese tipo de violencia le llaman resistencia “no violenta”, lo cual es faltar a la verdad.
En DIEZ AÑOS no han tenido respuesta. Y ello por razones obvias: estamos en una tiranía comunista, altamente militarizada, secuestrados los medios de prensa, con su oposición colaboracionista 100 % entregada al régimen chavista, y el régimen chavista 100 % entregado a los ocupantes cubanos. En tales condiciones, ¿quién en su sano juicio va a correr semejante riesgo de salir a quemar cauchos, frente a la puerta de su casa, trancando su calle, poniendo además en riesgo a su familia? ¡Por favor!
Y ante esta falta de eco y silencio que hallan, los “pro-guarimba” se pasan todo el tiempo despotricando contra la gente por una supuesta “comodidad” o “cobardía” de los venezolanos, y comparando con otros países, donde según ellos la gente no es cómoda ni cobarde y “sale a la calle”. Y además despotrican contra la dirigencia opositora porque “¡no convoca a tomar la calle!”
Pienso que ellos, al igual que todos quienes despotrican contra la MUD porque “no convoca a tomar la calle”, deberían aprovechar el aniversario para reflexionar. E informarse mejor, acerca de cómo es en realidad la resistencia popular a los regímenes comunistas en otros países. Desde Checoslovaquia en 1989 hasta Ucrania hoy en día, pasando por los casos de Polonia y demás países de Europa del Este y hasta la misma URSS y China, la lucha contra el comunismo se ha hecho y se sigue haciendo siempre en nombre del sistema opuesto: el capitalismo. Es lo lógico. ¡Ah pero los pro-guarimba nos dicen “No, no, de ese tema ni hablar, porque primero hay que salir del régimen, y luego ya eso se verá…” Pero amigos, ¿y cómo creen Uds. que se puede salir de un régimen comunista sin cuestionar el comunismo, y exigir las reformas que lleven al sistema contrario, tal y como se ha hecho, y sigue haciendo, en todos los países mencionados?
Para salir del comunismo, a la gente no se la motiva convocando a “protestas” vacías de contenido, menos aún con contenidos de exigencias de garantías electorales o políticas que sólo interesan a los políticos. Al grueso de la gente, la falta de harina, arroz, café, pollo, papel higiénico etc. (y de empleo), le duele más que la falta de democracia. Por eso es que la motivación se logra mostrando que la escasez es resultado típico del comunismo, así como la abundancia es propia del capitalismo.
Pero los pro-guarimba no pueden entenderlo, porque para entenderlo hay que ser liberal. Y ellos son social-demócratas. Como los de la MUD; sus diferencias son sólo en los métodos: la MUD no quiere violencia, y ellos, la violencia que llaman “guarimba”. Pero son también social-demócratas, como lo es Gene Sharp, a quien invocan como mentor. El libro de Sharp tiene enormes fallos, básicamente equiparar dictaduras de derechas con tiranías de izquierdas, escamoteando la enorme diferencia que hay entre las primeras, de las cuales se sale fácil porque los comunistas las tumban, y las segundas, establecidas por los mismos comunistas, y por eso mucho más difíciles de sacar. Sin embargo y en honor a la verdad, Sharp no manda a nadie a quemar cauchos en la esquina de su casa. El caso es que los pro-guarimba son social-demócratas, igual como los opositores mencheviques anti-soviéticos en el bloque soviético, que desde 1917 hasta hoy fracasaron N veces y siguen fracasando, por su incapacidad de conectar con las verdaderas y más sentidas demandas populares, que no son políticas sino económicas.
II.
Hay muchas cosas que sólo se ven, se perciben y se entienden desde una perspectiva liberal. Ejemplo: el colaboracionismo de la “oposición” social-demócrata o menchevique; y la forma de llegar a LA SALIDA. En el comunismo, siempre hay partidos, figuras y grupos mencheviques o socialismo “blando”, que colaboran con los bolcheviques o socialismo “duro”. Los mencheviques no quieren salir del socialismo; piden salir sólo de su forma “autoritaria”, quieren pasar a una forma “democrática” de socialismo, dicen ellos. Así el socialismo “duro” es oficialismo, y el socialismo “blando” es la oposición benevolente. Lo hacen a veces de modo descarado y oficialmente, en los “Frentes Populares”; otras veces de manera algo más disimulada, pero con pretensiones de “cogobierno” desde sus “espacios”, como en Venezuela.
En realidad ambos socialismos son en el fondo inseparables, dos caras de la misma moneda: el sistema, el socialismo. Ud. no puede embestir contra uno sólo de ellos porque fracasa. Si quiere tener éxito, debe confrontar a ambos a la vez. ¡Para salir de ambos! Por eso bajo los sistemas soviéticos, los liberales fueron los únicos que hicieron la estrategia correcta: ir a la vez contra ambas caras de la moneda. ¿Y cómo? Muy simple: cuestionando y atacando el “común denominador” de gobierno y oposición: el socialismo. Y de la única forma posible: demandando el sistema opuesto. Exigiendo el cambio ya. Apoyando a los únicos que enfrentan ambos socialismos. ¡A los liberales! Así fue en 1989.
Como digo: lo inteligente es ser liberal. Pero para ser liberal, hay que aprender a pensar como liberal; y lo primero es ser realista: ver la realidad como es, no como quisiéramos, o nos gustaría que fuera. O como el libro de Sharp dice que es.
Otro punto: en 2004 la guarimba fracasó en su objetivo pero en el trance quedaron 9 muertos, casi 200 heridos, e incontables pérdidas materiales, incluyendo robos, saqueos e incendios. Si mañana o pasado, Dios no quiera, algunos disociados (que abundan en Venezuela) decidieran hacerles caso a Uds., ¿no saben que los militares comunistas, tanto cubanos como venezolanos les van a reventar a balazos o a pasar la tanqueta por encima? Creo que los venezolanos de Venezuela lo saben, y por eso no les hacen caso; Uds. quizá no lo saben, debe ser porque en su mayoría están en el exterior. Y otro más, vinculado al anterior: entre los pro-guarimba hay algunos nostálgicos de Pérez Jiménez delirando con “provocar un golpe”; pues van atrasados de noticias, hay que avisarles que los militares anticomunistas se terminaron, junto con la Guerra Fría, y eso fue, precisamente en 1989, ya hace nada menos que ¡un cuarto de siglo!
Hay que entender que la guarimba y el afán por “tomar la calle” son hijos de la antipolítica y la partidofobia de la clase media. Muy afectada en Venezuela y toda Latinoamérica por todos los malos resultados del estatismo, que nos trajeron las democracias recuperadas en los ‘80, nuestra clase media se resiste a ver la causa real de sus males. Y echa las culpas sobre “la corrupción”, que es solamente otra de las consecuencias del estatismo, y sobre los partidos y la política, en forma general e indiscriminada, sin comprender que sin partidos no hay democracia, y sin actividad política inteligente capaz de enfrentarla, la tiranía se perpetúa indefinidamente. Recordemos que la antipolítica y la partidofobia de la clase media, aunada a su histeria “anticorrupción”, nos abrió la puerta de par en par a los caudillos mesiánicos engendrados por la izquierda, y al socialismo del siglo 21 que hoy padecemos.
“Liberalismo” significa liberalismo clásico y capitalismo liberal: gobierno limitado en una democracia normal, con amplia variedad ideológica; mercados libres de violencia y fraude, competencia abierta y moneda dura; respeto por la propiedad privada e instituciones particulares separadas del Estado. El capitalismo requiere de un gobierno proveedor de seguridad, justicia e infraestructura públicas, y va de la mano con las instituciones del matrimonio y la familia, como muy bien sabían Marx y Engels. No es el “libertarismo” utópico de los anarcoateístas que suscriben la agenda del marxismo cultural.
III.
Las reformas liberales tienen que hacerlas fuerzas liberales; es obvio que los socialistas nunca van a hacerlas, esa es otra utopía en la que caen muchos profesores liberales, que con toda su sapiencia aún creen que el problema es que los socialistas “no saben economía” y ellos van a enseñarles, ¡por favor! Ya tuvimos “Neo” liberalismo en los 90, una interpretación criolla del Consenso de Washington, a cargo de partidos y líderes peronistas en Argentina, del PRI en México, de Acción Democrática en Venezuela, y sabemos cómo terminó.
Por otro lado las izquierdas son muy sagaces: por todos los medios torpedean, sabotean e impiden las reformas, y después, ¡le echan la culpa “al capitalismo”! El socialismo es algo tan antinatural, disparatado y nefasto, que su vigencia y permanencia sólo puede ser explicada por un factor: la ausencia o impotencia de una derecha liberal e inteligente, capaz de enfrentarle con éxito. En Latinoamérica el problema no es la izquierda, que hace su trabajo, destructivo, y lo hace muy bien. El problema es la derecha, que no existe, o es la derecha mala (mercantilista), o no sabe hacer su tarea.
En el Centro de Liberalismo Clásico hemos programado las cinco reformas necesarias para estrenar el capitalismo liberal en Latinoamérica, hemos identificado las leyes malas que se requiere derogar, y hemos programado un plan de acción política que nos puede llevar a La Salida. Tomando en cuenta la experiencia de los países del Imperio soviético, donde líderes, movimientos e iglesias cristianas tomaron parte activa en la resistencia política contra el comunismo, y contribuyendo grandemente a su caída. Pero por supuesto hablamos de cristianismo clásico: ortodoxo griego, católico romano, anglicano, protestante. No hablamos del socialismo religioso que llaman “Teología de la Liberación”, infección que desde el catolicismo romano ha contagiado a casi todas las iglesias evangélicas; y desde luego tampoco hablamos del estatismo clerical, que promueven las ambiciones políticas de ciertos pastores pentecostales.
Alguna gente dice: “Eso que Uds. liberales proponen se va a tardar muchos años.” Bueno, nadie sabe cuántos años. Pero lo que yo sé son dos cosas: una, que no existe otra receta para salir de una tiranía comunista, y quien te diga que con la guarimba o “la calle” saldimos mañana por la tarde, o la semana que viene, no te dice la verdad. Dos, que cuanto antes comencemos, antes salimos, y cuanto más demoremos, más tardaremos. Imagínate que en vez de insistir con guarimbas hubiésemos comenzado hace 10 años, ¿dónde estaríamos ahora?
Por favor amigos pro-guarimba, les pido que no me copypasten abajo sus argumentos de siempre porque ya los conozco de memoria. Así que me disculpan pero si los ponen ya saben: los voy a quitar, sorry. De mi parte otra vez les invito cordial y amablemente a leer a Vaklav Klaus, ese señor sí sabe cómo se tumba un sistema comunista, porque lo hizo. Y si Klaus les parece muy largo, o no leen inglés, entonces lean “EL FUETE”. Ambos links están abajo. Muchas gracias y feliz fin de semana!
http://www.klaus.cz/english-pages/
http://raulmarvalblog.files.wordpress.com/2014/01/manual-de-operaciones-versic3b3n-1-12.pdf
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Re: Nacionalismo/Criollismo
No sé la VERACIDAD de ESTO, pero de ser verdad no PODRÍA ESTAR MÁS ARRECHO.
No joda, con razón los ADECOS y los COPEYANOS mandaban a ECHARLE PLOMO A ESA GUEBONADA y la ALLANABAN
NO ES MÁS QUE UN ANTRO DE COMUNISTAS, ES INCREIBLE LA CANTIDAD DE PARASITOS COMUNISTAS INFILTRADOS EN ESTE PAÍS.
El Nacional y 2001, 1º y 3 de febrero de 1989
Nosotros, intelectuales y artistas venezolanos al saludar su visita a nuestro país, queremos expresarle públicamente nuestro respeto hacia lo que usted, como conductor fundamental de la Revolución Cubana, ha logrado en favor de la dignidad de su pueblo y, en consecuencia, de toda América Latina.
En esta hora dramática del Continente, sólo la ceguera ideológica puede negar el lugar que ocupa el proceso que usted representa en la historia de la liberación de nuestros pueblos. Hace treinta años vino usted a Venezuela, inmediatamente después de una victoria ejemplar sobre la tiranía, la corrupción y el vasallaje. Entonces fue recibido por nuestro pueblo como sólo se agasaja a un héroe que encarna y simboliza el ideal colectivo. Hoy, desde el seno de ese mismo pueblo, afirmamos que Fidel Castro, en medio de los terribles avatares que ha enfrentado la transformación social por él liderizada y de los nuevos desafíos que implica su propio avance colectivo, continúa siendo una entrañable referencia en lo hondo de nuestra esperanza, la de construir una América Latina justa independiente y solidaria.
Los 911 firmantes
1. Guillermo Abdala, escultor
2. Carmen Absueta, escritora
3. Ángel Eduardo Acevedo, escritor
4. Josefina Acevedo, cineasta
5. Elizabeth Acosta, investigadora Inst. de Investigaciones Econ. y Sociales UCV
6. Enriqueta Acosta, prof. UCV
7. Maruja Acosta, prof. Sociología UCV
8. Oscar Acosta, director teatral
9. Vladimir Acosta, coordinador de la Facultad de Economía UCV
10. Lola de Acuña, prof. LUZ
11. Emilio Agra, artista gráfico
12. Gilberto Agüero Gómez, dramaturgo
13. Sadia Aguilar, historiadora
14. Carlos Aguirre, titiritero
15. Jacqueline Aguirre, periodista
16. Marcial Aguirre, artista plástico
17. Yohana Ahumada, actriz
18. Alberto Alcalá, periodista
19. Gilberto Alcalá, periodista
20. Gustavo Alcalá, escritor
21. Luis Alcalá, prof. UDO
22. Aureliano Alfonzo Torres, cineasta
23. Ángel Alvarado, escritor
24. Hernán Alvarado, artista plástico
25. Iris Alvarado, artista plástica
26. Ramón Alvarado, prof. Economía UCV
27. Gisela Alvaray, directora de la Escuela de Educación UCV
28. Adolfo Álvarez, prof. Educación UCV
29. Eduardo Álvarez, escritor
30. Humberto Álvarez, periodista
31. Javier Álvarez, cineasta
32. María del Mar Álvarez, prof. Trabajo Social UCV
33. Maritza Álvarez, coordinadora Inst. de Investigaciones Económicas UCV
34. Sergio Alves Moreira, escritor
35. Ana Amundaray, fotógrafa
36. Raiza Andrade, prof. Sociología ULA
37. Luis A. Angulo, escritor
38. Laura Antillano, escritora
39. Sergio Antillano G., crítico de arte
40. Alfredo Anzola, cineasta
41. Carmen Aranguren, prof. ULA
42. Elizabeth Araujo, periodista
43. Edmundo Aray, escritor
44. Ignacio Luis Arcaya, ex canciller
45. Armando Arce, cineasta
46. Ernesto Arends, prof. ULA
47. Romelia Arias, vicepresidenta del Ateneo de Caracas
48. Carmen Amelia Arma, investigadora ININCO
49. Alfredo Armas Alfonzo, escritor
50. Lali Armengol, dramaturga
51. Ruperto Arocha, prof. Filosofía UCV
52. César Arteaga, prof. Derecho UC
53. Jorge Arteaga, pintor
54. Pilar Arteaga de Hernández, promotora de espectáculos
55. Verónica Artigas, actriz
56. Solange Arvelo, artista plástica
57. Alberto Arvelo Mendoza, cineasta
58. Alberto Arvelo Ramos, escritor
59. Consuelo Ascanio, prof. Administración UCV
60. Francisco Ascanio, farmacéutico
61. Haydée Ascanio, cineasta
62. María Elena Ascanio, promotora cultural
63. Rodolfo Ascanio, prof. Medicina UCV
64. Michelle Ascencio, directora de la Escuela de Letras UCV
65. Omar Astorga, prof. Filosofía UCV
66. Rosamaría Atencio, cineasta
67. Alidha Ávila, cineasta
68. Ligia Ávila, escritora
69. María Magdalena Ávila, promotora cultural
70. Sonia Azparren, economista
71. Carlos Azpúrua, cineasta
72. Guadalupe Babia, investigadora UCV
73. Aquiles Báez, músico
74. Juan Carlos Báez, historiador
75. Carmen Elena Balbás Rivas, prof. Comunicación Social UCAB
76. Jorge Ball, fotógrafo
77. Ricardo Ball, director de la Escuela de Comunicación Social LUZ
78. Rubén Ballesteros, vicerrector académico UC
79. José Balza, escritor
80. Jorge L. Barboza, escritor
81. Alberto Barrera, escritor
82. Olegario Barrera, cineasta
83. Juan Barreto, periodista
84. Luz Marina Barreto, prof. Filosofía UCV
85. Oswaldo Barreto, escritor
86. Pedro Barreto, escultor
87. Rafael Ángel Barreto, presidente IVCA
88. Sergio Barreto, investigador CENAM-UCV
89. Abdala Barrios, escritora
90. Fabricio Barrios, comunicador social
91. Gladys de Barrios, prof. UPEL
92. José Barroeta, escritor
93. Luisa Barroso, periodista
94. Cristóbal Bastidas, prof. Trabajo Social UCV
95. Oscar Bastidas, prof. Administración UCV
96. Oscar Battaglini, historiador
97. Carlos Becerra, prof. Arquitectura UCV
98. Francisco Bechara, decano de la Facultad de Odontología UCV
99. Ramón Belisario, pintor
100. Giovanna Bellarino, fotógrafa
101. Freddy Bello, prof. UC
102. Mauro Bello, pintor
103. Milena Bello, prof. UC
104. José Gregorio Bello Porras, escritor
105. Dolly Benavides, periodista
106. José Benedetto, arquitecto
107. Edgar Benítez, psiquiatra
108. Luna Benítez, periodista
109. Manuel Bermúdez, escritor
110. Winston Bermúdez, economista
111. Luis Bermúdez Romero, escritor
112. Pedro Beroes, escritor
113. José Berroterán, músico de “Un Sólo Pueblo”
114. Marisela Berti, actriz
115. Edme Betancourt de García, vicerrectora administrativa UC
116. Luisa Bethencourt, prof. CENDES
117. Teresa Biancelli, prof. Historia UCLA
118. Luis Bigott, coordinador de la Facultad de Humanidades UCV
119. Marcelino Bisbal, director de la Escuela de Com. Social UCV
120. Antonio Blasco, prof. UC
121. Miguel Bolívar, prof. Sociología UCV
122. Modesta Bor, compositora
123. Jorge Borges, actor
124. José Borges, actor
125. Eudis Borra, prof. Medicina UCV
126. Velia Bosch, escritora
127. Carlos Botto, prof. Medicina UCV
128. María Teresa Boulton, fotógrafa
129. Gabriel Bracho, pintor
130. Helena de Bracho, periodista
131. Sandra Bracho, fotógrafa
132. América Bracho E., periodista
133. Martiniano Bracho Sierra, escritor
134. Madilia Braga Díaz, prof. de Ballet
135. José Luis Briceño, prof. Economía UCV
136. Mirna Briceño, prof. Trabajo Social UCV
137. Argimiro Briceño León, promotor cultural
138. Roberto Briceño León, prof. Sociología UCV
139. Luis Enrique Brito, fotógrafo
140. Luis Britto García, escritor
141. Jacques Broquel, bailarín
142. Ana Brumlick, arquitecta
143. Luisa Bujanda, psicóloga
144. J. J. Burgos, escritor
145. Manuel Caballero, escritor
146. Antonio Cabezas, artista gráfico
147. Erubí Cabrera, productora teatral
148. Jesús María Cadenas, miembro del Consejo Universitario UCV
149. José Luis Cadenas, fotógrafo
150. Rosita Caldera, periodista
151. María Calderón, músico
152. Sari Calogne, directora de la Escuela de Educación UCV
153. Agustín Calzadilla, ex presidente de la Comisión de Derechos Humanos
154. Juan Calzadilla, escritor
155. Pedro Calzadilla Álvarez, historiador
156. Juan Antonio Calzadilla Arreaza, escritor
157. Luisa Camacho, investigadora social
158. Yolanda Camacho de Rodríguez, Grupo “Las Moño Suelto”
159. Alberto Camarriel, prof. Economía de la UCV
160. Milagros Camejo Octavio, Grupo “Las Moño Suelto”
161. Carmen Teresa Camino, pintora
162. Antonio Campos, director teatral
163. Beatriz Campos, prof. de la UDO
164. Miguel Ángel Campos, escritor
165. José Campos Biscardi, pintor
166. José Canache, escritor
167. Aureliano Canchica, prof. de Educación UCV
168. Malula Capello, escritora
169. Graciela Capriles, psicóloga
170. Simonne Capriles, economista
171. Alfredo Caraballo, prof. Sociología UCV
172. Arturo Cardozo, historiador
173. Lubio Cardozo, escritor
174. Freddy Carquez, prof. Medicina UCV
175. Gonzalo Carrero, prof. Trabajo Social UCV
176. Julio Carrillo, escritor
177. Margot Carrillo Pimentel, prof. ULA
178. Elisa Carvalho, prof. Humanidades UCV
179. Elisa Casado, prof. Educación UCV
180. Ramón Casanova, prof. de CENDES
181. Victoria Casanovas, prof. Economía UCV
182. Nora Castañeda, coordinadora administrativa de Economía UCV
183. Antonio Castejón, decano de la Fac. de Ciencias Experimentales LUZ
184. Marianela Castés, prof. de Medicina UCV
185. Adicea Castillo, prof. Economía UCV
186. Alfrides Castillo, prof. Sociología UCV
187. Carlos Castillo, cineasta
188. Evelia Castillo, actriz
189. Freddy Castillo, escritor
190. Jorge Castillo, arquitecto
191. María Teresa Castillo, presidenta del Ateneo de Caracas
192. Ocarina Castillo, directora de cultura UCV
193. Omar Castillo, periodista
194. Zoila Castillo, cineasta
195. Gregorio Antonio Castro, director de la Escuela de Sociología UCV
196. Guillermo Castro, investigador ININCO
197. Claudio Cedeño, caricaturista
198. Gema de Cedeño, pintora
199. Ismael Cejas, prof. ULA
200. Audio Cepeda, fotógrafo
201. Alfredo Chacón, escritor
202. Ana Cointa Chacón, periodista
203. Germania Chacón, promotora cultural
204. Roberto Chacón, prof. ULA
205. Román Chamorro, cineasta
206. Rubén Chamorro, cineasta
207. Oscar Chaparro, cineasta
208. Irwing Chapellín, artista plástico
209. Haydée Chavero, prof. Arte UCV
210. Carmelo Chillida, ex vicerrector UCV
211. José Luis Chiquito León, secretario UC
212. César Chirinos, escritor
213. Diego Nicolás Chirinos, periodista
214. Edmundo Chirinos, ex rector UCV
215. Orlando Chirinos, escritor
216. Frank Cisneros, dibujante
217. Vial Cisneros, arquitecto
218. Omar Luis Colmenares, periodista
219. Héctor Colmenares Díaz, escritor
220. Hely Colombani, escritor
221. Aída Cometta Manzoni, escritora
222. Alberto Comte, escritor
223. Yorlando Conde, director de teatro T-POS
224. Amanda Contreras, prof. Trabajo Social UCV
225. Elsy Contreras, tallista
226. Fernando Contreras, prof. ULA
227. Gustavo Contreras, prof. UC
228. Diómedes Cordero, escritor
229. Rafael Cordero, prof. Psicología UCV
230. Jesús Cordero Giusti, promotor cultural
231. Armando Córdoba, prof. Economía UCV
232. Víctor Córdova, prof. Economía UCV
233. Máximo Corrales, promotor cultural
234. Marbella Correa, prof. UFM
235. Belkis Cortez, prof. ULA
236. Laura Cracco, escritora
237. Virgilio Crespo, Danzaluz
238. Jacinto Cruz, actor
239. Teresa Cuberos, prof. UCV
240. Alfonso Cuesta y Cuesta, escritor
241. Luis Cuevas, pintor
242. Víctor Cuica, músico
243. Miguel Curiel, cineasta
244. Nicolás Curiel, director teatral
245. Antonio E. Dagnino, actor
246. Maruja Dagnino, cineasta
247. Luis F. Damiani, prof. Sociología UCV
248. Miguel Elías Dao, cronista de Puerto Cabello
249. Haleis Dávila, prof. Sociología UCV
250. Rui De Carvalho, psiquiatra
251. Pablo De La Barra, cineasta
252. Venancio De La Cruz, prof. Trabajo Social UCV
253. Mario Del Moral, músico
254. Paúl Del Río, pintor
255. Cruz Elena Delgado, promotora cultural
256. Kotepa Delgado, escritor
257. Fernando Delgado Espinoza, médico
258. Igor Delgado Senior, escritor
259. María Cristina Di Prisco, prof. Medicina UCV
260. Rafael Di Prisco, escritor
261. Luisa E. Díaz, promotora cultural
262. María Lucía Díaz, prof. Comunicación Social UCV
263. Mercedes Díaz, actriz
264. Raúl Díaz, pintor
265. Trino Díaz, vicerrector administrativo UCV
266. Oscar Díaz Punceles, escritor
267. Gustavo Díaz Solís, escritor
268. Franca Donda, fotógrafa
269. Josune Dorronsoro, crítico de arte
270. Pedro Duno, escritor
271. Paulino Durand, actor
272. Aracelys Echeverría, arquitecto
273. Elías Eljuri, decano de la Facultad de Economía UCV
274. Perán Erminy, crítico de arte
275. Ralph Erminy, arquitecto
276. Julio Escalona, prof. Psicología UCV
277. Elisa Escámez, actriz
278. Elba Escobar, actriz
279. Kiddio España, director del Teatro Estable de Oriente
280. Homero Español, prof. Economía UCV
281. María Eugenia Esparragoza, cineasta
282. Gioconda Espinel, prof. Trabajo Social UCV
283. Manuel Espinoza, artista plástico
284. Elena Estaba, directora de Planeamiento UCV
285. Malila Estaba, pintora
286. Rosa Estaba, prof. Geografía UCV
287. Rosa Estacio, prof. Economía UCV
288. Arnaldo Esté, prof. Filosofía UCV
289. Gaudi Esté, escultora
290. Edna Estéves, coordinadora del vicerrectorado administrativo
291. Raúl Estevez, prof. Física ULA
292. Víctor Fajardo Cortez, prof. CENDES
293. Humberto Farfán, coordinador de Trabajo Social UCV
294. David Fermín, prof. ULA
295. Alexis Fernández, escritor
296. Beatriz Fernández, prof. CENDES
297. Federico Fernández, fotógrafo
298. Gladys Fernández, directora de la Escuela de Administración UCV
299. José Fernández, prof. Psicología UCV
300. José Humberto Fernández, titiritero
301. Liliana Fernández, prof. UCV
302. Hugo Fernández Oviol, escritor
303. Marisol Ferrari, bailarina
304. Yoston Ferrigni, prof. Sociología UCV
305. Lady Fonseca, prof. de Trabajo Social UCV
306. Nereida Fonseca, promotora cultural
307. Roberto Fontana, fotógrafo
308. Celso Fortoul, prof. Ingeniería UCV
309. Lydda Franco Farías, escritora
310. Luis Fuenmayor, rector UCV
311. Elizabeth Fuentes, periodista
312. Rafael Fuentes, promotor cultural
313. Maite Galán, promotora cultural
314. Alberto Galíndez, actor
315. Francisco Gallardo, director teatral
316. Eduardo Gallegos Mancera, escritor
317. Orlando Gámez, músico
318. Raquel Gamus, prof. UCV
319. Alix García, secretaria del Consejo Universitario UCV
320. Jesús García, antropólogo
321. Luis García, fotógrafo
322. Luis R. García, periodista
323. Luis Rafael García, periodista
324. Marcela García, prof. UCV
325. María García, prof. LUZ
326. Víctor García, promotor cultural
327. Yajaira García, periodista
328. Zacarías García, artista plástico
329. Humberto García Arocha, ex ministro de Educación
330. Gonzalo García Bustillos, ex ministro de la Secretaría de la Presidencia
331. José Francisco García Marcano, prof. UC
332. Manuel García Pulido, coordinador de la Facultad de Humanidades UCV
333. Emiro García Rosas, periodista
334. José Luis Garrido, artista gráfico
335. Judith Gasparini, actriz
336. Paolo Gasparini, fotógrafo
337. Esther Gautier, presidenta de CENATEV
338. Francisco Gavidia, prof. ULA
339. Gertrudis Gavidia, prof. ULA
340. Inmaculada Gavidia, cineasta
341. Jesús Gazo, s.j., presbítero
342. Elena Gil, cantante
343. Frida Gil, músico de Un Solo Pueblo
344. Ricardo Gil, historiador
345. Carlos Giménez, director teatral
346. Lulú Jiménez Valdivia, investigadora CELARG
347. Jorge Giordani, prof. CENDES
348. Nagliegli Godoy, coordinadora Galería “Viva México”
349. Xitlalli Godoy, actriz
350. Jesús Golindano, periodista
351. Valmore Gómez, cineasta
352. Ileana Gómez C., traductora
353. Asdrúbal González, historiador
354. Beatriz González, historiadora
355. Carlos A. González, prof. Medicina UCV
356. Cristina González, periodista
357. Eberto González, prof. UFM
358. Franklin González, prof. Trabajo Social UCV
359. Gonzalo González, politólogo
360. Noel González, junta directiva de FEVEC
361. Oswaldo González, prof. UC
362. Raúl González, fotógrafo
363. Reddy González, artista plástico
364. Roberto González, artista plástico
365. Manuel González Abreu, prof. Economía UCV
366. Néstor González Acuña, prof. Administración UCV
367. Alí González P., miembro del Consejo Universitario UCV
368. Beatriz González Stephan, prof. UCV
369. Jesús Alberto González Vegas, prof. Medicina UCV
370. Marisela Gonzalo, semióloga
371. Elsa Gramcko, pintora
372. Ida Gramcko, escritora
373. Omar Granados, prof. ULA
374. Edgardo Greco, promotor cultural
375. Aníbal Grunn, actor
376. Jesús Enrique Guédez, cineasta
377. María Guédez, ceramista
378. Cleides Guerra, directora Escuela de Idiomas UCV
379. Cristóbal Guerra, periodista
380. Elena Guerra, prof. Trabajo Social UCV
381. Ibrahím Guerra, director teatral
382. Carmen Priscila Guevara, prof. UDO
383. Emil Guevara, prof. UCV
384. Arturo Gutiérrez, escritor
385. Jesús Rafael Gutiérrez, prof. Medicina UCV
386. José Albano Gutiérrez Pacheco, prof. UC
387. Eduardo Guzmán, arquitecto
388. Manuel Guzmán, director Revista Letras UCV
389. Mario Handler, cineasta
390. Maryam Hanson, prof. UCV
391. Ana Cristina Henríquez, cineasta
392. Alba Rosa Hernández, prof. USB
393. Amelia Hernández, periodista
394. Ana Rosa Hernández, prof. Trabajo Social UCV
395. Augusto Hernández, fotógrafo
396. Emely Hernández, prof. Arte UCV
397. Enrique Hernández, arquitecto
398. Gustavo Hernández, promotor cultural
399. Josefina de Hernández, prof. CENDES
400. Lesbia Hernández, diseñadora gráfica
401. Loyola Hernández, internacionalista
402. Régulo Hernández, prof. Economía UCV
403. Earle Herrera, escritor
404. José Rafael Herrera, prof. Filosofía UCV
405. Luis Alfredo Herrera, prof. Veterinaria UCV
406. María Helena Herrera, investigadora CENDES
407. Francisco Herrera Luque, escritor
408. Benjamín Hierro, pintor
409. Daniel Honaggn, bailarín
410. Solveig Hoogesteijn, cineasta
411. Magali Huggins, prof. Trabajo Social UCV
412. Lilian Hung, prof. CENDES
413. Isabel Hungría, actriz
414. Mirtila Illas Gil, abogada
415. Rafael Iribarren, arquitecto
416. Eva Ivanyi, directora artística
417. Rodolfo Izaguirre, crítico cinematográfico
418. Ariel Jiménez, artista plástico
419. Edgar Jiménez, promotor cultural
420. Elisa Jiménez, prof. Psicología UCV
421. Alberto Jordán, periodista
422. Josefina Jordán, escritora
423. Josefina Juliac de Palacios, vicepresidenta del Ateneo de Caracas
424. Manón Kubler, cineasta
425. Olga L. de García Arocha, prof. Medicina UCV
426. Diana Labrador, actriz
427. Luis Lander, prof. Economía UCV
428. Edgardo Lander L., prof. Sociología UCV
429. Américo Lares, prof. UDO
430. Ronald Lares, prof. UPEL, Maturín
431. Morella de Larriva, prof. UNELLEZ
432. Ramón Larriva Contreras, promotor cultural
433. Vladimir Lazo, prof. Economía UCV
434. Edgar Leal, prof. Ciencias UCV
435. Vielma Lehmann, investigadora ININCO
436. Hernán Lejter, director teatral
437. Andrés A. León, director de teatro
438. Enrique León, director de teatro
439. Ernesto León, pintor
440. Jesús Alberto León, escritor
441. Ramón León, arquitecto
442. Adeliz León Guevara, escritor
443. León Levy, escritor
444. Boris Lima, prof. Trabajo Social UCV
445. Tiburcio Linares, prof. UCV
446. Rita Liprandi, prof. CENDES
447. Antonia de Lisio, investigadora CENAM-UCV
448. Marcelo Lizarraga, diseñador gráfico
449. Antonio Llerandi, cineasta
450. Belén Lobo, bailarina
451. Emiro Lobo, pintor
452. Enrique Lobo, arquitecto
453. Alí López, prof. ULA
454. Carmen López, periodista
455. Daniel López, actor
456. Edilio López, promotor cultural
457. Hercilia López, bailarina
458. Lupe López, bibliotecóloga
459. María Victoria López, prof. UPB
460. Ibrahím López García, prof. UFM
461. Luis López Grillo, decano de la Facultad de Medicina UCV
462. Ramón Losada Aldana, escritor
463. María del Mar de Lovera, prof. Economía UCV
464. María Elena Lovera, prof. Economía UCV
465. Tamara Lozada, prof. Comunicación Social LUZ
466. Henry Mac Carthy, actor
467. Arlette Machado, prof. Letras UCV
468. Gertrudis de Machado, periodista
469. Luis E. Machado, promotor cultural
470. Gilberto Madrid, abogado
471. Ángel Madriz, escritor
472. Héctor Malavé Mata, prof. Economía UCV
473. Ricardo Maldonado, decano Facultad de Ciencias Económicas UC
474. Cósimo Mandrilo, escritor
475. Carmen Mannarino, escritora
476. Manuel Manrique, abogado
477. Carmen Isabel Maracará, escritora
478. Gabriel Marcos, escultor
479. Jesús Marín, prof. ULA
480. Hugo Mariño, artista plástico
481. Carlos Márquez, actor
482. Esperanza Márquez, cantante
483. Yilbert Márquez, pintor
484. Augusto Márquez Brandt, escritor
485. Alexis Márquez Rodríguez, escritor
486. Cinesio Márquez Sosa, prof. Historia UCLA
487. Juan Carlos Márquez Villa, pintor
488. Ambretta Marrosu, crítico cinematográfico
489. Susana Martín, promotora cultural
490. Agustín Martínez, director de la Escuela de Filosofía UCV
491. José Luis Martínez, prof. ULA
492. Pedro J. Martínez, prof. Estudios Políticos UCV
493. Salvador Martínez, pintor
494. Ulises Martínez, historiador
495. Mahfud Massis, escritor
496. Aquilino José Mata, periodista
497. Humberto Mata, escritor
498. Manuel Matute, psiquiatra
499. David Maury, psicoanalista
500. Reinaldo Maza, prof. UPEL, Maturín
501. Domingo F. Maza Zavala, economista
502. Luisa Medina, prof. Administración UCV
503. Ramón Daniel Medina, escritor
504. Fernando Medina Ferrada, escritor
505. Edna Medina Patrick, directora de la Escuela de Letras LUZ
506. Arístides Medina Rubio, director de la Escuela de Historia UCV
507. Pedro Esteban Mejía, prof. de Economía UCV
508. Trino Meleán, psiquiatra
509. Asdrúbal Meléndez, actor
510. Ramón Melinkoff, prof. de Economía UCV
511. Freddy J. Melo, escritor
512. Absalón Méndez, prof. Economía UCV
513. Ana Irene Méndez, periodista
514. Consuelo Méndez, pintora
515. Humberto Mendoza, abogado
516. Ricardo Mendoza, profesor
517. Silvia Mendoza, actriz
518. Gladys Meneses, pintora
519. Elys Mercado, rector UC
520. Marco Tulio Mérida, historiador
521. Giovanna Mérola, crítico cinematográfico
522. Omar Mesones, productor de cine
523. Diego Meza Torres, actor
524. Carlos Mezones, promotor cultural
525. Gustavo Michelena, guionista
526. Mieres, economista
527. Rigel Milian, promotora cultural
528. Carlos Miranda, actor
529. Abdel Mohamed, historiador
530. Moisés Moleiro, escritor
531. Federico Moleiro Camejo, escritor
532. Adelina Molina, prof. Trabajo Social UCV
533. Alfonso Molina, periodista
534. Félix Molina, fotógrafo
535. Lenin Molina, prof. Comunicación Social UCV
536. Manuel Isidro Molina, periodista
537. Ricardo Molina Martí, prof. de Medicina UCV
538. Eva Mondolfi, actriz
539. Tulio Monsalve, prof. Psicología UCV
540. Juan José Monsant, internacionalista
541. Esteban Emilio Monsonyi, dir del doctorado en Ciencias Sociales UCV
542. Jorge Monsonyi, prof. Antropología UCV
543. Consuelo Montalvo, escritora
544. Luis Montenegro, promotor cultural
545. Álvaro Montero, escritor
546. Antonio Montilla, vicepres. Con. Desarrollo Cient. y Humanístico UCV
547. Gabriel Montilla, prof. ULA
548. J. J. Montilla, presidente de Desarrollo Científico UCV
549. Carmen Elena Morales, prof. ULA
550. Ileana Morales, escritora
551. Pedro Morales, cineasta
552. Rafael Morales, prof. ULA
553. Adolfo Moreno, prof. ULA
554. Héctor Moreno, actor
555. José Moreno Colmenares, prof. Economía UCV
556. Ángel Moros, Administración y Contaduría UCV
557. Carlos Mujica, escritor
558. Héctor Mujica, escritor
559. Ildemaro Mujica, actor
560. Lohengri Mujica, titiritero
561. Yolanda de Mujica, escultora
562. Gastón Murat, actor
563. Donald Myerston, cineasta
564. Álvaro Naranjo, investigador de cine
565. Guillermo Natera, prof. ULA
566. Luis Navarrete Orta, prof. Letras UCV
567. Tania Navarro, prof. Odontología UCV
568. Eudes Navas Soto, escritor
569. Aníbal Nazoa, escritor
570. Claudia Nazoa, cineasta
571. Laura Nazoa, crítico de danza
572. Leonardo Nazoa, prof. CENDES
573. Juan Negrete, prof. UCV
574. Michael New, cineasta
575. Carlos Noguera, escritor
576. Simón Noriega, escritor
577. Ada Nucetti, actriz
578. Jorge Nunes, escritor
579. Miguel Ángel Núñez, prof. UCV
580. Tito Núñez, escritor
581. J. R. Núñez Tenorio, escritor
582. Carlos Ochoa, escritor
583. Juvencio Ochoa, médico
584. Nelly Ochoa, ceramista
585. Verónica Oddo, actriz
586. Enna Olivar, escritora
587. Ligia Olivieri, pintora
588. Gabriela Omerz, investigadora ILDIS
589. José Napoleón Oropeza, escritor
590. Carlos Ortega, periodista
591. Joaquín Ortega, prof. UCV
592. Frank Ortiz, escritor
593. Jaime Ortiz, director de la Cinemateca Arlequín
594. Aníbal Ortiz Pozo, caricaturista
595. Nelson Osorio, prof. de Letras UCV
596. William Osuna, escritor
597. Yolanda Osuna, escritora
598. Alejandro Otero, artista plástico
599. Mariana Otero, lic. en Letras
600. Ana Teresa Ovalles, presidenta del Ateneo de Barquisimeto
601. Caupolicán Ovalles, presidente de la Asoc. de Escritores de Venezuela
602. Omar Ovalles, prof. UCV
603. Tibisay Ovalles, promotora cultural
604. Edilberto Pacheco, prof. Trabajo Social UCV
605. Abilio Padrón, pintor
606. Juan Páez Ávila, escritor
607. Jesús Páez Puerta, cantautor
608. Ángel Palacios, junta directiva de FEVEC
609. Antonia Palacios, escritora
610. Inocente Palacios, escritor
611. Lucila Palacios, escritora
612. Elio Palencia, dramaturgo
613. Ramón Palomares, escritor
614. Luis Pardi, actor
615. Gianfranco Parisi, prof. ULA
616. Francisco Parra, promotor cultural
617. Orlando Pastor Díaz, folklorista
618. Carlos Paván, prof. Filosofía UCV
619. Antonio José Pavón, pintor
620. Yanira de Paz, prof. letras LUZ
621. Carlos Pecheneda, cineasta
622. Edilio Peña, dramaturgo
623. Pablo Peñaranda, prof. Psicología UCV
624. Gustavo Pereira, escritor
625. Juvencio Pereira, escritor
626. Mirna Pereira, pintora
627. Iván Pereira Cellis, cineasta
628. Eddy Rafael Pérez, escritor
629. Manuel Pérez, pintor
630. Mary Carmen Pérez, pintora
631. Mario Pérez, librero
632. Milagros Pérez, periodista
633. Ramón Elías Pérez, escritor
634. Régulo Pérez, pintor
635. Ernesto Pérez Baptista, prof. ULA
636. Marelys Pérez Marcano, prof. Trabajo Social UCV
637. Ramón Pérez Piña, actor
638. Cecilio Pérez Tovar, periodista
639. Cruz Pernía, artesano
640. Blas Perezo Naveda, escritor
641. Horacio Peterson, director teatral
642. Edgar Petit, pintor
643. Félix N. Pifano, crítico de arte
644. Sandra Pinardi, lic. en Letras
645. Elías Pino Iturrieta, decano de la Facultad de Humanidades UCV
646. Iris Pinto, promotora cultural
647. Nallery Pinto, historiadora
648. Roger Pinzón, cineasta
649. Rafael Pizani, ex rector UCV
650. Marianela Ponce, escritora
651. José Ángel Porte-Acero, prof. Psicología UCV
652. Carlos Portillo, investigador social
653. Dilcia Potenza, jefe del área de Literatura de la UPB
654. Aída de Prado, educadora
655. Manuel Prado, medico
656. Nelson Prato, prof. CENDES
657. Adrián J. Prays, prof. Filosofía
658. Ibrahím Prieto, junta directiva de FEVEC
659. Luis Beltrán Prieto Figueroa, educador
660. Samuel Prince, cantante
661. Carlos E. Puche, pintor
662. Edgar Queipo, pintor
663. Florentino Querales, músico de “Un Sólo Pueblo”
664. Ismael Querales, músico de “Un Sólo Pueblo”
665. Jesús Querales, músico de “Un Sólo Pueblo”
666. Manuel Quijada, ex ministro de Fomento
667. Alberto Quintero, promotor de espectáculos
668. Alfonso Quintero, abogado
669. Ednodio Quintero, escritor
670. Inés Quintero, investigadora del Instituto de Historia UCV
671. Pedro Julio Quintero, ceramista
672. Valentina Quintero, periodista
673. Víctor Quintero, arquitecto
674. José QuinteroWeir, escritor
675. Livio Quiroz, cineasta
676. Víctor Rago, director de la Escuela de Antropología UCV
677. Vilma Ramia, promotora cultural
678. Gilberto Ramírez, artista plástico
679. Rafael Ramírez Camilo, prof. UCV
680. Alexis Ramos, secretario UCV
681. María Elena Ramos, investigadora de arte
682. Nelson Ramos, pintor
683. Francisco Ramosoteldo, artista gráfico
684. Domingo Alberto Rangel, escritor
685. Julieta Ravard, psicoanalista
686. Carlos Rebolledo, cineasta
687. Guillermo Rebolledo, dir. del Instituto de Investigaciones Econ. UCV
688. Diana Reches, ecologista
689. Ángela Rengifo, educadora
690. Rafael Rengifo M., prof. CENDES
691. José Rodolfo Rico, prof. UCV
692. Irlanda Rincón, investigadora CENAM-UCV
693. Pedro Rincón Gutiérrez, ex rector LUZ
694. Gladys Rincón Palo, prof. UNIMET
695. Jorge Rivadaneira, escritor
696. Aura Rivas, actriz
697. Humberto Rivas, titiritero
698. Ivonne Rivas, lic. en Letras
699. Rómulo Rivas, actor
700. Celalba Rivera, escritora
701. Dulce María Rivero, grupo “Las Moño Suelto”
702. Emilcen Rivero, escritor
703. Nelson Rivero, actor
704. Víctor Ángel Rivero, prof. Economía UCV
705. Pedro Robles, escritor
706. Eduardo Robles Piquer (RAS), crítico de arte
707. Mariano Rocha, abogado
708. Alberto Rodríguez, escritor
709. Alberto Rodríguez, prof. ULA
710. Alí Rodríguez, ensayista
711. Antonieta Rodríguez, “Luto Activo”
712. Beatriz Rodríguez, prof. de Psicología UCV
713. Carlos César Rodríguez, escritor
714. Consuelo Rodríguez de Ascanio, diseñadora
715. Dalia Rodríguez, psicóloga
716. Fernando Rodríguez, prof. Filosofía UCV
717. Imperio Rodríguez, periodista
718. José Rodríguez, fotógrafo
719. Juan Rodríguez, caricaturista
720. Juan Gregorio Rodríguez, prof. ULA
721. Luis Cipriano Rodríguez, prof. Historia UCV
722. Luisa Rodríguez, historiadora
723. Manuel Alfredo Rodríguez, escritor
724. Marta Yadira Rodríguez, periodista
725. Nelson Rodríguez, periodista
726. Orlando Rodríguez, crítico teatral
727. Rosángela Rodríguez, prof. Filosofía Pedagógico de Barquisimeto
728. Manuel Rodríguez Campos, director Biblioteca UCV
729. Irene Rodríguez Gallad, prof. Historia UCV
730. Alfredo Roffé, crítico cinematográfico
731. Violeta Roffé, escritora
732. Alexis Rojas, junta directiva de FEVEC
733. Carlos Germán Rojas, fotógrafo
734. Emilia Rojas, actriz
735. José de la Cruz Rojas, prof. ULA
736. Reinaldo Rojas, historiador
737. Armando Rojas Guardia, escritor
738. Violeta Rojo, crítico cinematográfico
739. Lukó de Rokha, pintora
740. Denzil Romero, escritor
741. Luis Romero, prof. Filosofía UCV
742. Jesús A. Rondón, prof. ULA
743. Luis Emilio Rondón Bravo, músico
744. Pavel Rondón, prof. Economía UCV
745. Winston Rosalles, actor
746. Helia de Rosario, prof. CENDES
747. Rafael Rosel, escritor
748. Milagros Rosell, promotora cultural
749. Bernardo Rotundo, promotor cultural
750. Cerina Rotundo, actriz
751. Emiro Rotundo, prof. Economía UCV
752. Alfredo Rugeles, compositor y director de orquesta
753. Bernabé Ruiz, arquitecto
754. Nidia Ruiz, prof. Sociología UCV
755. Leopoldo Ruiz Paolini, prof. UC
756. Roberto Ruiz T., vicerrector académico UCV
757. Domingo A. Ruiz V., prof. CENDES
758. Margara Russotto, escritora
759. Keyla Saab, prof. Educación UCV
760. Carmiña Sadner Montilla, prof. Educación UCV
761. Inés de Sáez, prof. Educación UCV
762. Simón Sáez Mérida, prof. Sociología UCV
763. Elizabeth Safar, investigadora ININCO
764. Luis B. Salas P., prof. UCV
765. Adolfo Salazar Quijada, prof. Administración UCV
766. Elsa Salazar, arquitecto
767. Jesús Salazar, escritor
768. Trina Salazar, prof. ULA
769. Johnny Salazar R., escritor
770. Helena Salcedo, periodista
771. Marcelo Salcedo, promotor cultural
772. Ernestina Salcedo Pizani, escritora
773. Oscar Sambrano Urdaneta, director de la Casa de Bello
774. Ana María San Juan, investigadora de Sociología UCV
775. Belén San Juan, educadora
776. Antolín Sánchez, fotógrafo
777. Eneida Sánchez, promotora cultural
778. Lourdes Sánchez, ceramista
779. Pedro Sánchez, promotor cultural
780. Carlos Sánchez D. dramaturgo
781. Mamela Sánchez Urdaneta, directora de Publicaciones UCV
782. Sonia Sanoja, bailarina
783. Jesús Sanoja Hernández, escritor
784. Denis Santacruz, prof. Educación UCV
785. Ramón Santaella, prof. Economía UCV
786. Duilia Santana, cineasta
787. Rodolfo Santana, dramaturgo
788. Aída Santana Nazoa, prof. UCV
789. Andrés Santeliz, director de la Escuela de Economía UCV
790. Desirée Santos A., periodista
791. Xavier Sarabia, director teatral
792. Helena Sassone, crítico de arte
793. Helena Scannone, investigadora de arte
794. Elizabeth Schon, escritora
795. Yolanda Segnini, historiadora
796. Teresa Selma, actriz
797. Jesús Serra, escritor
798. Vladimir Sersa, fotógrafo
799. Sergio Sierra, documentalista
800. Alfredo Silva Estrada, escritor
801. Héctor Silva Michelena, prof. Economía UCV
802. José Silva Salguero, periodista
803. Freddy Siso, cineasta
804. Milagro Socorro, periodista
805. Mónica Socorro, artista plástico
806. Francisco Solórzano, periodista
807. Heinz Rudolph Sonntag, prof. CENDES
808. Antonieta Sosa, artista plástica
809. Miguel Octavio Sosa, director de FUNTACA
810. Arturo Sosa, s. j., Centro Gumilla
811. Jesús Sotillo, periodista
812. Carmen Alida Soto, prof. Bibliotecología UCV
813. Carmen Alida Soto, prof. UCV
814. Tarik Souki, cineasta
815. María Clenticia Stelling, prof. UCAB
816. Abilio Suárez, prof. UDO
817. Bernardo Suárez, arquitecto
818. Martín Szinetar, escritor
819. Néstor Tablante y Garrido, bibliógrafo
820. Tulio Tagliaferro, director de cultura LUZ
821. José León Tapia, escritor
822. Iraida Tapias, actriz
823. María Josefina Tejera, investigadora literaria UCV
824. Benjamín Terán, cantautor
825. Ana Rita Tiberi, actriz
826. Cecilia Todd, cantante
827. Roberto Todd, promotor cultural
828. Tecla Tofano, escritora
829. Jesús Torrealba, prof. UCV
830. Ramón Torrealba, investigador de la comunicación
831. Alberto Torres, músico
832. Alexis Torres, prof. ULA
833. Freddy Torres, dramaturgo
834. Fredzia Torres, prof. Psicología UCV
835. Ildemaro Torres, escritor
836. Lilia Torres de Parisca, prof. UCV
837. Amneris Tovar, prof. UCV
838. Marianela Tovar, lic. en Letras
839. Fernando Travieso, arquitecto
840. Oswaldo Travieso, prof. UCV
841. Antonio Trujillo, escritor
842. Manuel Trujillo, escritor
843. Ugo Ulive, director teatral
844. Isabel Urbaneja, cineasta
845. Iván Urbina Ortiz, prof. Administración UCV
846. Carmen Luisa Urbina, prof. UFM
847. Segundino Urbina, prof. UFM
848. Adriana Urdaneta, bailarina
849. Alberto Urdaneta, director CENDES
850. Belkys Urdaneta, periodista
851. Claudia Urdaneta, promotora cultural
852. Josefina Urdaneta, escritora
853. Luis Urdaneta, artista plástico
854. Luz Urdaneta, bailarina
855. Nora Uribe, prof. Comunicación Social UCAB
856. Robin Urquhary, educadora
857. Betania Uzcátegui, pintora
858. Juan Vicente Vadell, prof. Derecho UC
859. Manuel Vadell, editor
860. María de Vadell, editora
861. Argenis Valbuena, prof. Trabajo Social UCV
862. Judith Valencia, prof. Economía UCV
863. Mildred Valera M., prof. Economía UCV
864. Haydée Valles, prof. UCV
865. Chela Vargas, prof. Historia UCV
866. Edmundo Vargas, pintor
867. Vilma Vargas, prof. Letras UCV
868. Alejandro Vásquez, prof. Comunicación Social LUZ
869. Orlando Vásquez, artista plástico
870. Enrique Vásquez Fermín, prof. Educación UCV
871. Berta Vega, escritora
872. Lucila Velásquez, escritora
873. Orlando Venturini, prof. UCV
874. Ballardo Vera, escritor
875. Helena Vera, escritora
876. Nilda Vera, prof. ULA
877. Omar Verde, decano de la Facultad de Veterinaria UCV
878. Oswaldo Verenzuela, grabador
879. Elvira Veroes, prof. Humanidades UCV
880. Fabiola Vethencourt, prof. UCV
881. José Luis Vethencourt, psiquiatra
882. Lolita Vethencourt, prof. Administración UCV
883. Ángel Vilanova, escritor
884. Mercedes Villa de Márquez, psicóloga UCV
885. Luis Villafaña, licenciado en Filosofía
886. Alcides Villalba, prof. UCV
887. Federico Villalba, escritor
888. Johnny Villalba, escritor
889. Federico Villanueva, arquitecto
890. Freddy Villarroel, artista plástico
891. Edwin Villasmil, pintor
892. Margarita Villegas, artista plástico
893. Mario Villegas, periodista
894. Silvio Villegas, prof. ULA
895. Alfredo Vitoria, vicepresidente del Ateneo de Barquisimeto
896. Frank Viloria, prof. UCV
897. Oscar Viloria, prof. UCV
898. Ludmila Vinogradoff, periodista
899. Pável Vizcaya, actor
900. Carlos Viso, prof. UCV
901. Carlos Viso Carpintero, historiador
902. Carlos Viso Fajardo, prof. Educación UCV
903. Fruto Vivas, arquitecto
904. Germán Rivas, prof. Trabajo Social UCV
905. Pedro Juan Vives Suriá, presbítero
906. Gladys Volcán, prof. Economía UCV
907. Carlos Walter, prof. CENDES
908. Andreína Womutt, bailarina
909. Damely Yeguez, directora de Trabajo social UCV
910. Eduardo Zambrano Colmenares, escritor
911. Pedro León Zapata, artista plástico
No joda, con razón los ADECOS y los COPEYANOS mandaban a ECHARLE PLOMO A ESA GUEBONADA y la ALLANABAN
NO ES MÁS QUE UN ANTRO DE COMUNISTAS, ES INCREIBLE LA CANTIDAD DE PARASITOS COMUNISTAS INFILTRADOS EN ESTE PAÍS.
El Nacional y 2001, 1º y 3 de febrero de 1989
Nosotros, intelectuales y artistas venezolanos al saludar su visita a nuestro país, queremos expresarle públicamente nuestro respeto hacia lo que usted, como conductor fundamental de la Revolución Cubana, ha logrado en favor de la dignidad de su pueblo y, en consecuencia, de toda América Latina.
En esta hora dramática del Continente, sólo la ceguera ideológica puede negar el lugar que ocupa el proceso que usted representa en la historia de la liberación de nuestros pueblos. Hace treinta años vino usted a Venezuela, inmediatamente después de una victoria ejemplar sobre la tiranía, la corrupción y el vasallaje. Entonces fue recibido por nuestro pueblo como sólo se agasaja a un héroe que encarna y simboliza el ideal colectivo. Hoy, desde el seno de ese mismo pueblo, afirmamos que Fidel Castro, en medio de los terribles avatares que ha enfrentado la transformación social por él liderizada y de los nuevos desafíos que implica su propio avance colectivo, continúa siendo una entrañable referencia en lo hondo de nuestra esperanza, la de construir una América Latina justa independiente y solidaria.
Los 911 firmantes
1. Guillermo Abdala, escultor
2. Carmen Absueta, escritora
3. Ángel Eduardo Acevedo, escritor
4. Josefina Acevedo, cineasta
5. Elizabeth Acosta, investigadora Inst. de Investigaciones Econ. y Sociales UCV
6. Enriqueta Acosta, prof. UCV
7. Maruja Acosta, prof. Sociología UCV
8. Oscar Acosta, director teatral
9. Vladimir Acosta, coordinador de la Facultad de Economía UCV
10. Lola de Acuña, prof. LUZ
11. Emilio Agra, artista gráfico
12. Gilberto Agüero Gómez, dramaturgo
13. Sadia Aguilar, historiadora
14. Carlos Aguirre, titiritero
15. Jacqueline Aguirre, periodista
16. Marcial Aguirre, artista plástico
17. Yohana Ahumada, actriz
18. Alberto Alcalá, periodista
19. Gilberto Alcalá, periodista
20. Gustavo Alcalá, escritor
21. Luis Alcalá, prof. UDO
22. Aureliano Alfonzo Torres, cineasta
23. Ángel Alvarado, escritor
24. Hernán Alvarado, artista plástico
25. Iris Alvarado, artista plástica
26. Ramón Alvarado, prof. Economía UCV
27. Gisela Alvaray, directora de la Escuela de Educación UCV
28. Adolfo Álvarez, prof. Educación UCV
29. Eduardo Álvarez, escritor
30. Humberto Álvarez, periodista
31. Javier Álvarez, cineasta
32. María del Mar Álvarez, prof. Trabajo Social UCV
33. Maritza Álvarez, coordinadora Inst. de Investigaciones Económicas UCV
34. Sergio Alves Moreira, escritor
35. Ana Amundaray, fotógrafa
36. Raiza Andrade, prof. Sociología ULA
37. Luis A. Angulo, escritor
38. Laura Antillano, escritora
39. Sergio Antillano G., crítico de arte
40. Alfredo Anzola, cineasta
41. Carmen Aranguren, prof. ULA
42. Elizabeth Araujo, periodista
43. Edmundo Aray, escritor
44. Ignacio Luis Arcaya, ex canciller
45. Armando Arce, cineasta
46. Ernesto Arends, prof. ULA
47. Romelia Arias, vicepresidenta del Ateneo de Caracas
48. Carmen Amelia Arma, investigadora ININCO
49. Alfredo Armas Alfonzo, escritor
50. Lali Armengol, dramaturga
51. Ruperto Arocha, prof. Filosofía UCV
52. César Arteaga, prof. Derecho UC
53. Jorge Arteaga, pintor
54. Pilar Arteaga de Hernández, promotora de espectáculos
55. Verónica Artigas, actriz
56. Solange Arvelo, artista plástica
57. Alberto Arvelo Mendoza, cineasta
58. Alberto Arvelo Ramos, escritor
59. Consuelo Ascanio, prof. Administración UCV
60. Francisco Ascanio, farmacéutico
61. Haydée Ascanio, cineasta
62. María Elena Ascanio, promotora cultural
63. Rodolfo Ascanio, prof. Medicina UCV
64. Michelle Ascencio, directora de la Escuela de Letras UCV
65. Omar Astorga, prof. Filosofía UCV
66. Rosamaría Atencio, cineasta
67. Alidha Ávila, cineasta
68. Ligia Ávila, escritora
69. María Magdalena Ávila, promotora cultural
70. Sonia Azparren, economista
71. Carlos Azpúrua, cineasta
72. Guadalupe Babia, investigadora UCV
73. Aquiles Báez, músico
74. Juan Carlos Báez, historiador
75. Carmen Elena Balbás Rivas, prof. Comunicación Social UCAB
76. Jorge Ball, fotógrafo
77. Ricardo Ball, director de la Escuela de Comunicación Social LUZ
78. Rubén Ballesteros, vicerrector académico UC
79. José Balza, escritor
80. Jorge L. Barboza, escritor
81. Alberto Barrera, escritor
82. Olegario Barrera, cineasta
83. Juan Barreto, periodista
84. Luz Marina Barreto, prof. Filosofía UCV
85. Oswaldo Barreto, escritor
86. Pedro Barreto, escultor
87. Rafael Ángel Barreto, presidente IVCA
88. Sergio Barreto, investigador CENAM-UCV
89. Abdala Barrios, escritora
90. Fabricio Barrios, comunicador social
91. Gladys de Barrios, prof. UPEL
92. José Barroeta, escritor
93. Luisa Barroso, periodista
94. Cristóbal Bastidas, prof. Trabajo Social UCV
95. Oscar Bastidas, prof. Administración UCV
96. Oscar Battaglini, historiador
97. Carlos Becerra, prof. Arquitectura UCV
98. Francisco Bechara, decano de la Facultad de Odontología UCV
99. Ramón Belisario, pintor
100. Giovanna Bellarino, fotógrafa
101. Freddy Bello, prof. UC
102. Mauro Bello, pintor
103. Milena Bello, prof. UC
104. José Gregorio Bello Porras, escritor
105. Dolly Benavides, periodista
106. José Benedetto, arquitecto
107. Edgar Benítez, psiquiatra
108. Luna Benítez, periodista
109. Manuel Bermúdez, escritor
110. Winston Bermúdez, economista
111. Luis Bermúdez Romero, escritor
112. Pedro Beroes, escritor
113. José Berroterán, músico de “Un Sólo Pueblo”
114. Marisela Berti, actriz
115. Edme Betancourt de García, vicerrectora administrativa UC
116. Luisa Bethencourt, prof. CENDES
117. Teresa Biancelli, prof. Historia UCLA
118. Luis Bigott, coordinador de la Facultad de Humanidades UCV
119. Marcelino Bisbal, director de la Escuela de Com. Social UCV
120. Antonio Blasco, prof. UC
121. Miguel Bolívar, prof. Sociología UCV
122. Modesta Bor, compositora
123. Jorge Borges, actor
124. José Borges, actor
125. Eudis Borra, prof. Medicina UCV
126. Velia Bosch, escritora
127. Carlos Botto, prof. Medicina UCV
128. María Teresa Boulton, fotógrafa
129. Gabriel Bracho, pintor
130. Helena de Bracho, periodista
131. Sandra Bracho, fotógrafa
132. América Bracho E., periodista
133. Martiniano Bracho Sierra, escritor
134. Madilia Braga Díaz, prof. de Ballet
135. José Luis Briceño, prof. Economía UCV
136. Mirna Briceño, prof. Trabajo Social UCV
137. Argimiro Briceño León, promotor cultural
138. Roberto Briceño León, prof. Sociología UCV
139. Luis Enrique Brito, fotógrafo
140. Luis Britto García, escritor
141. Jacques Broquel, bailarín
142. Ana Brumlick, arquitecta
143. Luisa Bujanda, psicóloga
144. J. J. Burgos, escritor
145. Manuel Caballero, escritor
146. Antonio Cabezas, artista gráfico
147. Erubí Cabrera, productora teatral
148. Jesús María Cadenas, miembro del Consejo Universitario UCV
149. José Luis Cadenas, fotógrafo
150. Rosita Caldera, periodista
151. María Calderón, músico
152. Sari Calogne, directora de la Escuela de Educación UCV
153. Agustín Calzadilla, ex presidente de la Comisión de Derechos Humanos
154. Juan Calzadilla, escritor
155. Pedro Calzadilla Álvarez, historiador
156. Juan Antonio Calzadilla Arreaza, escritor
157. Luisa Camacho, investigadora social
158. Yolanda Camacho de Rodríguez, Grupo “Las Moño Suelto”
159. Alberto Camarriel, prof. Economía de la UCV
160. Milagros Camejo Octavio, Grupo “Las Moño Suelto”
161. Carmen Teresa Camino, pintora
162. Antonio Campos, director teatral
163. Beatriz Campos, prof. de la UDO
164. Miguel Ángel Campos, escritor
165. José Campos Biscardi, pintor
166. José Canache, escritor
167. Aureliano Canchica, prof. de Educación UCV
168. Malula Capello, escritora
169. Graciela Capriles, psicóloga
170. Simonne Capriles, economista
171. Alfredo Caraballo, prof. Sociología UCV
172. Arturo Cardozo, historiador
173. Lubio Cardozo, escritor
174. Freddy Carquez, prof. Medicina UCV
175. Gonzalo Carrero, prof. Trabajo Social UCV
176. Julio Carrillo, escritor
177. Margot Carrillo Pimentel, prof. ULA
178. Elisa Carvalho, prof. Humanidades UCV
179. Elisa Casado, prof. Educación UCV
180. Ramón Casanova, prof. de CENDES
181. Victoria Casanovas, prof. Economía UCV
182. Nora Castañeda, coordinadora administrativa de Economía UCV
183. Antonio Castejón, decano de la Fac. de Ciencias Experimentales LUZ
184. Marianela Castés, prof. de Medicina UCV
185. Adicea Castillo, prof. Economía UCV
186. Alfrides Castillo, prof. Sociología UCV
187. Carlos Castillo, cineasta
188. Evelia Castillo, actriz
189. Freddy Castillo, escritor
190. Jorge Castillo, arquitecto
191. María Teresa Castillo, presidenta del Ateneo de Caracas
192. Ocarina Castillo, directora de cultura UCV
193. Omar Castillo, periodista
194. Zoila Castillo, cineasta
195. Gregorio Antonio Castro, director de la Escuela de Sociología UCV
196. Guillermo Castro, investigador ININCO
197. Claudio Cedeño, caricaturista
198. Gema de Cedeño, pintora
199. Ismael Cejas, prof. ULA
200. Audio Cepeda, fotógrafo
201. Alfredo Chacón, escritor
202. Ana Cointa Chacón, periodista
203. Germania Chacón, promotora cultural
204. Roberto Chacón, prof. ULA
205. Román Chamorro, cineasta
206. Rubén Chamorro, cineasta
207. Oscar Chaparro, cineasta
208. Irwing Chapellín, artista plástico
209. Haydée Chavero, prof. Arte UCV
210. Carmelo Chillida, ex vicerrector UCV
211. José Luis Chiquito León, secretario UC
212. César Chirinos, escritor
213. Diego Nicolás Chirinos, periodista
214. Edmundo Chirinos, ex rector UCV
215. Orlando Chirinos, escritor
216. Frank Cisneros, dibujante
217. Vial Cisneros, arquitecto
218. Omar Luis Colmenares, periodista
219. Héctor Colmenares Díaz, escritor
220. Hely Colombani, escritor
221. Aída Cometta Manzoni, escritora
222. Alberto Comte, escritor
223. Yorlando Conde, director de teatro T-POS
224. Amanda Contreras, prof. Trabajo Social UCV
225. Elsy Contreras, tallista
226. Fernando Contreras, prof. ULA
227. Gustavo Contreras, prof. UC
228. Diómedes Cordero, escritor
229. Rafael Cordero, prof. Psicología UCV
230. Jesús Cordero Giusti, promotor cultural
231. Armando Córdoba, prof. Economía UCV
232. Víctor Córdova, prof. Economía UCV
233. Máximo Corrales, promotor cultural
234. Marbella Correa, prof. UFM
235. Belkis Cortez, prof. ULA
236. Laura Cracco, escritora
237. Virgilio Crespo, Danzaluz
238. Jacinto Cruz, actor
239. Teresa Cuberos, prof. UCV
240. Alfonso Cuesta y Cuesta, escritor
241. Luis Cuevas, pintor
242. Víctor Cuica, músico
243. Miguel Curiel, cineasta
244. Nicolás Curiel, director teatral
245. Antonio E. Dagnino, actor
246. Maruja Dagnino, cineasta
247. Luis F. Damiani, prof. Sociología UCV
248. Miguel Elías Dao, cronista de Puerto Cabello
249. Haleis Dávila, prof. Sociología UCV
250. Rui De Carvalho, psiquiatra
251. Pablo De La Barra, cineasta
252. Venancio De La Cruz, prof. Trabajo Social UCV
253. Mario Del Moral, músico
254. Paúl Del Río, pintor
255. Cruz Elena Delgado, promotora cultural
256. Kotepa Delgado, escritor
257. Fernando Delgado Espinoza, médico
258. Igor Delgado Senior, escritor
259. María Cristina Di Prisco, prof. Medicina UCV
260. Rafael Di Prisco, escritor
261. Luisa E. Díaz, promotora cultural
262. María Lucía Díaz, prof. Comunicación Social UCV
263. Mercedes Díaz, actriz
264. Raúl Díaz, pintor
265. Trino Díaz, vicerrector administrativo UCV
266. Oscar Díaz Punceles, escritor
267. Gustavo Díaz Solís, escritor
268. Franca Donda, fotógrafa
269. Josune Dorronsoro, crítico de arte
270. Pedro Duno, escritor
271. Paulino Durand, actor
272. Aracelys Echeverría, arquitecto
273. Elías Eljuri, decano de la Facultad de Economía UCV
274. Perán Erminy, crítico de arte
275. Ralph Erminy, arquitecto
276. Julio Escalona, prof. Psicología UCV
277. Elisa Escámez, actriz
278. Elba Escobar, actriz
279. Kiddio España, director del Teatro Estable de Oriente
280. Homero Español, prof. Economía UCV
281. María Eugenia Esparragoza, cineasta
282. Gioconda Espinel, prof. Trabajo Social UCV
283. Manuel Espinoza, artista plástico
284. Elena Estaba, directora de Planeamiento UCV
285. Malila Estaba, pintora
286. Rosa Estaba, prof. Geografía UCV
287. Rosa Estacio, prof. Economía UCV
288. Arnaldo Esté, prof. Filosofía UCV
289. Gaudi Esté, escultora
290. Edna Estéves, coordinadora del vicerrectorado administrativo
291. Raúl Estevez, prof. Física ULA
292. Víctor Fajardo Cortez, prof. CENDES
293. Humberto Farfán, coordinador de Trabajo Social UCV
294. David Fermín, prof. ULA
295. Alexis Fernández, escritor
296. Beatriz Fernández, prof. CENDES
297. Federico Fernández, fotógrafo
298. Gladys Fernández, directora de la Escuela de Administración UCV
299. José Fernández, prof. Psicología UCV
300. José Humberto Fernández, titiritero
301. Liliana Fernández, prof. UCV
302. Hugo Fernández Oviol, escritor
303. Marisol Ferrari, bailarina
304. Yoston Ferrigni, prof. Sociología UCV
305. Lady Fonseca, prof. de Trabajo Social UCV
306. Nereida Fonseca, promotora cultural
307. Roberto Fontana, fotógrafo
308. Celso Fortoul, prof. Ingeniería UCV
309. Lydda Franco Farías, escritora
310. Luis Fuenmayor, rector UCV
311. Elizabeth Fuentes, periodista
312. Rafael Fuentes, promotor cultural
313. Maite Galán, promotora cultural
314. Alberto Galíndez, actor
315. Francisco Gallardo, director teatral
316. Eduardo Gallegos Mancera, escritor
317. Orlando Gámez, músico
318. Raquel Gamus, prof. UCV
319. Alix García, secretaria del Consejo Universitario UCV
320. Jesús García, antropólogo
321. Luis García, fotógrafo
322. Luis R. García, periodista
323. Luis Rafael García, periodista
324. Marcela García, prof. UCV
325. María García, prof. LUZ
326. Víctor García, promotor cultural
327. Yajaira García, periodista
328. Zacarías García, artista plástico
329. Humberto García Arocha, ex ministro de Educación
330. Gonzalo García Bustillos, ex ministro de la Secretaría de la Presidencia
331. José Francisco García Marcano, prof. UC
332. Manuel García Pulido, coordinador de la Facultad de Humanidades UCV
333. Emiro García Rosas, periodista
334. José Luis Garrido, artista gráfico
335. Judith Gasparini, actriz
336. Paolo Gasparini, fotógrafo
337. Esther Gautier, presidenta de CENATEV
338. Francisco Gavidia, prof. ULA
339. Gertrudis Gavidia, prof. ULA
340. Inmaculada Gavidia, cineasta
341. Jesús Gazo, s.j., presbítero
342. Elena Gil, cantante
343. Frida Gil, músico de Un Solo Pueblo
344. Ricardo Gil, historiador
345. Carlos Giménez, director teatral
346. Lulú Jiménez Valdivia, investigadora CELARG
347. Jorge Giordani, prof. CENDES
348. Nagliegli Godoy, coordinadora Galería “Viva México”
349. Xitlalli Godoy, actriz
350. Jesús Golindano, periodista
351. Valmore Gómez, cineasta
352. Ileana Gómez C., traductora
353. Asdrúbal González, historiador
354. Beatriz González, historiadora
355. Carlos A. González, prof. Medicina UCV
356. Cristina González, periodista
357. Eberto González, prof. UFM
358. Franklin González, prof. Trabajo Social UCV
359. Gonzalo González, politólogo
360. Noel González, junta directiva de FEVEC
361. Oswaldo González, prof. UC
362. Raúl González, fotógrafo
363. Reddy González, artista plástico
364. Roberto González, artista plástico
365. Manuel González Abreu, prof. Economía UCV
366. Néstor González Acuña, prof. Administración UCV
367. Alí González P., miembro del Consejo Universitario UCV
368. Beatriz González Stephan, prof. UCV
369. Jesús Alberto González Vegas, prof. Medicina UCV
370. Marisela Gonzalo, semióloga
371. Elsa Gramcko, pintora
372. Ida Gramcko, escritora
373. Omar Granados, prof. ULA
374. Edgardo Greco, promotor cultural
375. Aníbal Grunn, actor
376. Jesús Enrique Guédez, cineasta
377. María Guédez, ceramista
378. Cleides Guerra, directora Escuela de Idiomas UCV
379. Cristóbal Guerra, periodista
380. Elena Guerra, prof. Trabajo Social UCV
381. Ibrahím Guerra, director teatral
382. Carmen Priscila Guevara, prof. UDO
383. Emil Guevara, prof. UCV
384. Arturo Gutiérrez, escritor
385. Jesús Rafael Gutiérrez, prof. Medicina UCV
386. José Albano Gutiérrez Pacheco, prof. UC
387. Eduardo Guzmán, arquitecto
388. Manuel Guzmán, director Revista Letras UCV
389. Mario Handler, cineasta
390. Maryam Hanson, prof. UCV
391. Ana Cristina Henríquez, cineasta
392. Alba Rosa Hernández, prof. USB
393. Amelia Hernández, periodista
394. Ana Rosa Hernández, prof. Trabajo Social UCV
395. Augusto Hernández, fotógrafo
396. Emely Hernández, prof. Arte UCV
397. Enrique Hernández, arquitecto
398. Gustavo Hernández, promotor cultural
399. Josefina de Hernández, prof. CENDES
400. Lesbia Hernández, diseñadora gráfica
401. Loyola Hernández, internacionalista
402. Régulo Hernández, prof. Economía UCV
403. Earle Herrera, escritor
404. José Rafael Herrera, prof. Filosofía UCV
405. Luis Alfredo Herrera, prof. Veterinaria UCV
406. María Helena Herrera, investigadora CENDES
407. Francisco Herrera Luque, escritor
408. Benjamín Hierro, pintor
409. Daniel Honaggn, bailarín
410. Solveig Hoogesteijn, cineasta
411. Magali Huggins, prof. Trabajo Social UCV
412. Lilian Hung, prof. CENDES
413. Isabel Hungría, actriz
414. Mirtila Illas Gil, abogada
415. Rafael Iribarren, arquitecto
416. Eva Ivanyi, directora artística
417. Rodolfo Izaguirre, crítico cinematográfico
418. Ariel Jiménez, artista plástico
419. Edgar Jiménez, promotor cultural
420. Elisa Jiménez, prof. Psicología UCV
421. Alberto Jordán, periodista
422. Josefina Jordán, escritora
423. Josefina Juliac de Palacios, vicepresidenta del Ateneo de Caracas
424. Manón Kubler, cineasta
425. Olga L. de García Arocha, prof. Medicina UCV
426. Diana Labrador, actriz
427. Luis Lander, prof. Economía UCV
428. Edgardo Lander L., prof. Sociología UCV
429. Américo Lares, prof. UDO
430. Ronald Lares, prof. UPEL, Maturín
431. Morella de Larriva, prof. UNELLEZ
432. Ramón Larriva Contreras, promotor cultural
433. Vladimir Lazo, prof. Economía UCV
434. Edgar Leal, prof. Ciencias UCV
435. Vielma Lehmann, investigadora ININCO
436. Hernán Lejter, director teatral
437. Andrés A. León, director de teatro
438. Enrique León, director de teatro
439. Ernesto León, pintor
440. Jesús Alberto León, escritor
441. Ramón León, arquitecto
442. Adeliz León Guevara, escritor
443. León Levy, escritor
444. Boris Lima, prof. Trabajo Social UCV
445. Tiburcio Linares, prof. UCV
446. Rita Liprandi, prof. CENDES
447. Antonia de Lisio, investigadora CENAM-UCV
448. Marcelo Lizarraga, diseñador gráfico
449. Antonio Llerandi, cineasta
450. Belén Lobo, bailarina
451. Emiro Lobo, pintor
452. Enrique Lobo, arquitecto
453. Alí López, prof. ULA
454. Carmen López, periodista
455. Daniel López, actor
456. Edilio López, promotor cultural
457. Hercilia López, bailarina
458. Lupe López, bibliotecóloga
459. María Victoria López, prof. UPB
460. Ibrahím López García, prof. UFM
461. Luis López Grillo, decano de la Facultad de Medicina UCV
462. Ramón Losada Aldana, escritor
463. María del Mar de Lovera, prof. Economía UCV
464. María Elena Lovera, prof. Economía UCV
465. Tamara Lozada, prof. Comunicación Social LUZ
466. Henry Mac Carthy, actor
467. Arlette Machado, prof. Letras UCV
468. Gertrudis de Machado, periodista
469. Luis E. Machado, promotor cultural
470. Gilberto Madrid, abogado
471. Ángel Madriz, escritor
472. Héctor Malavé Mata, prof. Economía UCV
473. Ricardo Maldonado, decano Facultad de Ciencias Económicas UC
474. Cósimo Mandrilo, escritor
475. Carmen Mannarino, escritora
476. Manuel Manrique, abogado
477. Carmen Isabel Maracará, escritora
478. Gabriel Marcos, escultor
479. Jesús Marín, prof. ULA
480. Hugo Mariño, artista plástico
481. Carlos Márquez, actor
482. Esperanza Márquez, cantante
483. Yilbert Márquez, pintor
484. Augusto Márquez Brandt, escritor
485. Alexis Márquez Rodríguez, escritor
486. Cinesio Márquez Sosa, prof. Historia UCLA
487. Juan Carlos Márquez Villa, pintor
488. Ambretta Marrosu, crítico cinematográfico
489. Susana Martín, promotora cultural
490. Agustín Martínez, director de la Escuela de Filosofía UCV
491. José Luis Martínez, prof. ULA
492. Pedro J. Martínez, prof. Estudios Políticos UCV
493. Salvador Martínez, pintor
494. Ulises Martínez, historiador
495. Mahfud Massis, escritor
496. Aquilino José Mata, periodista
497. Humberto Mata, escritor
498. Manuel Matute, psiquiatra
499. David Maury, psicoanalista
500. Reinaldo Maza, prof. UPEL, Maturín
501. Domingo F. Maza Zavala, economista
502. Luisa Medina, prof. Administración UCV
503. Ramón Daniel Medina, escritor
504. Fernando Medina Ferrada, escritor
505. Edna Medina Patrick, directora de la Escuela de Letras LUZ
506. Arístides Medina Rubio, director de la Escuela de Historia UCV
507. Pedro Esteban Mejía, prof. de Economía UCV
508. Trino Meleán, psiquiatra
509. Asdrúbal Meléndez, actor
510. Ramón Melinkoff, prof. de Economía UCV
511. Freddy J. Melo, escritor
512. Absalón Méndez, prof. Economía UCV
513. Ana Irene Méndez, periodista
514. Consuelo Méndez, pintora
515. Humberto Mendoza, abogado
516. Ricardo Mendoza, profesor
517. Silvia Mendoza, actriz
518. Gladys Meneses, pintora
519. Elys Mercado, rector UC
520. Marco Tulio Mérida, historiador
521. Giovanna Mérola, crítico cinematográfico
522. Omar Mesones, productor de cine
523. Diego Meza Torres, actor
524. Carlos Mezones, promotor cultural
525. Gustavo Michelena, guionista
526. Mieres, economista
527. Rigel Milian, promotora cultural
528. Carlos Miranda, actor
529. Abdel Mohamed, historiador
530. Moisés Moleiro, escritor
531. Federico Moleiro Camejo, escritor
532. Adelina Molina, prof. Trabajo Social UCV
533. Alfonso Molina, periodista
534. Félix Molina, fotógrafo
535. Lenin Molina, prof. Comunicación Social UCV
536. Manuel Isidro Molina, periodista
537. Ricardo Molina Martí, prof. de Medicina UCV
538. Eva Mondolfi, actriz
539. Tulio Monsalve, prof. Psicología UCV
540. Juan José Monsant, internacionalista
541. Esteban Emilio Monsonyi, dir del doctorado en Ciencias Sociales UCV
542. Jorge Monsonyi, prof. Antropología UCV
543. Consuelo Montalvo, escritora
544. Luis Montenegro, promotor cultural
545. Álvaro Montero, escritor
546. Antonio Montilla, vicepres. Con. Desarrollo Cient. y Humanístico UCV
547. Gabriel Montilla, prof. ULA
548. J. J. Montilla, presidente de Desarrollo Científico UCV
549. Carmen Elena Morales, prof. ULA
550. Ileana Morales, escritora
551. Pedro Morales, cineasta
552. Rafael Morales, prof. ULA
553. Adolfo Moreno, prof. ULA
554. Héctor Moreno, actor
555. José Moreno Colmenares, prof. Economía UCV
556. Ángel Moros, Administración y Contaduría UCV
557. Carlos Mujica, escritor
558. Héctor Mujica, escritor
559. Ildemaro Mujica, actor
560. Lohengri Mujica, titiritero
561. Yolanda de Mujica, escultora
562. Gastón Murat, actor
563. Donald Myerston, cineasta
564. Álvaro Naranjo, investigador de cine
565. Guillermo Natera, prof. ULA
566. Luis Navarrete Orta, prof. Letras UCV
567. Tania Navarro, prof. Odontología UCV
568. Eudes Navas Soto, escritor
569. Aníbal Nazoa, escritor
570. Claudia Nazoa, cineasta
571. Laura Nazoa, crítico de danza
572. Leonardo Nazoa, prof. CENDES
573. Juan Negrete, prof. UCV
574. Michael New, cineasta
575. Carlos Noguera, escritor
576. Simón Noriega, escritor
577. Ada Nucetti, actriz
578. Jorge Nunes, escritor
579. Miguel Ángel Núñez, prof. UCV
580. Tito Núñez, escritor
581. J. R. Núñez Tenorio, escritor
582. Carlos Ochoa, escritor
583. Juvencio Ochoa, médico
584. Nelly Ochoa, ceramista
585. Verónica Oddo, actriz
586. Enna Olivar, escritora
587. Ligia Olivieri, pintora
588. Gabriela Omerz, investigadora ILDIS
589. José Napoleón Oropeza, escritor
590. Carlos Ortega, periodista
591. Joaquín Ortega, prof. UCV
592. Frank Ortiz, escritor
593. Jaime Ortiz, director de la Cinemateca Arlequín
594. Aníbal Ortiz Pozo, caricaturista
595. Nelson Osorio, prof. de Letras UCV
596. William Osuna, escritor
597. Yolanda Osuna, escritora
598. Alejandro Otero, artista plástico
599. Mariana Otero, lic. en Letras
600. Ana Teresa Ovalles, presidenta del Ateneo de Barquisimeto
601. Caupolicán Ovalles, presidente de la Asoc. de Escritores de Venezuela
602. Omar Ovalles, prof. UCV
603. Tibisay Ovalles, promotora cultural
604. Edilberto Pacheco, prof. Trabajo Social UCV
605. Abilio Padrón, pintor
606. Juan Páez Ávila, escritor
607. Jesús Páez Puerta, cantautor
608. Ángel Palacios, junta directiva de FEVEC
609. Antonia Palacios, escritora
610. Inocente Palacios, escritor
611. Lucila Palacios, escritora
612. Elio Palencia, dramaturgo
613. Ramón Palomares, escritor
614. Luis Pardi, actor
615. Gianfranco Parisi, prof. ULA
616. Francisco Parra, promotor cultural
617. Orlando Pastor Díaz, folklorista
618. Carlos Paván, prof. Filosofía UCV
619. Antonio José Pavón, pintor
620. Yanira de Paz, prof. letras LUZ
621. Carlos Pecheneda, cineasta
622. Edilio Peña, dramaturgo
623. Pablo Peñaranda, prof. Psicología UCV
624. Gustavo Pereira, escritor
625. Juvencio Pereira, escritor
626. Mirna Pereira, pintora
627. Iván Pereira Cellis, cineasta
628. Eddy Rafael Pérez, escritor
629. Manuel Pérez, pintor
630. Mary Carmen Pérez, pintora
631. Mario Pérez, librero
632. Milagros Pérez, periodista
633. Ramón Elías Pérez, escritor
634. Régulo Pérez, pintor
635. Ernesto Pérez Baptista, prof. ULA
636. Marelys Pérez Marcano, prof. Trabajo Social UCV
637. Ramón Pérez Piña, actor
638. Cecilio Pérez Tovar, periodista
639. Cruz Pernía, artesano
640. Blas Perezo Naveda, escritor
641. Horacio Peterson, director teatral
642. Edgar Petit, pintor
643. Félix N. Pifano, crítico de arte
644. Sandra Pinardi, lic. en Letras
645. Elías Pino Iturrieta, decano de la Facultad de Humanidades UCV
646. Iris Pinto, promotora cultural
647. Nallery Pinto, historiadora
648. Roger Pinzón, cineasta
649. Rafael Pizani, ex rector UCV
650. Marianela Ponce, escritora
651. José Ángel Porte-Acero, prof. Psicología UCV
652. Carlos Portillo, investigador social
653. Dilcia Potenza, jefe del área de Literatura de la UPB
654. Aída de Prado, educadora
655. Manuel Prado, medico
656. Nelson Prato, prof. CENDES
657. Adrián J. Prays, prof. Filosofía
658. Ibrahím Prieto, junta directiva de FEVEC
659. Luis Beltrán Prieto Figueroa, educador
660. Samuel Prince, cantante
661. Carlos E. Puche, pintor
662. Edgar Queipo, pintor
663. Florentino Querales, músico de “Un Sólo Pueblo”
664. Ismael Querales, músico de “Un Sólo Pueblo”
665. Jesús Querales, músico de “Un Sólo Pueblo”
666. Manuel Quijada, ex ministro de Fomento
667. Alberto Quintero, promotor de espectáculos
668. Alfonso Quintero, abogado
669. Ednodio Quintero, escritor
670. Inés Quintero, investigadora del Instituto de Historia UCV
671. Pedro Julio Quintero, ceramista
672. Valentina Quintero, periodista
673. Víctor Quintero, arquitecto
674. José QuinteroWeir, escritor
675. Livio Quiroz, cineasta
676. Víctor Rago, director de la Escuela de Antropología UCV
677. Vilma Ramia, promotora cultural
678. Gilberto Ramírez, artista plástico
679. Rafael Ramírez Camilo, prof. UCV
680. Alexis Ramos, secretario UCV
681. María Elena Ramos, investigadora de arte
682. Nelson Ramos, pintor
683. Francisco Ramosoteldo, artista gráfico
684. Domingo Alberto Rangel, escritor
685. Julieta Ravard, psicoanalista
686. Carlos Rebolledo, cineasta
687. Guillermo Rebolledo, dir. del Instituto de Investigaciones Econ. UCV
688. Diana Reches, ecologista
689. Ángela Rengifo, educadora
690. Rafael Rengifo M., prof. CENDES
691. José Rodolfo Rico, prof. UCV
692. Irlanda Rincón, investigadora CENAM-UCV
693. Pedro Rincón Gutiérrez, ex rector LUZ
694. Gladys Rincón Palo, prof. UNIMET
695. Jorge Rivadaneira, escritor
696. Aura Rivas, actriz
697. Humberto Rivas, titiritero
698. Ivonne Rivas, lic. en Letras
699. Rómulo Rivas, actor
700. Celalba Rivera, escritora
701. Dulce María Rivero, grupo “Las Moño Suelto”
702. Emilcen Rivero, escritor
703. Nelson Rivero, actor
704. Víctor Ángel Rivero, prof. Economía UCV
705. Pedro Robles, escritor
706. Eduardo Robles Piquer (RAS), crítico de arte
707. Mariano Rocha, abogado
708. Alberto Rodríguez, escritor
709. Alberto Rodríguez, prof. ULA
710. Alí Rodríguez, ensayista
711. Antonieta Rodríguez, “Luto Activo”
712. Beatriz Rodríguez, prof. de Psicología UCV
713. Carlos César Rodríguez, escritor
714. Consuelo Rodríguez de Ascanio, diseñadora
715. Dalia Rodríguez, psicóloga
716. Fernando Rodríguez, prof. Filosofía UCV
717. Imperio Rodríguez, periodista
718. José Rodríguez, fotógrafo
719. Juan Rodríguez, caricaturista
720. Juan Gregorio Rodríguez, prof. ULA
721. Luis Cipriano Rodríguez, prof. Historia UCV
722. Luisa Rodríguez, historiadora
723. Manuel Alfredo Rodríguez, escritor
724. Marta Yadira Rodríguez, periodista
725. Nelson Rodríguez, periodista
726. Orlando Rodríguez, crítico teatral
727. Rosángela Rodríguez, prof. Filosofía Pedagógico de Barquisimeto
728. Manuel Rodríguez Campos, director Biblioteca UCV
729. Irene Rodríguez Gallad, prof. Historia UCV
730. Alfredo Roffé, crítico cinematográfico
731. Violeta Roffé, escritora
732. Alexis Rojas, junta directiva de FEVEC
733. Carlos Germán Rojas, fotógrafo
734. Emilia Rojas, actriz
735. José de la Cruz Rojas, prof. ULA
736. Reinaldo Rojas, historiador
737. Armando Rojas Guardia, escritor
738. Violeta Rojo, crítico cinematográfico
739. Lukó de Rokha, pintora
740. Denzil Romero, escritor
741. Luis Romero, prof. Filosofía UCV
742. Jesús A. Rondón, prof. ULA
743. Luis Emilio Rondón Bravo, músico
744. Pavel Rondón, prof. Economía UCV
745. Winston Rosalles, actor
746. Helia de Rosario, prof. CENDES
747. Rafael Rosel, escritor
748. Milagros Rosell, promotora cultural
749. Bernardo Rotundo, promotor cultural
750. Cerina Rotundo, actriz
751. Emiro Rotundo, prof. Economía UCV
752. Alfredo Rugeles, compositor y director de orquesta
753. Bernabé Ruiz, arquitecto
754. Nidia Ruiz, prof. Sociología UCV
755. Leopoldo Ruiz Paolini, prof. UC
756. Roberto Ruiz T., vicerrector académico UCV
757. Domingo A. Ruiz V., prof. CENDES
758. Margara Russotto, escritora
759. Keyla Saab, prof. Educación UCV
760. Carmiña Sadner Montilla, prof. Educación UCV
761. Inés de Sáez, prof. Educación UCV
762. Simón Sáez Mérida, prof. Sociología UCV
763. Elizabeth Safar, investigadora ININCO
764. Luis B. Salas P., prof. UCV
765. Adolfo Salazar Quijada, prof. Administración UCV
766. Elsa Salazar, arquitecto
767. Jesús Salazar, escritor
768. Trina Salazar, prof. ULA
769. Johnny Salazar R., escritor
770. Helena Salcedo, periodista
771. Marcelo Salcedo, promotor cultural
772. Ernestina Salcedo Pizani, escritora
773. Oscar Sambrano Urdaneta, director de la Casa de Bello
774. Ana María San Juan, investigadora de Sociología UCV
775. Belén San Juan, educadora
776. Antolín Sánchez, fotógrafo
777. Eneida Sánchez, promotora cultural
778. Lourdes Sánchez, ceramista
779. Pedro Sánchez, promotor cultural
780. Carlos Sánchez D. dramaturgo
781. Mamela Sánchez Urdaneta, directora de Publicaciones UCV
782. Sonia Sanoja, bailarina
783. Jesús Sanoja Hernández, escritor
784. Denis Santacruz, prof. Educación UCV
785. Ramón Santaella, prof. Economía UCV
786. Duilia Santana, cineasta
787. Rodolfo Santana, dramaturgo
788. Aída Santana Nazoa, prof. UCV
789. Andrés Santeliz, director de la Escuela de Economía UCV
790. Desirée Santos A., periodista
791. Xavier Sarabia, director teatral
792. Helena Sassone, crítico de arte
793. Helena Scannone, investigadora de arte
794. Elizabeth Schon, escritora
795. Yolanda Segnini, historiadora
796. Teresa Selma, actriz
797. Jesús Serra, escritor
798. Vladimir Sersa, fotógrafo
799. Sergio Sierra, documentalista
800. Alfredo Silva Estrada, escritor
801. Héctor Silva Michelena, prof. Economía UCV
802. José Silva Salguero, periodista
803. Freddy Siso, cineasta
804. Milagro Socorro, periodista
805. Mónica Socorro, artista plástico
806. Francisco Solórzano, periodista
807. Heinz Rudolph Sonntag, prof. CENDES
808. Antonieta Sosa, artista plástica
809. Miguel Octavio Sosa, director de FUNTACA
810. Arturo Sosa, s. j., Centro Gumilla
811. Jesús Sotillo, periodista
812. Carmen Alida Soto, prof. Bibliotecología UCV
813. Carmen Alida Soto, prof. UCV
814. Tarik Souki, cineasta
815. María Clenticia Stelling, prof. UCAB
816. Abilio Suárez, prof. UDO
817. Bernardo Suárez, arquitecto
818. Martín Szinetar, escritor
819. Néstor Tablante y Garrido, bibliógrafo
820. Tulio Tagliaferro, director de cultura LUZ
821. José León Tapia, escritor
822. Iraida Tapias, actriz
823. María Josefina Tejera, investigadora literaria UCV
824. Benjamín Terán, cantautor
825. Ana Rita Tiberi, actriz
826. Cecilia Todd, cantante
827. Roberto Todd, promotor cultural
828. Tecla Tofano, escritora
829. Jesús Torrealba, prof. UCV
830. Ramón Torrealba, investigador de la comunicación
831. Alberto Torres, músico
832. Alexis Torres, prof. ULA
833. Freddy Torres, dramaturgo
834. Fredzia Torres, prof. Psicología UCV
835. Ildemaro Torres, escritor
836. Lilia Torres de Parisca, prof. UCV
837. Amneris Tovar, prof. UCV
838. Marianela Tovar, lic. en Letras
839. Fernando Travieso, arquitecto
840. Oswaldo Travieso, prof. UCV
841. Antonio Trujillo, escritor
842. Manuel Trujillo, escritor
843. Ugo Ulive, director teatral
844. Isabel Urbaneja, cineasta
845. Iván Urbina Ortiz, prof. Administración UCV
846. Carmen Luisa Urbina, prof. UFM
847. Segundino Urbina, prof. UFM
848. Adriana Urdaneta, bailarina
849. Alberto Urdaneta, director CENDES
850. Belkys Urdaneta, periodista
851. Claudia Urdaneta, promotora cultural
852. Josefina Urdaneta, escritora
853. Luis Urdaneta, artista plástico
854. Luz Urdaneta, bailarina
855. Nora Uribe, prof. Comunicación Social UCAB
856. Robin Urquhary, educadora
857. Betania Uzcátegui, pintora
858. Juan Vicente Vadell, prof. Derecho UC
859. Manuel Vadell, editor
860. María de Vadell, editora
861. Argenis Valbuena, prof. Trabajo Social UCV
862. Judith Valencia, prof. Economía UCV
863. Mildred Valera M., prof. Economía UCV
864. Haydée Valles, prof. UCV
865. Chela Vargas, prof. Historia UCV
866. Edmundo Vargas, pintor
867. Vilma Vargas, prof. Letras UCV
868. Alejandro Vásquez, prof. Comunicación Social LUZ
869. Orlando Vásquez, artista plástico
870. Enrique Vásquez Fermín, prof. Educación UCV
871. Berta Vega, escritora
872. Lucila Velásquez, escritora
873. Orlando Venturini, prof. UCV
874. Ballardo Vera, escritor
875. Helena Vera, escritora
876. Nilda Vera, prof. ULA
877. Omar Verde, decano de la Facultad de Veterinaria UCV
878. Oswaldo Verenzuela, grabador
879. Elvira Veroes, prof. Humanidades UCV
880. Fabiola Vethencourt, prof. UCV
881. José Luis Vethencourt, psiquiatra
882. Lolita Vethencourt, prof. Administración UCV
883. Ángel Vilanova, escritor
884. Mercedes Villa de Márquez, psicóloga UCV
885. Luis Villafaña, licenciado en Filosofía
886. Alcides Villalba, prof. UCV
887. Federico Villalba, escritor
888. Johnny Villalba, escritor
889. Federico Villanueva, arquitecto
890. Freddy Villarroel, artista plástico
891. Edwin Villasmil, pintor
892. Margarita Villegas, artista plástico
893. Mario Villegas, periodista
894. Silvio Villegas, prof. ULA
895. Alfredo Vitoria, vicepresidente del Ateneo de Barquisimeto
896. Frank Viloria, prof. UCV
897. Oscar Viloria, prof. UCV
898. Ludmila Vinogradoff, periodista
899. Pável Vizcaya, actor
900. Carlos Viso, prof. UCV
901. Carlos Viso Carpintero, historiador
902. Carlos Viso Fajardo, prof. Educación UCV
903. Fruto Vivas, arquitecto
904. Germán Rivas, prof. Trabajo Social UCV
905. Pedro Juan Vives Suriá, presbítero
906. Gladys Volcán, prof. Economía UCV
907. Carlos Walter, prof. CENDES
908. Andreína Womutt, bailarina
909. Damely Yeguez, directora de Trabajo social UCV
910. Eduardo Zambrano Colmenares, escritor
911. Pedro León Zapata, artista plástico
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Re: Nacionalismo/Criollismo
QUE GRANDEEEEE EL GENERAAAAL NO JODAAAAAAAAAAAAAAA
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Re: Nacionalismo/Criollismo
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Re: Nacionalismo/Criollismo
La Salida es por la misma vía pero de regreso
por Alberto Mansueti
Hagamos una pequeño “test político”. Con diez “políticas públicas” o acciones de Gobierno, de las cuales siempre se habla en todos los países. Son ideas políticas, marcadas del 1 al 10. Para cada una de estas 10 ideas o medidas, ¿estás “de acuerdo” o no?
Lo puedes hacer tú mismo, o con gente conocida. Comencemos por el punto 1:
Punto 1.- La “Reforma Agraria”, o sea la lucha contra el latifundio: la gran propiedad rural.
Punto 2.- El “Impuesto Progresivo”, o sea que quien gana más, paga un porcentaje mayor de impuesto.
Punto 3.- El “impuesto a la herencia”, para tener más igualdad de oportunidades.
Punto 4.- La nacionalización de grandes empresas extranjeras, y la confiscación de propiedades privadas, por motivos de bien común.
Punto 5.- El Banco Central, para emitir la moneda nacional de curso legal, y de bancos del Estado, para orientar el crédito al servicio del público.
Punto 6.- Ferrocarriles, líneas aéreas y transportes del Estado, para ir hasta los lugares más alejados.
Punto 7.- Fábricas, fincas agropecuarias y empresas comerciales del Estado, para vender productos más baratos.
Punto 8.- Leyes del Trabajo, urbano y rural, fijando sueldos mínimos, y dignas condiciones laborales.
Punto 9.- Retenciones por el Estado de una porción de las ganancias de las empresas privadas en minería, petróleo y gas, y de las grandes haciendas agropecuarias.
Punto 10.- Educación pública y universal, gratuita y obligatoria para todos los niños y jóvenes.
Ahora tienes que sumar “1” en los puntos sobre los cuales hay acuerdo. ¿Resultado? Sumando los puntos. Si sacas 10 o 9, eres un comunista total. Entre 8 y 6, muy comunista. Entre 5 y 3, bastante comunista; y si menos de 3, felicitaciones: ¡eres muy poco comunista!
¿Por qué “comunista”?
Porque estos son los 10 puntos del “Programa Mínimo” para todos los Partidos Comunistas, tal y como figuran en el famoso (aunque poco leído) “Manifiesto Comunista”, redactado de puño y letra por Carlos Marx y Federico Engels en 1848, hace más de un siglo y medio. “Comunista” es todo militante y todo partido socialista que suscribe estos 10 puntos “como mínimo”, según la definición del “Manifiesto”, la fuente mejor autorizada.
Si no me crees, busca el Manifiesto, el que comienza con la célebre frase: “Un fantasma se cierne sobre Europa: el fantasma del comunismo.” En las Bibliotecas públicas nunca hay literatura liberal; pero libros socialistas y comunistas, comenzando por el Manifiesto del 48, ¡no faltan nunca!
Y está en Internet, y en español: http://www.marxists.org/espanol/m-e/1840s/48-manif.htm
¿Ya lo tienes? Busca el capítulo II: “Proletarios y Comunistas”; allí están todos los puntos, uno por uno, con los mismos números que en el Test, del 1 al 10, aunque con otras palabras, las del siglo XIX, según las realidades del siglo XIX. El Test mide el grado de acuerdo con el comunismo.
Comunismo frente a “centro-izquierda”
¿Y qué pasa con el socialismo “moderado”? ¿Es el mismo Programa? El único, no hay otro. La diferencia radica sólo en los medios: el uso de la mentira o el empleo violencia además de la mentira. Ha sido un largo camino desde 1848 a la fecha, que los socialistas comienzan siempre como “moderados”, por ej. los social-demócratas alemanes en tiempos de Metternich, a fines del siglo XIX, pero tarde o temprano sacan la pistola, sobre todo desde 1917, con la Revolución Rusa.
(A veces los comunistas han logrado sus objetivos por medios algo diferentes a los descritos en 1848. P. ej. el Punto 9 dice así: “Unión de explotación agraria e industria, para superar poco a poco la diferencia entre ciudad y campo.” Con sus impuestos y confiscaciones, y sus controles de precios para la comida, han vuelto no rentable a la actividad agropecuaria que casi no se sostiene económicamente, por ello existen las migraciones masivas del campo a la ciudad; y de esta forma oblicua y perversa el socialismo ha dado cumplimiento al Punto 9.)
En 1848 ya había socialistas moderados, a quienes este Programa de 10 puntos les parecía excesivo y extremo. Por eso Marx y Engels lo dejaron hasta allí no más, sin incluir otras más “avanzadas” propuestas comunistas, que faltan en esta lista, como p. ej. socialización de la medicina. Como muchas otras, esta fue agregada (y concretada) posteriormente.
Ahora bien, hoy en día, este Programa de 1848, ¿suena radical o excesivo? Pues no. ¡Más bien parece “moderado”! ¿Por qué? Porque sus propuestas han sido aplicadas hace años, ¡y están vigentes!
Casi todos somos socialistas
¿Por qué los mismos 10 Puntos que en 1848 lucían como comunismo revolucionario y radical, hoy parecen de socialdemocracia “light”? Simple: porque todas estas políticas, una a una, se han introducido y aplicado desde hace mucho tiempo en todos los países del mundo. Están en vigencia desde hace años. Por eso nos parece cosa normal y corriente, ¡nada del otro mundo!
Excepto a los liberales clásicos, hoy a nadie escandalizan la Reforma agraria, el impuesto progresivo, el impuesto a la herencia, las “nacionalizaciones”, el Banco Central, empresas del Estado, enormes mordiscos a las ganancias de las empresas privadas, y educación socializada. Medicina socializada tampoco. Porque son lo habitual; nos hemos acostumbrado, y por eso casi todos somos socialistas ahora.
El socialismo se nos encajó de a poco, mediante “gradualismo”. Y nadie avisó que estábamos en la ruta del socialismo, que lleva al comunismo. Hubo carteles señalizadores, en libros y artículos de conservadores y liberales clásicos como Mises, Hayek, Jouvenel etc.; pero nadie los vio, o los quiso ver.
Gradualismo
En su libro “Libertad para elegir”, de 1980, Rose y Milton Friedman examinan el Programa del Partido Socialista de EEUU de 1928. Al lado de cada una de sus 14 propuestas, los esposos Friedmans anotan en cuál año ese punto fue aprobado por el Presidente de turno, a veces con acuerdo del Congreso, y a veces sin su conocimiento, comenzando por el año 1913, cuando se fundó el Banco Central.
¡Pero el Partido Socialista nunca fue Gobierno en EEUU, ni tuvo mayoría en el Congreso! Sin embargo, tuvo enorme y decisiva influencia ideológica en el Partido Demócrata, y aún en el Republicano. Y si esto pasó en EEUU, ¿qué nos queda para nosotros?
La técnica es muy simple: se introduce primero una medida socialista, lo cual crea desorden, desajuste, y conflicto. Entonces se le echa la culpa al “capitalismo salvaje, explotador e inhumano”. Y se dice “Hay que hacer algo; ¡el Gobierno no puede quedarse cruzado de brazos”. Y como remedio al problema se propone: ¡otra medida socialista! Y se produce más desorden, desajuste y conflicto. Y hacen lo mismo: aplican otro “remedio” socialista.
Tres “olas” de intervenciones comunistas
Tres grandes generaciones u oleadas de intervenciones del Estado se han sucedido, aproximadamente, coincidiendo más o menos con los tres tercios del siglo XX (a veces se han superpuesto):
1) En la primera ola se abandona el patrón oro y se funda el Banco Central, con moneda de papel y banca de reserva fraccionaria; lo cual genera el ciclo económico característico de auge ficticio con inflación, y consecuente caída de la economía en bruscas crisis recesivas. Así la gente comienza a empobrecerse, como es lógico; y los socialistas dictan sus leyes laborales y primeras “medidas sociales”. Con lo cual la situación empeora, con un agravante: el Estado descuida sus funciones propias, con lo cual empiezan a faltar la seguridad, la justicia y las obras de infraestructura.
2) Pretendiendo auxiliar a los pobres, en la segunda ola el Estado ofrece “educación y salud gratis”, para lo cual decreta alzas en los impuestos, que aumentan el deterioro de la situación. Con un agravante: mucho desmejora la enseñanza, pero la “educación” no es tal sino adoctrinamiento en el estatismo, y así la gente más “educada” por el estatismo es la que menos posibilidades tiene de entender las reales circunstancias.
3) En la tercera ola el intervencionismo entra de lleno y a mansalva en todos los frentes de la economía productiva, con sus reformas agrarias, sus “nacionalizaciones”, la fundación de toda clase de empresas estatales, con sus costosos impuestos y/o sus no menos onerosos préstamos para financiarlas, y con el asfixiante reglamentarismo para las empresas no estatales. En esta tercera ola se llega a incalificables extremos, muy visibles para todos, y alguna gente comienza a reaccionar y a advertir sobre lo que pasa. ¡Pero confunde el comunismo con lo que apenas es su clímax!
Resultados: nefastas consecuencias
Por eso tenemos lo que tenemos, los pésimas resultados del socialismo, en todas partes: criminalidad desbordada, corrupción judicial y falta de obras públicas, además de impuestos excesivos y reglamentos absurdos, carencia de ahorros, desinversión privada con inactividad económica generalizada y desempleo involuntario, ciudades capitales sobrepobladas, éxodos de empresas, de cerebros, de mano de obra, y un largo etcétera. Resultado: crisis políticas crónicas.
Sólo que los liberales ya no estamos ahí para decir: “Señoras y señores, todo eso es resultado del socialismo!” Ya Friedrich Hayek lo señaló en su libro “Camino de servidumbre”, escrito en 1942. Las “recetas” del socialismo se nos han ido metiendo poco a poco, una por una. En la plaza pública las discusiones son entre socialistas de distintos matices y colores, y así todas las propuestas.
Tres generaciones de reformas liberales
A las tres olas de intervenciones comunistas corresponderían aproximadamente las tres generaciones de reformas a favor del capitalismo pero en orden inverso. Es decir: la reacción comienza por revertir sólo las intervenciones de la tercera y última ola, como ocurrió en los ’90, con reformas liberales de primera generación: ciertas privatizaciones y desregulaciones. Pero por lo general no pasó de allí, y aun así las medidas fueron fragmentarias, parciales, tímidas y vacilantes. Rara vez se avanzó hasta revertir p. ej. el socialismo en la educación, típico de la segunda ola. ¡Y ni hablar del socialismo monetario, financiero y bancario, propio de la primera ola! Esa debieron ser respectivamente reformas liberales de segunda y tercera generación, pero jamás se acometieron en serio.
Esa insuficiencia y esa cortedad de miras es lo que provoca un inmediato contraataque socialista masivo, y muy exitoso, ante cada pequeño intento de a lo menos comenzar cambiar el rumbo de un país.
Eso sí: Hayek indicaba que cuando un país llegaba a cierto punto muy adelantado en este camino de servidumbre, los desajustes y perturbaciones eran tales que se terminaba imponiendo una feroz tiranía comunista, de carácter político-militar, la cual hacía imposible la salida en el corto plazo. Es como en Cuba y Venezuela: se requiere cierto tiempo para formar una corriente de opinión adversa, y un partido político que haga el camino de reversa, y por el canal democrático, pues ya no hay disponible el canal autoritario, dado que los dictadores militares anticomunistas se extinguieron como especie en el pasado siglo XX.
¿Desde cuándo vivimos bajo el socialismo en este país?
Me refiero a TU país. Ya conoces los 10 puntos del Test. Los del Manifiesto Comunista. ¿Vamos a un pequeño ejercicio ahora? ¿El mismo de los Friedmans? Busca una historia de tu país, la más completa que puedas encontrar. Puedes hacer como los Friedmans, y cotejar con el programa del Partido Socialista (o Comunista) de tu país, desde 1919, cuando en Moscú se fundó la Tercera Internacional Comunista en marzo, y en junio la Sociedad de Naciones en París, poco después, no casualmente.
Busca en qué años los socialistas impusieron cada uno de sus 10 puntos del Programa de 1848: reforma agraria, impuesto progresivo, impuesto a la herencia, “nacionalizaciones”, moneda papel de “curso forzoso” con abandono del patrón oro. Busca en qué año fundaron cada empresa estatal, cuándo comenzaron con sus confiscaciones a las ganancias de las empresas privadas, cuándo decretaron educación socializada, medicina socializada, fondos jubilatorios estatales, etc. En cada punto anota quién era Presidente en el año de cada medida, y cuál partido tenía mayoría, o al menos mucha influencia en la opinión pública.
¿Terminaste? Bueno, ya sabes por qué desde hace tanto tiempo en tu país hay desborde del crimen y jueces corruptos, por qué falta infraestructura pese a que los impuestos son tantos y tan elevados, por qué hay tanto reglamento absurdo, por qué no hay ahorros, por qué hay desinversión privada e inactividad económica y desempleo, sobre todo en el campo. Por qué las ciudades capitales se hallan sobrepobladas, y hay fugas de empresas, de cerebros, de mano de obra. Y crisis políticas crónicas.
Marxismo económico y marxismo cultural
Si lees completo el Manifiesto Comunista, vas a ver que sus autores están contra el matrimonio y la familia, porque ellos observan que son instituciones muy ligadas a la propiedad privada y al capitalismo. ¡Y en eso tienen toda la razón!
Sin embargo en los 10 puntos no hay nada contra el matrimonio y la familia; ni contra las iglesias o la religión. Porque era un programa “mínimo”, centrado en la economía, excepto el último punto (el 10) sobre educación. Es decir: primero había que aplicar las medidas económicas, para debilitar patrimonialmente a la gente, y educativas, para desarmarle mentalmente; y a futuro dejaron Marx y Engels la embestida contra el matrimonio y la familia, así como contra la religión y en especial el cristianismo, en 1848.
¡Pero el futuro llegó! El marxismo económico ya no puede ir más lejos, porque el parásito mataría al huésped por asfixia o anemia. Por eso ahora toca el turno a las demandas del marxismo cultural: la ofensiva por el aborto y la eutanasia legales; y la desnaturalización del matrimonio y hasta de la misma sexualidad, a través de la promoción activa del divorcio y del homosexualismo por el Estado. Y de la “Guerra a la Droga” pasan a la estatización de la oferta de narcóticos y estupefacientes. Y el Estado entiende ahora el laicismo como anti-religión, declarando la Guerra a la Religión, dictando sus propias y nuevas normas a todas las iglesias y ministros religiosos, y a todas las familias y escuelas cristianas.
Todo eso es el “marxismo cultural”, desarrollado ya no por Lenin y Stalin, sino por Gramsci y la Escuela de Frankfurt, y comenzado a aplicar por Mao Ze Dong y Pol Pot, en China y Camboya. Y por Herbert Marcuse en Berkeley, California. Y la Escuela de Birmingham en Inglaterra.
¿Cómo salir del comunismo?
Muy simple: revirtiendo las 10 medidas del Manifiesto del 48. Propongo otro ejercicio: un Programa Anti-Comunista de 10 puntos. Revirtiendo uno a uno cada punto del Programa Comunista. Cada punto del año ‘48 sería lo opuesto. Quedaría más o menos así, comenzando por el primero:
Punto 1.- Respeto a la propiedad privada del suelo y del subsuelo.
Punto 2.- Impuesto nacional único, plano o uniforme, de no más del 5 % sobre el ingreso de toda persona física, para seguridad, justicia e infraestructura. (Y bonos para los más pobres en la transición: ver las Cinco Reformas).
Punto 3.- No más funciones para el Estado. No más impuesto a la herencia, aranceles u otros impuestos nacionales. A niveles regional y municipal, cada entidad puede decretar todos los impuestos que aprueben sus residentes, para los fines que aprueben sus residentes. (Federalismo Fiscal).
Punto 4.- Respeto a la iniciativa y a la actividad privada, en mercados libres de violencia y fraude.
Punto 5.- Banca privada y en competencia abierta, con Patrón Oro y reserva total.
Punto 6.- No a las empresas estatales; Gobierno limitado a la provisión de seguridad, justicia y obras públicas, entre ellas vías de comunicación, con empresas privadas de transporte.
Punto 7.- No a los monopolios: ni estatales ni privados; entendiendo que “monopolio” es cualquier subsidio u otro privilegio concedido por el Estado a una empresa, no importa su propiedad ni su tamaño ni si hay o no otras en su nicho de mercado. Tampoco hay privilegios para partidos políticos, sindicatos, iglesias, centros educativos, deportivos, artístico-culturales, filantrópicos u otras instituciones voluntarias.
Punto 8.- Plena autonomía de la voluntad, y libre contratación entre las partes, para todos los negocios y actividades privadas.
Punto 9.- Respeto a la empresa privada en minería, petróleo y gas, y en actividades agropecuarias, y respeto a la ganancia como única y suficiente incentivación para los agentes productivos.
Punto 10.- Educación libre; es decir: privada y en competencia, sin planes de estudio ni programas oficiales impuestos por el Estado.
El otro extremo
¿Te suena radical o excesivo este Programa? ¿”Extremista”? Es porque estás condicionado a aceptar el socialismo como normal, y el capitalismo como algo anómalo, absurdo, injusto, “inhumano” o irrealizable.
Seguramente te han dicho que “Todos los extremos son malos”; y que “los extremos se tocan. Dos tremendas mentiras. En la vida muchas cosas son extremas: en un extremo está la verdad; en otro la mentira. En un extremo la justicia; en otro la injusticia. En un extremo el orden; en el otro la revolución. En un extremo la paz, en otro la guerra. En uno la riqueza; en otro la pobreza. El bien y el mal. Tú escoges.
No todos los extremos son malos, ni se tocan. No son simétricos: son asimétricos, porque hay asimetría entre la respuesta y la pregunta, y entre el remedio y la enfermedad.
(Si este Programa el contrario, te suena “moderado”, es porque eres “ancap”. Pero de todos modos es otro Test. El primero era como un “Comunistómetro”, para medir la conformidad o no con el comunismo; el segundo como un “capitalistómetro”, para medir la conformidad o no con el capitalismo.)
Metástasis: las tres usurpaciones
Una asimetría es que el enfoque gradualista ya es inaplicable porque el cáncer ha hecho metástasis. Significa que si removemos apenas una partecita, continúa el desorden y los desajustes, las injusticias, la pobreza, etc., y los socialistas tienen pretexto para retomar el poder, como ha ocurrido.
Veamos cómo ha sido la metástasis. En tres etapas: el estatismo ha ido usurpando actividades, luego poderes, luego recursos.
1) Actividades, es decir: funciones. El Estado ha tomado funciones y desempeña actividades en finanzas y en economía, en educación, atención médica, cultura y arte, deporte y un largo etcétera. Así de este modo nos acostumbra a esperarlo todo del Estado: empleo, vivienda, salud, educación, todo.
2) Poderes, es decir: libertades. Con el pretexto de cumplir toda esa gama de funciones, ha ido acumulando cada vez más poderes, suprimiendo a la gente otras tantas libertades.
3) Recursos, es decir: dinero. Con el mismo pretexto de cumplir todas esas actividades, nos ha ido quitando cada vez más recursos económicos y financieros. Sacando dinero de nuestros bolsillos a través de la inflación y los demás impuestos y gravámenes.
Adicción y dependencia
El socialismo tiene mucho parecido con el alcoholismo, porque es una adicción. Las dosis necesarias para provocar el mismo efecto, que es vivir del trabajo de otros, son cada vez mayores.
Así mucha gente se hace socialismo-dependiente: políticos que viven de puestitos en la nómina del Estado o de repartirlos; empresarios que viven de prebendas, privilegios, subsidios y monopolios; sindicalistas que viven de promover huelgas y conflictos, e igual ecologistas profesionales y feministas profesionales; los docentes “funcionales”, que viven de envenenar la mente de los jóvenes; los escritores y “periodistas” que envenenan la mente de sus lectores; esos agitadores y propagandistas profesionales que se hacen llamar “luchadores sociales”, y un largo etcetera.
Pese a la férrea resistencia que oponen todos los adictos y dependientes, la solución de todos los problemas y las calamidades causadas por el socialismo es simple y lógica: es la reversión de este proceso de socialización continua, sistemática, generalizada. En mi libro “El Embrollo” (2002) lo puse en verso: “El camino de salida es el mismo de la ida, pero en la dirección inversa, y se llama de retorno, o de reversa”.
Removiendo el cáncer: las tres devoluciones
La reversión también es simple y lógica: al Manifiesto Comunista de 1848 hay que darle la vuelta como a un guante o una media. La opinión debe decirle “no” al socialismo, no a Marx y Engels; y el Estado devolver a la gente todas y cada una las actividades, poderes, y recursos usurpados a lo largo de tantos años.
1) Actividades, es decir: funciones. Esto significa devolver funciones y actividades a la gente.
2) Poderes, es decir: libertades. Esto significa devolver libertades (derechos) a la gente; el poder de ejercer actividades por su cuenta, y obtener de esa forma los ingresos que requiere para comprar sus bienes y servicios por su cuenta, con su dinero, de su bolsillo.
3) Recursos, es decir: dinero. Esto significa devolver a la gente su dinero, recortando el gasto público y los impuestos, y mediante el uso de un dinero bueno: moneda dura, con respaldo metálico.
¿Cómo? Derogando las leyes malas, suprimiendo las instituciones malas que tales leyes consagran, y desaprendiendo las ideas malas que inspiran a esas leyes e instituciones. Y encarando las Cinco Reformas.
Igual que en AA (Alcohólicos Anónimos), el Primer Paso es el más importante y el más difícil. Como naciones deberíamos decir lo siguiente: “Admitimos que éramos impotentes ante el socialismo, y que nuestras vidas se habían vuelto ingobernables”.
Cochabamba, 20 de Febrero de 2014
http://albertomansueti.com/2012/taller-numero-1-la-salida-es-por-la-misma-via-pero-de-regreso-por-alberto-mansueti/
por Alberto Mansueti
Hagamos una pequeño “test político”. Con diez “políticas públicas” o acciones de Gobierno, de las cuales siempre se habla en todos los países. Son ideas políticas, marcadas del 1 al 10. Para cada una de estas 10 ideas o medidas, ¿estás “de acuerdo” o no?
Lo puedes hacer tú mismo, o con gente conocida. Comencemos por el punto 1:
Punto 1.- La “Reforma Agraria”, o sea la lucha contra el latifundio: la gran propiedad rural.
Punto 2.- El “Impuesto Progresivo”, o sea que quien gana más, paga un porcentaje mayor de impuesto.
Punto 3.- El “impuesto a la herencia”, para tener más igualdad de oportunidades.
Punto 4.- La nacionalización de grandes empresas extranjeras, y la confiscación de propiedades privadas, por motivos de bien común.
Punto 5.- El Banco Central, para emitir la moneda nacional de curso legal, y de bancos del Estado, para orientar el crédito al servicio del público.
Punto 6.- Ferrocarriles, líneas aéreas y transportes del Estado, para ir hasta los lugares más alejados.
Punto 7.- Fábricas, fincas agropecuarias y empresas comerciales del Estado, para vender productos más baratos.
Punto 8.- Leyes del Trabajo, urbano y rural, fijando sueldos mínimos, y dignas condiciones laborales.
Punto 9.- Retenciones por el Estado de una porción de las ganancias de las empresas privadas en minería, petróleo y gas, y de las grandes haciendas agropecuarias.
Punto 10.- Educación pública y universal, gratuita y obligatoria para todos los niños y jóvenes.
Ahora tienes que sumar “1” en los puntos sobre los cuales hay acuerdo. ¿Resultado? Sumando los puntos. Si sacas 10 o 9, eres un comunista total. Entre 8 y 6, muy comunista. Entre 5 y 3, bastante comunista; y si menos de 3, felicitaciones: ¡eres muy poco comunista!
¿Por qué “comunista”?
Porque estos son los 10 puntos del “Programa Mínimo” para todos los Partidos Comunistas, tal y como figuran en el famoso (aunque poco leído) “Manifiesto Comunista”, redactado de puño y letra por Carlos Marx y Federico Engels en 1848, hace más de un siglo y medio. “Comunista” es todo militante y todo partido socialista que suscribe estos 10 puntos “como mínimo”, según la definición del “Manifiesto”, la fuente mejor autorizada.
Si no me crees, busca el Manifiesto, el que comienza con la célebre frase: “Un fantasma se cierne sobre Europa: el fantasma del comunismo.” En las Bibliotecas públicas nunca hay literatura liberal; pero libros socialistas y comunistas, comenzando por el Manifiesto del 48, ¡no faltan nunca!
Y está en Internet, y en español: http://www.marxists.org/espanol/m-e/1840s/48-manif.htm
¿Ya lo tienes? Busca el capítulo II: “Proletarios y Comunistas”; allí están todos los puntos, uno por uno, con los mismos números que en el Test, del 1 al 10, aunque con otras palabras, las del siglo XIX, según las realidades del siglo XIX. El Test mide el grado de acuerdo con el comunismo.
Comunismo frente a “centro-izquierda”
¿Y qué pasa con el socialismo “moderado”? ¿Es el mismo Programa? El único, no hay otro. La diferencia radica sólo en los medios: el uso de la mentira o el empleo violencia además de la mentira. Ha sido un largo camino desde 1848 a la fecha, que los socialistas comienzan siempre como “moderados”, por ej. los social-demócratas alemanes en tiempos de Metternich, a fines del siglo XIX, pero tarde o temprano sacan la pistola, sobre todo desde 1917, con la Revolución Rusa.
(A veces los comunistas han logrado sus objetivos por medios algo diferentes a los descritos en 1848. P. ej. el Punto 9 dice así: “Unión de explotación agraria e industria, para superar poco a poco la diferencia entre ciudad y campo.” Con sus impuestos y confiscaciones, y sus controles de precios para la comida, han vuelto no rentable a la actividad agropecuaria que casi no se sostiene económicamente, por ello existen las migraciones masivas del campo a la ciudad; y de esta forma oblicua y perversa el socialismo ha dado cumplimiento al Punto 9.)
En 1848 ya había socialistas moderados, a quienes este Programa de 10 puntos les parecía excesivo y extremo. Por eso Marx y Engels lo dejaron hasta allí no más, sin incluir otras más “avanzadas” propuestas comunistas, que faltan en esta lista, como p. ej. socialización de la medicina. Como muchas otras, esta fue agregada (y concretada) posteriormente.
Ahora bien, hoy en día, este Programa de 1848, ¿suena radical o excesivo? Pues no. ¡Más bien parece “moderado”! ¿Por qué? Porque sus propuestas han sido aplicadas hace años, ¡y están vigentes!
Casi todos somos socialistas
¿Por qué los mismos 10 Puntos que en 1848 lucían como comunismo revolucionario y radical, hoy parecen de socialdemocracia “light”? Simple: porque todas estas políticas, una a una, se han introducido y aplicado desde hace mucho tiempo en todos los países del mundo. Están en vigencia desde hace años. Por eso nos parece cosa normal y corriente, ¡nada del otro mundo!
Excepto a los liberales clásicos, hoy a nadie escandalizan la Reforma agraria, el impuesto progresivo, el impuesto a la herencia, las “nacionalizaciones”, el Banco Central, empresas del Estado, enormes mordiscos a las ganancias de las empresas privadas, y educación socializada. Medicina socializada tampoco. Porque son lo habitual; nos hemos acostumbrado, y por eso casi todos somos socialistas ahora.
El socialismo se nos encajó de a poco, mediante “gradualismo”. Y nadie avisó que estábamos en la ruta del socialismo, que lleva al comunismo. Hubo carteles señalizadores, en libros y artículos de conservadores y liberales clásicos como Mises, Hayek, Jouvenel etc.; pero nadie los vio, o los quiso ver.
Gradualismo
En su libro “Libertad para elegir”, de 1980, Rose y Milton Friedman examinan el Programa del Partido Socialista de EEUU de 1928. Al lado de cada una de sus 14 propuestas, los esposos Friedmans anotan en cuál año ese punto fue aprobado por el Presidente de turno, a veces con acuerdo del Congreso, y a veces sin su conocimiento, comenzando por el año 1913, cuando se fundó el Banco Central.
¡Pero el Partido Socialista nunca fue Gobierno en EEUU, ni tuvo mayoría en el Congreso! Sin embargo, tuvo enorme y decisiva influencia ideológica en el Partido Demócrata, y aún en el Republicano. Y si esto pasó en EEUU, ¿qué nos queda para nosotros?
La técnica es muy simple: se introduce primero una medida socialista, lo cual crea desorden, desajuste, y conflicto. Entonces se le echa la culpa al “capitalismo salvaje, explotador e inhumano”. Y se dice “Hay que hacer algo; ¡el Gobierno no puede quedarse cruzado de brazos”. Y como remedio al problema se propone: ¡otra medida socialista! Y se produce más desorden, desajuste y conflicto. Y hacen lo mismo: aplican otro “remedio” socialista.
Tres “olas” de intervenciones comunistas
Tres grandes generaciones u oleadas de intervenciones del Estado se han sucedido, aproximadamente, coincidiendo más o menos con los tres tercios del siglo XX (a veces se han superpuesto):
1) En la primera ola se abandona el patrón oro y se funda el Banco Central, con moneda de papel y banca de reserva fraccionaria; lo cual genera el ciclo económico característico de auge ficticio con inflación, y consecuente caída de la economía en bruscas crisis recesivas. Así la gente comienza a empobrecerse, como es lógico; y los socialistas dictan sus leyes laborales y primeras “medidas sociales”. Con lo cual la situación empeora, con un agravante: el Estado descuida sus funciones propias, con lo cual empiezan a faltar la seguridad, la justicia y las obras de infraestructura.
2) Pretendiendo auxiliar a los pobres, en la segunda ola el Estado ofrece “educación y salud gratis”, para lo cual decreta alzas en los impuestos, que aumentan el deterioro de la situación. Con un agravante: mucho desmejora la enseñanza, pero la “educación” no es tal sino adoctrinamiento en el estatismo, y así la gente más “educada” por el estatismo es la que menos posibilidades tiene de entender las reales circunstancias.
3) En la tercera ola el intervencionismo entra de lleno y a mansalva en todos los frentes de la economía productiva, con sus reformas agrarias, sus “nacionalizaciones”, la fundación de toda clase de empresas estatales, con sus costosos impuestos y/o sus no menos onerosos préstamos para financiarlas, y con el asfixiante reglamentarismo para las empresas no estatales. En esta tercera ola se llega a incalificables extremos, muy visibles para todos, y alguna gente comienza a reaccionar y a advertir sobre lo que pasa. ¡Pero confunde el comunismo con lo que apenas es su clímax!
Resultados: nefastas consecuencias
Por eso tenemos lo que tenemos, los pésimas resultados del socialismo, en todas partes: criminalidad desbordada, corrupción judicial y falta de obras públicas, además de impuestos excesivos y reglamentos absurdos, carencia de ahorros, desinversión privada con inactividad económica generalizada y desempleo involuntario, ciudades capitales sobrepobladas, éxodos de empresas, de cerebros, de mano de obra, y un largo etcétera. Resultado: crisis políticas crónicas.
Sólo que los liberales ya no estamos ahí para decir: “Señoras y señores, todo eso es resultado del socialismo!” Ya Friedrich Hayek lo señaló en su libro “Camino de servidumbre”, escrito en 1942. Las “recetas” del socialismo se nos han ido metiendo poco a poco, una por una. En la plaza pública las discusiones son entre socialistas de distintos matices y colores, y así todas las propuestas.
Tres generaciones de reformas liberales
A las tres olas de intervenciones comunistas corresponderían aproximadamente las tres generaciones de reformas a favor del capitalismo pero en orden inverso. Es decir: la reacción comienza por revertir sólo las intervenciones de la tercera y última ola, como ocurrió en los ’90, con reformas liberales de primera generación: ciertas privatizaciones y desregulaciones. Pero por lo general no pasó de allí, y aun así las medidas fueron fragmentarias, parciales, tímidas y vacilantes. Rara vez se avanzó hasta revertir p. ej. el socialismo en la educación, típico de la segunda ola. ¡Y ni hablar del socialismo monetario, financiero y bancario, propio de la primera ola! Esa debieron ser respectivamente reformas liberales de segunda y tercera generación, pero jamás se acometieron en serio.
Esa insuficiencia y esa cortedad de miras es lo que provoca un inmediato contraataque socialista masivo, y muy exitoso, ante cada pequeño intento de a lo menos comenzar cambiar el rumbo de un país.
Eso sí: Hayek indicaba que cuando un país llegaba a cierto punto muy adelantado en este camino de servidumbre, los desajustes y perturbaciones eran tales que se terminaba imponiendo una feroz tiranía comunista, de carácter político-militar, la cual hacía imposible la salida en el corto plazo. Es como en Cuba y Venezuela: se requiere cierto tiempo para formar una corriente de opinión adversa, y un partido político que haga el camino de reversa, y por el canal democrático, pues ya no hay disponible el canal autoritario, dado que los dictadores militares anticomunistas se extinguieron como especie en el pasado siglo XX.
¿Desde cuándo vivimos bajo el socialismo en este país?
Me refiero a TU país. Ya conoces los 10 puntos del Test. Los del Manifiesto Comunista. ¿Vamos a un pequeño ejercicio ahora? ¿El mismo de los Friedmans? Busca una historia de tu país, la más completa que puedas encontrar. Puedes hacer como los Friedmans, y cotejar con el programa del Partido Socialista (o Comunista) de tu país, desde 1919, cuando en Moscú se fundó la Tercera Internacional Comunista en marzo, y en junio la Sociedad de Naciones en París, poco después, no casualmente.
Busca en qué años los socialistas impusieron cada uno de sus 10 puntos del Programa de 1848: reforma agraria, impuesto progresivo, impuesto a la herencia, “nacionalizaciones”, moneda papel de “curso forzoso” con abandono del patrón oro. Busca en qué año fundaron cada empresa estatal, cuándo comenzaron con sus confiscaciones a las ganancias de las empresas privadas, cuándo decretaron educación socializada, medicina socializada, fondos jubilatorios estatales, etc. En cada punto anota quién era Presidente en el año de cada medida, y cuál partido tenía mayoría, o al menos mucha influencia en la opinión pública.
¿Terminaste? Bueno, ya sabes por qué desde hace tanto tiempo en tu país hay desborde del crimen y jueces corruptos, por qué falta infraestructura pese a que los impuestos son tantos y tan elevados, por qué hay tanto reglamento absurdo, por qué no hay ahorros, por qué hay desinversión privada e inactividad económica y desempleo, sobre todo en el campo. Por qué las ciudades capitales se hallan sobrepobladas, y hay fugas de empresas, de cerebros, de mano de obra. Y crisis políticas crónicas.
Marxismo económico y marxismo cultural
Si lees completo el Manifiesto Comunista, vas a ver que sus autores están contra el matrimonio y la familia, porque ellos observan que son instituciones muy ligadas a la propiedad privada y al capitalismo. ¡Y en eso tienen toda la razón!
Sin embargo en los 10 puntos no hay nada contra el matrimonio y la familia; ni contra las iglesias o la religión. Porque era un programa “mínimo”, centrado en la economía, excepto el último punto (el 10) sobre educación. Es decir: primero había que aplicar las medidas económicas, para debilitar patrimonialmente a la gente, y educativas, para desarmarle mentalmente; y a futuro dejaron Marx y Engels la embestida contra el matrimonio y la familia, así como contra la religión y en especial el cristianismo, en 1848.
¡Pero el futuro llegó! El marxismo económico ya no puede ir más lejos, porque el parásito mataría al huésped por asfixia o anemia. Por eso ahora toca el turno a las demandas del marxismo cultural: la ofensiva por el aborto y la eutanasia legales; y la desnaturalización del matrimonio y hasta de la misma sexualidad, a través de la promoción activa del divorcio y del homosexualismo por el Estado. Y de la “Guerra a la Droga” pasan a la estatización de la oferta de narcóticos y estupefacientes. Y el Estado entiende ahora el laicismo como anti-religión, declarando la Guerra a la Religión, dictando sus propias y nuevas normas a todas las iglesias y ministros religiosos, y a todas las familias y escuelas cristianas.
Todo eso es el “marxismo cultural”, desarrollado ya no por Lenin y Stalin, sino por Gramsci y la Escuela de Frankfurt, y comenzado a aplicar por Mao Ze Dong y Pol Pot, en China y Camboya. Y por Herbert Marcuse en Berkeley, California. Y la Escuela de Birmingham en Inglaterra.
¿Cómo salir del comunismo?
Muy simple: revirtiendo las 10 medidas del Manifiesto del 48. Propongo otro ejercicio: un Programa Anti-Comunista de 10 puntos. Revirtiendo uno a uno cada punto del Programa Comunista. Cada punto del año ‘48 sería lo opuesto. Quedaría más o menos así, comenzando por el primero:
Punto 1.- Respeto a la propiedad privada del suelo y del subsuelo.
Punto 2.- Impuesto nacional único, plano o uniforme, de no más del 5 % sobre el ingreso de toda persona física, para seguridad, justicia e infraestructura. (Y bonos para los más pobres en la transición: ver las Cinco Reformas).
Punto 3.- No más funciones para el Estado. No más impuesto a la herencia, aranceles u otros impuestos nacionales. A niveles regional y municipal, cada entidad puede decretar todos los impuestos que aprueben sus residentes, para los fines que aprueben sus residentes. (Federalismo Fiscal).
Punto 4.- Respeto a la iniciativa y a la actividad privada, en mercados libres de violencia y fraude.
Punto 5.- Banca privada y en competencia abierta, con Patrón Oro y reserva total.
Punto 6.- No a las empresas estatales; Gobierno limitado a la provisión de seguridad, justicia y obras públicas, entre ellas vías de comunicación, con empresas privadas de transporte.
Punto 7.- No a los monopolios: ni estatales ni privados; entendiendo que “monopolio” es cualquier subsidio u otro privilegio concedido por el Estado a una empresa, no importa su propiedad ni su tamaño ni si hay o no otras en su nicho de mercado. Tampoco hay privilegios para partidos políticos, sindicatos, iglesias, centros educativos, deportivos, artístico-culturales, filantrópicos u otras instituciones voluntarias.
Punto 8.- Plena autonomía de la voluntad, y libre contratación entre las partes, para todos los negocios y actividades privadas.
Punto 9.- Respeto a la empresa privada en minería, petróleo y gas, y en actividades agropecuarias, y respeto a la ganancia como única y suficiente incentivación para los agentes productivos.
Punto 10.- Educación libre; es decir: privada y en competencia, sin planes de estudio ni programas oficiales impuestos por el Estado.
El otro extremo
¿Te suena radical o excesivo este Programa? ¿”Extremista”? Es porque estás condicionado a aceptar el socialismo como normal, y el capitalismo como algo anómalo, absurdo, injusto, “inhumano” o irrealizable.
Seguramente te han dicho que “Todos los extremos son malos”; y que “los extremos se tocan. Dos tremendas mentiras. En la vida muchas cosas son extremas: en un extremo está la verdad; en otro la mentira. En un extremo la justicia; en otro la injusticia. En un extremo el orden; en el otro la revolución. En un extremo la paz, en otro la guerra. En uno la riqueza; en otro la pobreza. El bien y el mal. Tú escoges.
No todos los extremos son malos, ni se tocan. No son simétricos: son asimétricos, porque hay asimetría entre la respuesta y la pregunta, y entre el remedio y la enfermedad.
(Si este Programa el contrario, te suena “moderado”, es porque eres “ancap”. Pero de todos modos es otro Test. El primero era como un “Comunistómetro”, para medir la conformidad o no con el comunismo; el segundo como un “capitalistómetro”, para medir la conformidad o no con el capitalismo.)
Metástasis: las tres usurpaciones
Una asimetría es que el enfoque gradualista ya es inaplicable porque el cáncer ha hecho metástasis. Significa que si removemos apenas una partecita, continúa el desorden y los desajustes, las injusticias, la pobreza, etc., y los socialistas tienen pretexto para retomar el poder, como ha ocurrido.
Veamos cómo ha sido la metástasis. En tres etapas: el estatismo ha ido usurpando actividades, luego poderes, luego recursos.
1) Actividades, es decir: funciones. El Estado ha tomado funciones y desempeña actividades en finanzas y en economía, en educación, atención médica, cultura y arte, deporte y un largo etcétera. Así de este modo nos acostumbra a esperarlo todo del Estado: empleo, vivienda, salud, educación, todo.
2) Poderes, es decir: libertades. Con el pretexto de cumplir toda esa gama de funciones, ha ido acumulando cada vez más poderes, suprimiendo a la gente otras tantas libertades.
3) Recursos, es decir: dinero. Con el mismo pretexto de cumplir todas esas actividades, nos ha ido quitando cada vez más recursos económicos y financieros. Sacando dinero de nuestros bolsillos a través de la inflación y los demás impuestos y gravámenes.
Adicción y dependencia
El socialismo tiene mucho parecido con el alcoholismo, porque es una adicción. Las dosis necesarias para provocar el mismo efecto, que es vivir del trabajo de otros, son cada vez mayores.
Así mucha gente se hace socialismo-dependiente: políticos que viven de puestitos en la nómina del Estado o de repartirlos; empresarios que viven de prebendas, privilegios, subsidios y monopolios; sindicalistas que viven de promover huelgas y conflictos, e igual ecologistas profesionales y feministas profesionales; los docentes “funcionales”, que viven de envenenar la mente de los jóvenes; los escritores y “periodistas” que envenenan la mente de sus lectores; esos agitadores y propagandistas profesionales que se hacen llamar “luchadores sociales”, y un largo etcetera.
Pese a la férrea resistencia que oponen todos los adictos y dependientes, la solución de todos los problemas y las calamidades causadas por el socialismo es simple y lógica: es la reversión de este proceso de socialización continua, sistemática, generalizada. En mi libro “El Embrollo” (2002) lo puse en verso: “El camino de salida es el mismo de la ida, pero en la dirección inversa, y se llama de retorno, o de reversa”.
Removiendo el cáncer: las tres devoluciones
La reversión también es simple y lógica: al Manifiesto Comunista de 1848 hay que darle la vuelta como a un guante o una media. La opinión debe decirle “no” al socialismo, no a Marx y Engels; y el Estado devolver a la gente todas y cada una las actividades, poderes, y recursos usurpados a lo largo de tantos años.
1) Actividades, es decir: funciones. Esto significa devolver funciones y actividades a la gente.
2) Poderes, es decir: libertades. Esto significa devolver libertades (derechos) a la gente; el poder de ejercer actividades por su cuenta, y obtener de esa forma los ingresos que requiere para comprar sus bienes y servicios por su cuenta, con su dinero, de su bolsillo.
3) Recursos, es decir: dinero. Esto significa devolver a la gente su dinero, recortando el gasto público y los impuestos, y mediante el uso de un dinero bueno: moneda dura, con respaldo metálico.
¿Cómo? Derogando las leyes malas, suprimiendo las instituciones malas que tales leyes consagran, y desaprendiendo las ideas malas que inspiran a esas leyes e instituciones. Y encarando las Cinco Reformas.
Igual que en AA (Alcohólicos Anónimos), el Primer Paso es el más importante y el más difícil. Como naciones deberíamos decir lo siguiente: “Admitimos que éramos impotentes ante el socialismo, y que nuestras vidas se habían vuelto ingobernables”.
Cochabamba, 20 de Febrero de 2014
http://albertomansueti.com/2012/taller-numero-1-la-salida-es-por-la-misma-via-pero-de-regreso-por-alberto-mansueti/
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Re: Nacionalismo/Criollismo
Hay que diferenciar ESTATISMO AUTORITARIO de COMUNISMO, es PARECIDO PERO NO ES LO MISMO.
La JUSTICIA SOCIAL es una necesidad, no se trata de ser comunista, se trata de salvaguardar EL INTERÉS NACIONAL por encima del interés personal.
La JUSTICIA SOCIAL es una necesidad, no se trata de ser comunista, se trata de salvaguardar EL INTERÉS NACIONAL por encima del interés personal.
Aristócrata- Distinguido
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Re: Nacionalismo/Criollismo
Que viva el General!!!!!
Musthafa- Distinguido
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Re: Nacionalismo/Criollismo
* En 5 años el P.I.B. creció el 60%.
* La pobreza no llegaba al 15%..., no existía miseria...; ésta apareció con la "social" democracia.
* La inflación no llegaba al 3% anual, a pesar del crecimiento del PIB, porque este era un crecimiento de verdad sin necesidad de emitir billete tóxico.
* Teníamos moneda fuerte que era preferida al dólar como moneda de inversión, porque se revaluaba mensualmente... y estaba apoyada con altas reservas en oro y otros instrumentos.
* Teníamos alto poder adquisitivo... Un carro nuevo VW costaba 5 mil bolívares..., o sea..., 2,5 salarios mensuales de un recién graduado universitario.
* Enorme inversión en infraestructura de calidad y a tiempo.
* No teníamos lucha de clases ..., ni odiábamos al productor ni a las cadenas de comercialización..., ni se intervenía la economía... Había libre competencia
Musthafa- Distinguido
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Re: Nacionalismo/Criollismo
* Teníamos moneda fuerte que era preferida al dólar como moneda de inversión, porque se revaluaba mensualmente... y estaba apoyada con altas reservas en oro y otros instrumentos.
En la pelicula de James Bond casino royale, no en la de hora la original del años 50, a bond le preguntaron como queria sus reales en yenes japoneses, dolares americanos o BOLIVARES VENEZOLANOS !!!!!!!!!!!
LLEVATELO!!!!!!!!
flint- Primer Teniente
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Re: Nacionalismo/Criollismo
Voy a compartir con utedes un borrador de mi autoria sobre ideas elementales de la economia nacionalista, la version nacionalista de Venezuela la hemos denominado criollismo. Este borador lo pongo a disposicion de ustedes para la critica y el aporte.
Principios básicos de la economía nacionalista
Los objetivos básicos que busca la nueva doctrina económica nacionalista Venezolana, mantienen algunos basamentos de ideas y principios aplicados con éxito durante el periodo del Nuevo Ideal Nacional añadiéndole aspectos propios de los tiempos que vivimos.
Los principios fundamentales que promueve la doctrina economía nacionalista son:
1. Moneda fuerte y baja inflación
2. Orden fiscal y racionalización del gasto público.
3. Adecuación del medio.
4. Supremacía del interés criollo por sobre intereses económicos, no se debe supeditar el beneficio económico por sobre el interés de preservar la identidad sociocultural criolla de Venezuela.
5. Establecer aranceles equilibrados y revisar los acuerdos comerciales vigentes.
La moneda y la inflación.
La actual política monetaria responde al principio leninista de envilecimiento de la moneda, se atribuye a Lenin haber comentado que: "el mejor modo de destruir el sistema capitalista era envilecer la moneda. Mediante un proceso continuo de inflación, los gobiernos son capaces de confiscar, en secreto y sin que la gente se dé cuenta, una parte importante de la riqueza de los ciudadanos. Mediante este método no sólo confiscan, sino que confiscan arbitrariamente, en un proceso que empobrece a muchos y enriquece a algunos; afectando así no sólo a la seguridad, sino a la confianza en la justa distribución de la riqueza"
Esta es una política descarada y perversa de someter a la población mediante su empobrecimiento y haciéndolas dependientes del estado comunista para la subsistencia a traves de métodos como la clásica libreta de racionamiento.
La base fundamental para una economía que haga prósperos a sus ciudadanos es una moneda fuerte y estable que a su vez brinde bajísimas tasas de inflación, esto se lograra anulando los proceso artificiales de creación de dinero, tanto la creación de dinero sin respaldo por parte del BCV, como la creación de dinero generado por parte de las entidades bancarias que funcionan bajo el sistema de banca fraccionaria.
Una opción es eliminar el Banco Central de Venezuela y establecer el patrón oro, otra opción es establecer un patrón fijo de aumento de liquidez, estableciendo una tasa fija basada en crecimiento poblacional.
La sustitución del modelo de banca fraccionaria por un modelo de banca 100% es una opción radical, otra podría ser establecer un encaje legal elevado para limitar la capacidad de creación de dinero que actualmente gozan los bancos comerciales.
Las tasas de interés deben ser de libre fijación para evitar la manipulación y los errores de los entes de planificación central en la fijación de tasas, ya que estos no son capaces de medir y prever las variables económicas de forma dinámica de manera eficiente, esta práctica de manipular tasas de interés ha demostrado ser fatal, solo basta ver las dos décadas de estancamiento económico del Japón para darse cuenta de esto.
Orden fiscal
Una de las piedras angulares de la nueva doctrina económica nacionalista es el orden fiscal, el presupuesto del estado debe estar basado en el ingreso fiscal, no debiendo tener déficit durante el ejercicio anual para no incurrir en endeudamiento o emisión de dinero artificial como método de financiamiento del déficit. La prioridad del estado debe ser eliminar el estado clientelar socialista racionalizando las nóminas de los entes del estado reduciendo el gasto corriente al mínimo idóneo, e implantando el sistema del mérito convirtiendo al estado en una organización de tamaño adecuado y eficiente. La prioridad del gasto del estado debe ser la inversión y no el gasto corriente.
Adecuación del medio
La política histórica de los gobiernos nacionalistas en Venezuela ha sido mejoramiento del medio, ósea, impulsar la construcción de obras civiles que mejores los servicios públicos, la vialidad y la vivienda, esto es fundamental para el desarrollo económico a corto, mediano y largo plazo y es la segunda pieza indispensable de la doctrina económica nacionalista.
Venezuela no es un país subdesarrollado solamente por ser económicamente pobre entre otras razones, sino también por tener una infraestructura subdesarrollada, aun dependiente en gran medida de obras ejecutadas durante la era de oro venezolana como la Autopista Caracas - La Guaira, la ARC, los primeros ferrocarriles modernos entre otros, cualquier pretensión de desarrollar el país deberá incluir el desarrollo de obras civiles y servicios públicos que permitan no solo el mejoramiento de la calidad de vida de los ciudadanos si no también mejoren la competitividad de las empresas venezolanas, faciliten el transporte, comercio y turismo dentro del país.
El país debe tener una infraestructura bien desarrollada y planificada consistente de servicios públicos que funcionen correctamente, medios de transporte modernos que acorten tiempos y costos de traslado de mercancías y personas, viviendas y facilidades sanitarias que mejoren la calidad de vida de los venezolanos, construir y desarrollar todo lo necesario para alcanzar este objetivo impulsara el sector construcción, creando grandes fuentes de empleo y dinamizando a toda la economía, desde las fábricas de cemento, derivados del hierro y el acero, fabricantes, importadores y distribuidores de materiales y equipos de construcción, hasta la contratación de miles de personas con distintos niveles de calificación educativa desde el obrero poco calificado, técnicos medianamente calificados hasta ingenieros y arquitectos.
El criollismo sobre el interés económico.
La doctrina económica nacionalista no se opone a la inversión extranjera ni al establecimiento de empresas transnacionales en el país, solo establece un marco legal en el que se desarrolle una relación de ganar-ganar entre la empresa extranjera y la ciudadanía Venezolana, no solo en lo económico si no también en lo medioambiental. Se establecerán y desarrollaran condiciones legales y físicas para que Venezuela sea el mejor destino de las inversiones tanto nacionales como foráneas en la región sin que esto implique la explotación del trabajador venezolano, la destrucción de los ecosistemas ni la eliminación de empresas locales rebasadas por las asimetrías de la competencia. Tampoco se favorecerá la transculturización ni cualquier acto que implique el menoscabo de la identidad Venezolana. La prioridad del nacionalismo es potenciar la identidad sociocultural criolla.
Sistema de comercio internacional.
La doctrina económica nacionalista esta negada a que el país ceda su autonomía a entes multinacionales y/o bloques económicos, la legislación y las políticas económicas deben ser dictadas por el gobierno Venezolano y no que estas respondan a decisiones tomadas desde otros(s) país(es) a través de acuerdos o bloques supranacionales, todos los acuerdos económicos que establezca el país serán bilaterales bien sea con otros países o con otros bloques de países.
El sistema de aranceles debe responder al interés del ciudadano tanto por un lado a no sobrecargar con impuestos los bienes y servicios importados que impliquen un aumento del precio final que debe pagar el consumidor, como al interés de brindar un adecuado nivel de protección al empresario venezolano sin que esto degenere en un proteccionismo que termine protegiendo empresas improductivas y poco competitivas y a la postre perjudique a la mayoría de la ciudadanía obligándola a consumir productos de baja calidad y altos precios hechos en el país. La doctrina económica nacionalista no cree en la autarquía, cree en una integración sana con el comercio mundial que favorezca a la ciudadanía.
Principios básicos de la economía nacionalista
Los objetivos básicos que busca la nueva doctrina económica nacionalista Venezolana, mantienen algunos basamentos de ideas y principios aplicados con éxito durante el periodo del Nuevo Ideal Nacional añadiéndole aspectos propios de los tiempos que vivimos.
Los principios fundamentales que promueve la doctrina economía nacionalista son:
1. Moneda fuerte y baja inflación
2. Orden fiscal y racionalización del gasto público.
3. Adecuación del medio.
4. Supremacía del interés criollo por sobre intereses económicos, no se debe supeditar el beneficio económico por sobre el interés de preservar la identidad sociocultural criolla de Venezuela.
5. Establecer aranceles equilibrados y revisar los acuerdos comerciales vigentes.
La moneda y la inflación.
La actual política monetaria responde al principio leninista de envilecimiento de la moneda, se atribuye a Lenin haber comentado que: "el mejor modo de destruir el sistema capitalista era envilecer la moneda. Mediante un proceso continuo de inflación, los gobiernos son capaces de confiscar, en secreto y sin que la gente se dé cuenta, una parte importante de la riqueza de los ciudadanos. Mediante este método no sólo confiscan, sino que confiscan arbitrariamente, en un proceso que empobrece a muchos y enriquece a algunos; afectando así no sólo a la seguridad, sino a la confianza en la justa distribución de la riqueza"
Esta es una política descarada y perversa de someter a la población mediante su empobrecimiento y haciéndolas dependientes del estado comunista para la subsistencia a traves de métodos como la clásica libreta de racionamiento.
La base fundamental para una economía que haga prósperos a sus ciudadanos es una moneda fuerte y estable que a su vez brinde bajísimas tasas de inflación, esto se lograra anulando los proceso artificiales de creación de dinero, tanto la creación de dinero sin respaldo por parte del BCV, como la creación de dinero generado por parte de las entidades bancarias que funcionan bajo el sistema de banca fraccionaria.
Una opción es eliminar el Banco Central de Venezuela y establecer el patrón oro, otra opción es establecer un patrón fijo de aumento de liquidez, estableciendo una tasa fija basada en crecimiento poblacional.
La sustitución del modelo de banca fraccionaria por un modelo de banca 100% es una opción radical, otra podría ser establecer un encaje legal elevado para limitar la capacidad de creación de dinero que actualmente gozan los bancos comerciales.
Las tasas de interés deben ser de libre fijación para evitar la manipulación y los errores de los entes de planificación central en la fijación de tasas, ya que estos no son capaces de medir y prever las variables económicas de forma dinámica de manera eficiente, esta práctica de manipular tasas de interés ha demostrado ser fatal, solo basta ver las dos décadas de estancamiento económico del Japón para darse cuenta de esto.
Orden fiscal
Una de las piedras angulares de la nueva doctrina económica nacionalista es el orden fiscal, el presupuesto del estado debe estar basado en el ingreso fiscal, no debiendo tener déficit durante el ejercicio anual para no incurrir en endeudamiento o emisión de dinero artificial como método de financiamiento del déficit. La prioridad del estado debe ser eliminar el estado clientelar socialista racionalizando las nóminas de los entes del estado reduciendo el gasto corriente al mínimo idóneo, e implantando el sistema del mérito convirtiendo al estado en una organización de tamaño adecuado y eficiente. La prioridad del gasto del estado debe ser la inversión y no el gasto corriente.
Adecuación del medio
La política histórica de los gobiernos nacionalistas en Venezuela ha sido mejoramiento del medio, ósea, impulsar la construcción de obras civiles que mejores los servicios públicos, la vialidad y la vivienda, esto es fundamental para el desarrollo económico a corto, mediano y largo plazo y es la segunda pieza indispensable de la doctrina económica nacionalista.
Venezuela no es un país subdesarrollado solamente por ser económicamente pobre entre otras razones, sino también por tener una infraestructura subdesarrollada, aun dependiente en gran medida de obras ejecutadas durante la era de oro venezolana como la Autopista Caracas - La Guaira, la ARC, los primeros ferrocarriles modernos entre otros, cualquier pretensión de desarrollar el país deberá incluir el desarrollo de obras civiles y servicios públicos que permitan no solo el mejoramiento de la calidad de vida de los ciudadanos si no también mejoren la competitividad de las empresas venezolanas, faciliten el transporte, comercio y turismo dentro del país.
El país debe tener una infraestructura bien desarrollada y planificada consistente de servicios públicos que funcionen correctamente, medios de transporte modernos que acorten tiempos y costos de traslado de mercancías y personas, viviendas y facilidades sanitarias que mejoren la calidad de vida de los venezolanos, construir y desarrollar todo lo necesario para alcanzar este objetivo impulsara el sector construcción, creando grandes fuentes de empleo y dinamizando a toda la economía, desde las fábricas de cemento, derivados del hierro y el acero, fabricantes, importadores y distribuidores de materiales y equipos de construcción, hasta la contratación de miles de personas con distintos niveles de calificación educativa desde el obrero poco calificado, técnicos medianamente calificados hasta ingenieros y arquitectos.
El criollismo sobre el interés económico.
La doctrina económica nacionalista no se opone a la inversión extranjera ni al establecimiento de empresas transnacionales en el país, solo establece un marco legal en el que se desarrolle una relación de ganar-ganar entre la empresa extranjera y la ciudadanía Venezolana, no solo en lo económico si no también en lo medioambiental. Se establecerán y desarrollaran condiciones legales y físicas para que Venezuela sea el mejor destino de las inversiones tanto nacionales como foráneas en la región sin que esto implique la explotación del trabajador venezolano, la destrucción de los ecosistemas ni la eliminación de empresas locales rebasadas por las asimetrías de la competencia. Tampoco se favorecerá la transculturización ni cualquier acto que implique el menoscabo de la identidad Venezolana. La prioridad del nacionalismo es potenciar la identidad sociocultural criolla.
Sistema de comercio internacional.
La doctrina económica nacionalista esta negada a que el país ceda su autonomía a entes multinacionales y/o bloques económicos, la legislación y las políticas económicas deben ser dictadas por el gobierno Venezolano y no que estas respondan a decisiones tomadas desde otros(s) país(es) a través de acuerdos o bloques supranacionales, todos los acuerdos económicos que establezca el país serán bilaterales bien sea con otros países o con otros bloques de países.
El sistema de aranceles debe responder al interés del ciudadano tanto por un lado a no sobrecargar con impuestos los bienes y servicios importados que impliquen un aumento del precio final que debe pagar el consumidor, como al interés de brindar un adecuado nivel de protección al empresario venezolano sin que esto degenere en un proteccionismo que termine protegiendo empresas improductivas y poco competitivas y a la postre perjudique a la mayoría de la ciudadanía obligándola a consumir productos de baja calidad y altos precios hechos en el país. La doctrina económica nacionalista no cree en la autarquía, cree en una integración sana con el comercio mundial que favorezca a la ciudadanía.
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Re: Nacionalismo/Criollismo
zulu_king_zulu_king escribió: Hay que diferenciar ESTATISMO AUTORITARIO de COMUNISMO, es PARECIDO PERO NO ES LO MISMO.
La JUSTICIA SOCIAL es una necesidad, no se trata de ser comunista, se trata de salvaguardar EL INTERÉS NACIONAL por encima del interés personal.
La justicia social yo me la tomo con pinzas pq en nombre de esa justicia social se han cometido enormes injusticias, atrocidades y crimenes.
Para mi no es injusto que el que mas trabaje, sea mas listo y ahorre gane mas, para mi es injusto quitarle a esa persona dinero para darselo a quien trabajo menos, no se esforzo y no ahorro.
Justicia seria que existieran mecanismos que le dieran las herramientas a los rezagados para alcanzar a los mas avanzados, como educacion, moneda estable (como cuando Perez Jimenez) e imparcialidad de las leyes y los trinbunales, lo demas es demagogia adeco/comunista
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Re: Nacionalismo/Criollismo
Gerardo escribió:zulu_king_zulu_king escribió: Hay que diferenciar ESTATISMO AUTORITARIO de COMUNISMO, es PARECIDO PERO NO ES LO MISMO.
La JUSTICIA SOCIAL es una necesidad, no se trata de ser comunista, se trata de salvaguardar EL INTERÉS NACIONAL por encima del interés personal.
La justicia social yo me la tomo con pinzas pq en nombre de esa justicia social se han cometido enormes injusticias, atrocidades y crimenes.
Para mi no es injusto que el que mas trabaje, sea mas listo y ahorre gane mas, para mi es injusto quitarle a esa persona dinero para darselo a quien trabajo menos, no se esforzo y no ahorro.
Justicia seria que existieran mecanismos que le dieran las herramientas a los rezagados para alcanzar a los mas avanzados, como educacion, moneda estable (como cuando Perez Jimenez) e imparcialidad de las leyes y los trinbunales, lo demas es demagogia adeco/comunista
Los comunistas son inventaron la justicia social.
Justicia Social no es enviar a la policía rural a agarrar a los campesinos meterlos en camiones y soltarlos en enormes Koljojs para que se mueran de hambre y no disfruten de su esfuerzo en nombre de la ''igualdad''.
Justicia Social tampoco es hacer pseudos-centros médicos ''integrales'' de mala calidad, mediocres, llenos de ratas curanderas extranjeras por todos los barrios de Caracas y luego salir uniformado (de verde oliva como los RevolUcioNARIOSSS) a anunciar con bombos y platillos de que el pueblo tiene salud .
Justicia Social es cuando el Estado cumple con su FIN NATURAL de poner el BIEN COMÚN por encima del BIEN INDIVIDUAL, entendiendose este principio como que el Estado es servidor del pueblo y nada más a él le debe garantizar el BIEN COMÚN, por tanto pasandose por el culo los intereses de asociaciones, financistas, grupos políticos, empresarios, individuos, grupos de presión.
No soy Bolivariano pero es claro que el DEBER es GARANTIZAR LA MAYOR SUMA de FELICIDAD. Además, de garantizar los derechos BÁSICOS como el DERECHO A LA SALUD, DERECHO A LA EDUCACIÓN, DERECHO a AMAR A LA PATRIA, DERECHO A LA VESTIMENTA, DERECHO A LA VIVIENDA, A LA VIDA. En FIN, los derechos básicos de toda dignidad humana que establece el Iusnaturalismo porque sigue el orden natural de las COSAS.
Las NACIONES son VERDADES METAFÍSICAS que unen a todos los HOMBRES de un COLECTIVO con una TRADICIÓN, la cual se fundamente en un ORIGEN COMÚN y un DESTINO COLECTIVO. Está TRADICIÓN, entendiendose TRADICIÓN como ''forma de SER'', como ''Personalidad Colectiva'' es la NACIÓN y la misma se sustenta sobre la Lengua, la Cultura, la Geografía, La Religión, la Raza y otros mos de adaptación. Deben haber al menos dos modos de adaptación homogeneos para fundar una TRADICIÓN. Pero la TRADICIÓN no es una raza, ni es una lengua sino que es un modo de hacer las COSAS.
Demás está decir, que en Nación, todos los hombres son un SOLO ENTE. Cada quien es la celula del ORGANISMO METAFÍSICO de la NACIÓN que es el ESTADO. Por tanto, son uno para todos y todos para cada uno. El Estado se organiza jerarquicamente, militarmente, para que cada quien desempeñe la tarea que le guste, según su capacidad para hacerla, de forma vertical y ordenada con miras al desarrollo nacional y luego se procede a eliminar los intereses individuales de Partidos Políticos, Grupos de Presión, Extranjeros, entre otros.
Entendiendo esta VERDAD NATURAL es que comienza la Justicia Social. Como todos somos uno, no hay problema en compartir. Entonces, yo soy empresario pero entiendo las necesidades del obrero y junto con el Estado trato de mejor su nivel de vida. Yo soy obrero y entiendo las necesidades de mi jefe, por tanto trabajo el doble y hasta puede que voluntariamente, por el bien de la empresa me prive de ciertos privilegios.
Todo dependiendo del BIEN NACIONAL. Si hay que establecer un REGIMEN AUTARQUICO y AGUANTAR PENURIAS por la INDEPENDENCIA (sin autarquía somos esclavos de las finanzas internacionales) se HACE, total, las cosas mejorarán alguna vez.
El problema del liberalismo que lo hace bastante incompatible con un Nacionalismo verdadero es que no es unitario.
Imaginate que tienes el poder de quitar cosas, y entonces agarras una granja de bachacos rojos bastante grandes y decides por ser maluco, quitarles las antenas. Por arte de magia se quedan sin antenas. Qué pasaría¿. Todos corretearían sin cesar, dejarían las hojas por el bien de la colmena y empezarían a matarse entre ellos. Eso es liberalismo.
También puedes imaginartelo como un cuerpo humano. Y si el intenstinos peleara contra el higado¿. Que tal si el corazón cobrara consciencia y decidiera hacer uso sobre ''su propiedad'', cortando el suministro de sangre¿.
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Re: Nacionalismo/Criollismo
Comparto parcialmente lo que afirmas, un estado debe estar al servicio del ciudadano, debe ser gerarquico, con una estructura piramidal pero no debe ser el alfa y el omega de la sociedad, los estados estan compuestos por humanos que al fin y al cabo son falibles y tienen vicios y devilidades, por eso los contrapesos del estado moderno, por eso el derecho al voto, por eso la rendicion de cuenta, pq no hay tiranias buenas y tiranias malas. El problemea es que la gente entiende por justicia social una suerte de estado Robin Hood.
La autarquia es una quimera, solo basta ver como les va a los norcoreanos con su semiautarquia, ahora el equilibrio de las cuentas es posible y deseable, el ahorro es la base del desarrollo, un ejemplo es Noruega un pais que ahorro los frutos de la renta petrolera por decadas lo invirtio sabiamente en comprar acciones por todo el mundo y hoy el fondo noruego posee el 1% de los activos del mundo con una influencia mundial varias veces superior a la que normalmente tendria un pais con su riqueza material o su demografia.
Nacionalismo en lo politico, liberal clasico en lo economico (no esa porqueria del concenso de Washingto y los chicago boys) y el pais (osea sus ciudadanos) como interes primordial. Una nacion fuerte, prospera, eficiente, competitiva y sobre todo independiente, esa es mi vision.
La autarquia es una quimera, solo basta ver como les va a los norcoreanos con su semiautarquia, ahora el equilibrio de las cuentas es posible y deseable, el ahorro es la base del desarrollo, un ejemplo es Noruega un pais que ahorro los frutos de la renta petrolera por decadas lo invirtio sabiamente en comprar acciones por todo el mundo y hoy el fondo noruego posee el 1% de los activos del mundo con una influencia mundial varias veces superior a la que normalmente tendria un pais con su riqueza material o su demografia.
Nacionalismo en lo politico, liberal clasico en lo economico (no esa porqueria del concenso de Washingto y los chicago boys) y el pais (osea sus ciudadanos) como interes primordial. Una nacion fuerte, prospera, eficiente, competitiva y sobre todo independiente, esa es mi vision.
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Re: Nacionalismo/Criollismo
Gerardo escribió:Comparto parcialmente lo que afirmas, un estado debe estar al servicio del ciudadano, debe ser gerarquico, con una estructura piramidal pero no debe ser el alfa y el omega de la sociedad, los estados estan compuestos por humanos que al fin y al cabo son falibles y tienen vicios y devilidades, por eso los contrapesos del estado moderno, por eso el derecho al voto, por eso la rendicion de cuenta, pq no hay tiranias buenas y tiranias malas. El problemea es que la gente entiende por justicia social una suerte de estado Robin Hood.
Todas las tiranías son malignas porque son una forma impura del gobierno, en donde el jerarca máxima usa a todos en la COLECTIVIDAD NACIONAL para SERVIRSE A SÍ MISMOS y a los SUYOS. Esto es corrupción moral y quien quiera que lo haga debe ser sometido a una pena capital.
Pero tiranía no es lo mismo a una DICTADURA. La Tiranía es la Dictadura cuando es pervertida por las pasiones humanas.
Las Dictaduras si son buenas, si una dictadura no es buena, es tiranía. Las dictaduras son buenas porque simplemente se acabó la habladera de guebonadas y todo el mundo a trabajar para sacar esta verga a adelante o te mando a echar unos coñazos y meterte preso y si robas, serás perseguido y castigado ejemplarmente en los calabozos de la policía política... luego correr la voz para que sepa lo que se la hace al corrupto.
Yo soy un nacional-democrata, tengo un concepto perezjimenista de democracia. La democracia no es un guebón electo en una asamblea por otros guebones que lo que hacen es dormir y chuparse la plata pública. Democracia son obras visibles y palpapables que beneficien al bien común. Democracia es lo Nacional por encima de lo extranjero, la justa preservación de nuestros razgos identitarios. El BIEN COMÚN, la NACIÓN, el IDENTITARISMO, el NACIONALISMO, la JUSTICIA, la INDEPENDENCIA, la LIBERTAD, la SOBERANÍA son COSAS INNEGOCIABLES. Por tanto, no están sujetas al voto, para mí democracia es cumplirla.
Por Qué¿. Porque el PUEBLO, la COLECTIVIDAD NACIONAL, es un ORGANISMO VIVO, y como ORGANISMO se PRESERVA A SÍ MISMO, ergo, al PRESERVARSE A SÍ MISMO, se GOBIERNA A SÍ MISMO, por tanto salvaguardar BIEN COMÚN, la NACIÓN, el IDENTITARISMO, el NACIONALISMO, la JUSTICIA, la INDEPENDENCIA, la LIBERTAD, la SOBERANÍA entre otras cosas, es gobernarse a sí mismo. Da igual sí lo eligen o no.
Después de todo, tu no eliges para tus latidos del corazón. Hay cosas que la masa no puede decidir, la masa debe ser guiada y estructurada.
Por tanto, lo lógico es un GOBIERNO que sea CONSCIENTE e INDEPENDIENTE capaz de sostener esas VERDADES ABSOLUTAS y eliminar las amenazas. Porque no estamos hablando de leyes, hablamos de ENTIDADES METAFÍSICAS, ESPIRITUALES, VALORES ETERNOS. Alguien que amenace por ejemplo, nuestra INDEPENDENCIA a cuenta de la ''internacionalismo obrero'', tiene que ser vetado de medios públicos y de la capacidad de hacer política.
Gerardo escribió:La autarquia es una quimera, solo basta ver como les va a los norcoreanos con su semiautarquia, ahora el equilibrio de las cuentas es posible y deseable, el ahorro es la base del desarrollo, un ejemplo es Noruega un pais que ahorro los frutos de la renta petrolera por decadas lo invirtio sabiamente en comprar acciones por todo el mundo y hoy el fondo noruego posee el 1% de los activos del mundo con una influencia mundial varias veces superior a la que normalmente tendria un pais con su riqueza material o su demografia.
Estamos en VENEZUELA. Aquí nuestra economía es petroleo-dependiente y rentista, no producimos, no sacamos, no hacemos, ni generamos. Importamos, traemos, compramos y somos estafados por las potencias. La AUTARQUÍA es una NECESIDAD y es VIABLE porque sí Alemania con sus escaces de materias primas pudo hacer una AUTARQUÍA... entonces nostros con nuestra riqueza natural, no jodaaaaa.... no seríamos semi-autarquicos, seríamos SUPER-AUTARQUICOS.
El fracaso de la Autarquía en España era que simplemente no era viable la autarquía en España. Hay países que no puede ser autarquicos.
Cuando hablo de autarquía me refiero a la autosuficiencia alimentaria e industrial. Esta última debe ser progresiva y paulatina, cuando tengamos un nivel elevado cerramos mercados.
Hay que importar lo necesario y pagarlo a trueque.
Puedes ver en el actual sindicato bolivariano del crimen organizado, alias ''gobierno'', los demanes de no ser autarquicos, de como el imperio Chino ahoga nuestra producción nacional con sus productos hechos a base de mano obra esclava. De como no producimos una mierda. De como los brasileños nos venden sus comidas adulteradas y todo lo demás como muestra del fracaso de la economía comunista y estatizante del degenerado Chávez.
Porque te digo una vaina, con AUTARQUÍA y PROTECCIONISMO y ARANCELES quién crees tu que sale beneficiado .
El perro usurero El chino extranjero¿ el brasileño¿.
No papá, sale beneficiado el productor y empresario nacional. No me veas como un monstruo socialista, soy semi-socialista pero creo que lo mejor es una economía con cierta libertad, porque las cosas no son ''igualdad'' y ''solidaridad obrera'', las cosas son valentía, determinación, dinamismo, astucia, cosas que podemos encontrar en la empresa libre. Por tanto creo que la empresa privada debe tener un situal, solo que el Estado debe ponerle mano-ferrea para parar los abusos.
Cuando alcancemos un nivel de desarrollo avanzado, entonces socializamos la economía dandole a los obreros propiedad en la empresa para decidir sus necesidades y contratos colectivos como lo proponen los nacional-sindicalistas PERO MIENTRAS TANTO, hay que OPTAR por cierto capitalismo.
Total, mi enfoque es totalmente mixto. Ni muy social ni muy liberal, sino lo que amerite la necesidad pero basado siempre, siempre en los principios de todo NACIONALISMO REAL.
Gerardo escribió:Nacionalismo en lo politico, liberal clasico en lo economico (no esa porqueria del concenso de Washingto y los chicago boys) y el pais (osea sus ciudadanos) como interes primordial. Una nacion fuerte, prospera, eficiente, competitiva y sobre todo independiente, esa es mi vision.
Yo creo que más bien debería ser Nacionalismo político, Nacionalismo en lo económico (aunque usted no lo crea, el nacionalismo tiene una praxis económica propia y ajena totalmente al comunismo y al capitalismo) y el BIEN COMÚN por ENCIMA de lo INDIVIDUAL. Las Naciones perfectas no existen pero podemos construir una SOCIEDAD SANA, VIRIL y CULTA. Militarizada, Revolucionaria, Nacionalista. Una vez seamos una POTENCIA, una VANGUARDIA MUNDIAL que DECIDA, AMENACE, DEMANDE, INFLUYA y SE IMPONGA y tengamos un SISTEMA SOCIALISTA, entonces podemos MEJORAR AL VENEZOLANO en TODOS LOS ASPECTOS. Yo veo una Venezuela GRANDE y LIBRE.
Última edición por zulu_king_zulu_king el Dom 26 Jul - 19:48, editado 1 vez
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Re: Nacionalismo/Criollismo
zulu_king_zulu_king escribió:Gerardo escribió:Comparto parcialmente lo que afirmas, un estado debe estar al servicio del ciudadano, debe ser gerarquico, con una estructura piramidal pero no debe ser el alfa y el omega de la sociedad, los estados estan compuestos por humanos que al fin y al cabo son falibles y tienen vicios y devilidades, por eso los contrapesos del estado moderno, por eso el derecho al voto, por eso la rendicion de cuenta, pq no hay tiranias buenas y tiranias malas. El problemea es que la gente entiende por justicia social una suerte de estado Robin Hood.
Todas las tiranías son malignas porque son una forma impura del gobierno, en donde el jerarca máxima usa a todos en la COLECTIVIDAD NACIONAL para SERVIRSE A SÍ MISMOS y a los SUYOS. Esto es corrupción moral y quien quiera que lo haga debe ser sometido a una pena capital.
Pero tiranía no es lo mismo a una DICTADURA. La Tiranía es la Dictadura cuando es pervertida por las pasiones humanas.
Las Dictaduras si son buenas, si una dictadura no es buena, es tiranía. Las dictaduras son buenas porque simplemente se acabó la habladera de guebonadas y todo el mundo a trabajar para sacar esta verga a adelante o te mando a echar unos coñazos y meterte preso y si robas, serás perseguido y castigado ejemplarmente en los calabozos de la policía política... luego correr la voz para que sepa lo que se la hace al corrupto.
Yo soy un nacional-democrata, tengo un concepto perezjimenista de democracia. La democracia no es un guebón electo en una asamblea por otros guebones que lo que hacen es dormir y chuparse la plata pública. Democracia son obras visibles y palpapables que beneficien al bien común. Democracia es lo Nacional por encima de lo extranjero, la justa preservación de nuestros razgos identitarios. El BIEN COMÚN, la NACIÓN, el IDENTITARISMO, el NACIONALISMO, la JUSTICIA, la INDEPENDENCIA, la LIBERTAD, la SOBERANÍA son COSAS INNEGOCIABLES. Por tanto, no están sujetas al voto, para mí democracia es cumplirla.
Por Qué¿. Porque el PUEBLO, la COLECTIVIDAD NACIONAL, es un ORGANISMO VIVO, y como ORGANISMO se PRESERVA A SÍ MISMO, ergo, al PRESERVARSE A SÍ MISMO, se GOBIERNA A SÍ MISMO, por tanto salvaguardar BIEN COMÚN, la NACIÓN, el IDENTITARISMO, el NACIONALISMO, la JUSTICIA, la INDEPENDENCIA, la LIBERTAD, la SOBERANÍA entre otras cosas, es gobernarse a sí mismo. Da igual sí lo eligen o no.
Después de todo, tu no eliges para tus latidos del corazón. Hay cosas que la masa no puede decidir, la masa debe ser guiada y estructurada.
Por tanto, lo lógico es un GOBIERNO que sea CONSCIENTE e INDEPENDIENTE capaz de sostener esas VERDADES ABSOLUTAS y eliminar las amenazas. Porque no estamos hablando de leyes, hablamos de ENTIDADES METAFÍSICAS, ESPIRITUALES, VALORES ETERNOS. Alguien que amenace por ejemplo, nuestra INDEPENDENCIA a cuenta de la ''internacionalismo obrero'', tiene que ser vetado de medios públicos y de la capacidad de hacer política.
Muy deacuerdo.
zulu_king_zulu_king escribió:Gerardo escribió:La autarquia es una quimera, solo basta ver como les va a los norcoreanos con su semiautarquia, ahora el equilibrio de las cuentas es posible y deseable, el ahorro es la base del desarrollo, un ejemplo es Noruega un pais que ahorro los frutos de la renta petrolera por decadas lo invirtio sabiamente en comprar acciones por todo el mundo y hoy el fondo noruego posee el 1% de los activos del mundo con una influencia mundial varias veces superior a la que normalmente tendria un pais con su riqueza material o su demografia.
Estamos en VENEZUELA. Aquí nuestra economía es petroleo-dependiente y rentista, no producimos, no sacamos, no hacemos, ni generamos. Importamos, traemos, compramos y somos estafados por las potencias. La AUTARQUÍA es una NECESIDAD y es VIABLE porque sí Alemania con sus escaces de materias primas pudo hacer una AUTARQUÍA... entonces nostros con nuestra riqueza natural, no jodaaaaa.... no seríamos semi-autarquicos, seríamos SUPER-AUTARQUICOS.
El fracaso de la Autarquía en España era que simplemente no era viable la autarquía en España. Hay países que no puede ser autarquicos.
Cuando hablo de autarquía me refiero a la autosuficiencia alimentaria e industrial. Esta última debe ser progresiva y paulatina, cuando tengamos un nivel elevado cerramos mercados.
Hay que importar lo necesario y pagarlo a trueque.
No estoy deacuerdo con esto, una cosa es que tengamos potencialdades enormes y otra autarquia pq si EstadosUnidos con su poderio economico, tecnologico y enormes recursos naturales, a demas de mas de 300 millones de personas no es ni remotamente autarquico, o la misma China que es la fabrica del mundo y tiene 1300 millones, que queda para nosotros que no somos ni 30 millones sin tecnologia y sin una base social y economica? el truque es una vaina prehistorica, estamos en el siglo XXI y para eso es el dinero o el oro para dinamizar los flujos de mercancia y simplificar las cosas, el asunto es que no entendemos la ciencia de el "dinero" no manejamos los conceptos de costo, precio y valor. Recomiendo estudiar la teoria del capital es imprecindible para saber por donde le entra el agua al coco
La Alemania nazi no tenia los recursos y por eso invade Rumania para buscar petroleo y Rusia para campos de siembra y demas recursos, lo que Hitler llamaba espacio vital pq en su concepcion autarquica era imprecindible que esos recurosos estuberan bajo su control. No lo logarron y hoy la Alemania de economia liberal logro con su chequera lo que no pudo la Alemania nazi con panzer, tener a Europaa sus pies... Yo soy muy pragmatico en las cosas y aplico ladoctrina de Deng Xaopng, no importa si el gato es negro o pardo con tal que cace ratones, a m lo que meinteresa es el sistema economico que genere riqueza y que esa riqueza impregne la sociedad,con un estado que construya mecanismos para que los pobres y resagados aacedan a la generacon y disfrute de la riqueza
zulu_king_zulu_king escribió:Puedes ver en el actual sindicato bolivariano del crimen organizado, alias ''gobierno'', los demanes de no ser autarquicos, de como el imperio Chino ahoga nuestra producción nacional con sus productos hechos a base de mano obra esclava. De como no producimos una mierda. De como los brasileños nos venden sus comidas adulteradas y todo lo demás como muestra del fracaso de la economía comunista y estatizante del degenerado Chávez.
Eso ocurre pq tenemos un gobierno cipayo que jode a los empresarios y productores venezolanos para hacer negocios de importacion y contratos con extranjeros, vean el caso del arroz argentino... por eso les es tan conveniente el control de cambo pq pueden subsidiar las importaciones fraudulentas (pudraval, medicinas carros chinos etc) y hacer negocios con su acceso privilegiado a dolar barato en detrimento del criollo que no puede competir con un producto o servicio subsidado por su mismo goberno... elimia el control de cambio y de la noche a la mañana empezaran cambiar las cosas. un caso patetico es ciudad Barinya contruida por empresas chinas, con arquitectos chinos, obreros chinos en suelo venezolano con dinero Venezolano.... malditos cipayos
zulu_king_zulu_king escribió:Porque te digo una vaina, con AUTARQUÍA y PROTECCIONISMO y ARANCELES quién crees tu que sale beneficiado .
El perro usurero El chino extranjero¿ el brasileño¿.
No papá, sale beneficiado el productor y empresario nacional. No me veas como un monstruo socialista, soy semi-socialista pero creo que lo mejor es una economía con cierta libertad, porque las cosas no son ''igualdad'' y ''solidaridad obrera'', las cosas son valentía, determinación, dinamismo, astucia, cosas que podemos encontrar en la empresa libre. Por tanto creo que la empresa privada debe tener un situal, solo que el Estado debe ponerle mano-ferrea para parar los abusos.
Sale beneficiado el empresario ineficiente y mafioso... como ocurrio en la cuarta o la adecocracia, los aranceles deben ser lo suficientemente altos para que no se arruinene empresarios criollos por asimetrias pero no tan alto como para que las mportacones salgan tan caras y/o se proteja empreas ineficientes, yo propondria un arancel unco de 5% sn licencias de importacion
zulu_king_zulu_king escribió:Cuando alcancemos un nivel de desarrollo avanzado, entonces socializamos la economía dandole a los obreros propiedad en la empresa para decidir sus necesidades y contratos colectivos como lo proponen los nacional-sindicalistas o los fascistas de izquierda, PERO MIENTRAS TANTO, hay que OPTAR por cierto capitalismo.
Eso no se peude decretar, si no es un proceso espontaneo no funciona.
Los unicos procesos exitosos de obreros con accones de las fabricas son fruto de procesos expontaneos de organizacion y los modelos mas exitosos son los de fondo de pensiones que invierten en compra de acciones de compañias, generalmente una distinta a donde trabajan
zulu_king_zulu_king escribió:Gerardo escribió:Nacionalismo en lo politico, liberal clasico en lo economico (no esa porqueria del concenso de Washingto y los chicago boys) y el pais (osea sus ciudadanos) como interes primordial. Una nacion fuerte, prospera, eficiente, competitiva y sobre todo independiente, esa es mi vision.
Yo creo que más bien debería ser Nacionalismo político, Nacionalismo en lo económico (aunque usted no lo crea, el nacionalismo tiene una praxis económica propia y ajena totalmente al comunismo y al capitalismo) y el BIEN COMÚN por ENCIMA de lo INDIVIDUAL. Las Naciones perfectas no existen pero podemos construir una SOCIEDAD SANA, VIRIL y CULTA. Militarizada, Revolucionaria, Nacionalista. Una vez seamos una POTENCIA, una VANGUARDIA MUNDIAL que DECIDA, AMENACE, DEMANDE, INFLUYA y SE IMPONGA y tengamos un SISTEMA SOCIALISTA, entonces podemos MEJORAR AL VENEZOLANO en TODOS LOS ASPECTOS. Yo veo una Venezuela GRANDE y LIBRE.
Yo no creo en socialismo, el socialismo es teoricamente imposible y la practica lo ratifica. Yo crei en el socialismo pero despues de estudiarlo y analisizarlo me convenci de que el socialismo no puede ser, no es viable, es un cancer que tiene el planeta entero y lo ata al atraso, la pobreza las enfermedades y la miseria, en la medida en que nos alejemos del socialismo nos alejaremos de la pobreza y es que sobran casos de comparacion, Alemania occidental y Alemania socialista, Corea del norte y Corea del Sur, Cuba y Chile, la China de Mao y la misma China de Deng Xiaoping o Taiwan, el Vietnam comunista o el actual Vietnam alejado del comunismo/socialsmo.
Saludos
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Re: Nacionalismo/Criollismo
He cambiado el nombre del tema agregandole el apellido Criollismo, esa debe ser la idea o ideoligia que muieva a venezuela si queremos salir der este pozo escrementoso que nos ha sumido el socialismo
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Re: Nacionalismo/Criollismo
Los gobiernos se didicaron a decirle al venezolano que Venezuela es un pais rico por el petroleo; una colosal mentira.
La riqueza la hacen los ciudadanos con manos/inteligencia y deben cuidarla xq los gobiernos la destruiyen. Vean los ultimos 15 años
@AlexGuerrero
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Re: Nacionalismo/Criollismo
Gerardo escribió:Los gobiernos se didicaron a decirle al venezolano que Venezuela es un pais rico por el petroleo; una colosal mentira.
La riqueza la hacen los ciudadanos con manos/inteligencia y deben cuidarla xq los gobiernos la destruiyen. Vean los ultimos 15 años
@AlexGuerrero
Precisamente por eso el nacionalismo es la Solución.
La riqueza no es material.
Me cague de la risa, como en el antro contrarrevolucionario de Defensa Bolivariana ven con esperanzas el sustento de su pobre y triste conspiración antivenezolana.
Cevarez escribió:El Imperio esta colapsando, la gente no lo ve porque confunden orden con bienestar. Confunden calles limpias con progreso, confunden el pais con el Imperio. EEUU no va a desaparecer -inmediatamente- como pais, pero como Imperio si, esa condicion no durara mas alla del 2020 y quizas le doy demasiado tiempo. Una vez termine de colapsar, sus lacayos nacionales se quedaran sin sustento y sera posible hacer la Revolucion que queremos, incluso hasta sin las purgas necesarias, pues la "lacayera" se ira corriendo como cobardes que son.
Cuando justamente ''la revolución'' del judío Maduro y Shiabe ha sido sostenida permanentemente por el imperialismo yanki. Las pruebas están a la vista y sin públicas y notorias, solo que los esquizofrénicos que ven contradicciones en todos lados no pueden verlas. El traidor a la patria Maduro le otorgado concesiones petroliferas y acuerdos con las transnacionales que provocaron las guerras de Irak y Afganistán. A ellos les conviene Maduro así como les convenía Chávez, porque con Maduro no desarrollaremos nunca Autarquía, ni diversificaremos la economía por tanto seguiremos siendo rentistas como a ellos les gusta.
En lineas objetivas... ¡Qué ha hecho el judío Maduro por la causa antisionista de los pueblos libres? ¿Qué ha hecho el judío Maduro por la Libertad y la Independencia de Venezuela?
Nada.
Por tanto, cuando caiga el imperio yanki, solo sucederá que caeremos con más fuerza y dependencia en la Órbita china que no exprimirá como un Limón.
Sobre si Dios es Venezolano... por supuesto que lo es. El Nacionalismo radical e intransigente, el Fascismo verdaderamente anti-imperialista vino con sus botas negras para quedarse y es el enemigo invisible, tales cosas solo pueden ser obras de Dios.
P.D. Me da risa cuando llaman a los títeres de la Mud ''fascistas''
JAJAJAJAJAJAJAJA
Última edición por zulu_king_zulu_king el Mar 7 Oct - 15:27, editado 1 vez
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Re: Nacionalismo/Criollismo
La MUD es socialdemocrata en su mayoria
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Re: Nacionalismo/Criollismo
Tambien hay que salir de ellos, este pais nescesita una verdadera revolucion conservadora aunque suene contradictorio tenemos que anular a todos los tipos de izquierda.
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Re: Nacionalismo/Criollismo
Reseña del libro "El poder de los sin poder", de Václav Havel, y reflexiones para la acción
Publicado: Domingo, 02 Febrero 2014 20:45 | Por: J. Sinamo | Imprimir | Correo electrónico | Visitas: 1513
1. Breve biografía del autor.
luchaNace en Praga, capital de la antigua Checoslovaquia, el 5 de octubre de 1936, y muere en Vlcice, el 18 de diciembre de 2011. Destaca por haber sido escritor, dramaturgo y político. Fue el último presidente de Checoslovaquia y el primero de la República Checa.
Nacido en una familia de la burguesía; tras terminar su educación escolar, en 1951, el Estado puso trabas al joven Havel para seguir estudiando, precisamente por su origen burgués. Al final se matricula en la Facultad de Ciencias Económicas de Praga, sacándose sobradamente la licenciatura.
En 1964 contrajo matrimonio con su inseparable Olga, mujer de origen obrero, a quien dedicó sus “Cartas a Olga”, que escribía durante su estancia en la cárcel, con motivo de sus frecuentes visitas.
Alterna trabajos en un laboratorio de química, con el estudio por correspondencia de arte dramático, lo que le sirve para finalmente consolidarse como dramaturgo, a finales de la década de 1950. Le dieron fama las obras poéticas “La fiesta”, de 1963; y “El memorándum”, de 1965. Perteneció al grupo de escritores en el entorno de la revista Tuar.
Se granjeó la enemistad del régimen, por ser un reputado escritor que participó activamente (conversatorios y radiodifusión), en la Primavera de Praga, de 1968, apoyando las reformas políticas de Alexander Dubcek; consecuentemente, se opone a la invasión soviética de su país, prohibiéndose sus obras por este motivo.
El motivo de su encarcelación en 1970, fue su firma al “Manifiesto de las 2000 palabras”, junto al también escritor Ludvik Vaculék, el exdiputado Rudolf Batek y el historiador Jan Tesar entre otros.
A partir de este momento, la represión del régimen se ceba con él, siendo encarcelado en multitud de ocasiones durante la década de 1970, por sus denuncias contra dicho sistema (manifiestos públicos y reclamaciones de diálogo en materias económicas y políticas).
En 1975, con motivo del incumplimiento de promesas de apertura por parte de su país, a cambio de prebendas occidentales, se crea al movimiento “Carta 77”, del cual es fundador y figura clave.
En 1979 es condenado a prisión por sedición, debido a sus continuas actividades de agitación y propaganda; su fama de disidente está servida a partir de este momento.
Sigue en prisión hasta 1984, cuando continúa con su actividad política, siendo tal su prestigio que en 1989, alentados por la Perestroika, es nombrado líder del grupo opositor “Foro Cívico”.
En 1989, septiembre, se produce la llamada Revolución de Terciopelo, tras la que es elegido presidente de su país en diciembre, confirmando electoralmente su cargo en 1990.
El 1 de enero de 1993 se desmembra Checoslovaquia, dando lugar a las Repúblicas checa y eslovaca; en dicho mes es elegido presidente de la República Checa, tratando de mantener un nexo de unión entre las 2 repúblicas.
Sus decisiones más discutidas fueron su ferviente deseo de entrar en la OTAN y en la UE; ambas cosas de produjeron finalmente.
2. El nacimiento de la disidencia.
Con motivo del agotamiento del régimen comunista, y de su imposibilidad para satisfacer los deseos e inquietudes de la gente, éstos empezaron a despertar y a tomar consciencia de la naturaleza del sistema (excluyente y autoritario, así como arbitrario e injusto).
Sin embargo, hay que tener en cuenta la naturaleza intrínseca de dicho régimen para poder entrever las posibilidades de una rebelión contra el mismo: es decir, la disidencia se sustancia, dentro de los patrones del poder, y sobre ellos actúa, aspirando a transformarlos.
3. El concepto de “posttotalitarismo”.
Llamar a su régimen dictadura, puede dar lugar a equívocos, sobre todo por la evidencia histórica de que las dictaduras son netamente coyunturales, de duración limitada, además de por la influencia de la ideología comunista en él: esta idea, basada en el bien común, actúa degenerada en la realidad, haciendo más impermeable el sistema contra las críticas, por el apoyo social que genera.
Vamos a ver más detalladamente las diferencias del sistema comunista con la dictadura clásica:
a) Sin extensión limitada, se superpone a todo el bloque soviético. La intervención de la URSS hace factible resolver problemas irresolubles en otras circunstancias, de ahí su perdurabilidad.
b) Con estabilidad histórica, ligada a los movimientos socio – políticos que lo instituyen al principio.
c) Dispone de una ideología razonable, atrayente y fácil de entender, casi una religión secularizada. El peligro de esta certeza se traduce en la identificación del centro del poder con el centro de la verdad.
d) En otro orden de cosas, nos encontramos con la improvisación de respuestas, que aquí se sustituye por mecanismos perfectos y elaborados de manipulación (reforzada por la propiedad estatal y la gestión centralizada).
e) La inclusión en la vorágine desarrollista del mundo y su no impermeabilidad es nuestra última característica propia.
Es la diversidad intrínseca del sistema lo que hace que Havel invente un nuevo término para nombrarlo. Así, el posttotalitarismo consiste en una nueva fase del totalitarismo, con características propias, aunque totalitarismo al fin.
4. La obligatoriedad del dogma.
“La función de la ideología es la de dar al hombre, en cuanto víctima y sostén del sistema posttotalitario, la ilusión de estar en consonancia con el orden humano y el del universo”. La ideología actúa así como coartada para legitimar nuestros actos y los del sistema.
5. Monolitismo, uniformidad y disciplina.
Debido a estas características, el sistema tiende a autoexpandirse ad aeternum. El hombre y su vida interesan al sistema únicamente como instrumento para sus fines, negando la diferencia y el pensamiento crítico.
Así, la ideología actúa como “coartada – puente” entre el sistema y la vida, referenciando erróneamente las necesidades vitales con lo que ofrece el sistema. Los eslóganes se utilizan como signos, y son aprehendidos sin ningún criterio propio por la gente de a pie. Dichos símbolos sirven para ocultar los “fundamentos ínfimos de la obediencia” y los “fundamentos ínfimos del poder”. Son la “portada” de la ideología.
Dicha ideología es la careta que el sistema ofrece al hombre para dignificar su lóbrega y concupiscente vida real (atravesada por una red de hipocresía y mentiras: poder burocrático = poder del pueblo; esclavización obrera en su propio nombre; aislamiento de informaciones = divulgación, etc…). En definitiva el hombre vive en una mentira, que a veces no se cree, pero que se cuida mucho de no combatirla.
6. Una vida ritualizada.
La ideología es el principal instrumento de comunicación ritual dentro del poder; aprehende al hombre como una parte más del sistema, es decir, como un engranaje de la maquinaria estatal. Se trata de un orden metafísico que cohesiona al sistema totalitario, impidiendo que estalle, lo cual es su destino característico. La ideología crea, pues, una pseudorealidad autoreferenciada, que sustituye a lo real.
Se crea, al fin, un mundo donde ni el poder escapa al supremo influjo de la ideología, ama y señora de todo el sistema totalitario. Esta ideología permite la fácil continuidad del posttotalitarismo, pues otorga la cualidad de sucesor, al sujeto que más cerca esté del líder, en el aparato de la nomenklatura del Partido. La lucha por el poder, muy cruda, nunca subvierte la esencia del aparato estatal, muy protegido de esto por la ideologización de la práctica político – social, en todas las esferas imaginables.
Todo esto conlleva la sepultura de la individualidad por el poder. La ideología sojuzga al individuo y a su ejercicio del poder, cimentado últimamente en la mentira e hipocresía pseudoreal del entorno político – social aducido.
7. La infantilización de la masa mediante consignas vacías.
Se construye un gran teatro de eslóganes vacíos de contenido por la práctica diaria de los oligarcas del régimen. La gente, mediante la aceptación y aprobación de estos eslóganes, se convierte en víctimas e instrumentos del sistema a la vez. En el posttotalitarismo se da un nuevo proceso socio – político que el autor denomina “autototalitarismo social”, que consiste en que el hombre renuncia a su identidad, a favor de la identidad sistémica. Se crea un nefasto vínculo entre las visiones del sistema y el individuo, que éste teme romper por el riesgo de autoexcluirse del todo social.
La división entre dominantes y dominados, por lo dicho anteriormente, es cuando menos deletérea, compartiendo ambos una responsabilidad, eso sí, gradual, sobre el accionar del monstruo posttotalitario. El hombre, por tanto, es alienado por el sistema, pero sólo por un motivo: está íntimamente preparado para ello desde la modernidad. Se da por tanto, una crisis de la identidad de la persona como sujeto político – social (es “un encuentro histórico entre dictadura y civilización de consumo”).
8. Salir de la vida en la mentira.
Las consecuencias físicas, psicológicas y sociales de una rebelión consciente son variadas y automáticas: pérdida del puesto de trabajo, rechazo social, etc… Es el sistema mismo, pues, mediante el ya citado autototalitarismo social, el que impones las sanciones, condenando al rebelde mediante la acción de individuos anónimos, que actúan como piezas represivas del sistema. Dicho mecanismo de defensa es tan rápido y contundente, pues cualquier acción subversiva, por pequeña que sea, puede dar lugar a la autodestrucción del sistema, debido a la develación de la mentira social que provoca. Empezar a vivir en la verdad se transforma pues en un eminente hecho dotado de una potente dimensión política (la verdad, es por tanto, un “factor de poder”, una “fuerza política”).
9. La dicotomía de la vida: entre la verdad y la mentira.
En situaciones como las descritas, las disidencias tienden a tomarse como fenómenos explosivos, que estallan, y por ello desenmascaran la verdad social de una forma potente y violenta. La oposición en el posttotalitarismo navega en el plano de la convivencia humana.
Debido a que el sistema navega en la mentira, no es posible saber con exactitud que hecho puede ser el detonante para que caiga en desgracia la ilusión social y sensorial que lo sostiene.
La integridad del posttotalitarismo es demasiado frágil como para permitir un mínimo siquiera de disidencia; cualquier acto de este tipo, es duramente castigado (penas de cárcel, inhabilitaciones, expatriaciones, etc…). La Primavera de Praga y su represión, echando mano del gendarme soviético, es el paradigma de todo lo que llevamos dicho hasta ahora. El intento de reforma política que representa, no es el motor del despertar de la sociedad, según Havel, sino su resultado último.
Mediante las represiones contra intentos de implementar actuaciones políticas independientes, “el centro de gravedad de una potencial amenaza política se desplaza hacia el plano existencial y prepolítico”.
10. Crisis de identidad y crisis moral de la sociedad.
La rebelión por la verdad es un acto profundamente moral, por los perjuicios que acarrea, y sobre todo por su carácter disfuncional para la vida. La vida en la verdad se convierte, por ello, en el único fenómeno político con tintes transformadores.
El desarrollo último, nacido como defensa de un grupo de jóvenes músicos, que querían “vivir en la verdad”, de la llamada Carta 77, es el acontecimiento político más importante de la Checoslovaquia disidente. El ataque del régimen contra dicho grupo de rock, los convirtió en un símbolo de libertad y verdad como nunca otro lo había sido.
La Carta 77 nace en el ambiente prepolítico citado para dar alas a una serie de movimientos, de esencial confrontación política con el sistema. La esfera secreta, íntima, la verdad de la calle, cristaliza pues en un manifiesto político, la citada Carta 77.
Sin embargo, los intentos de despertar la conciencia política de la masa, chocan con una pésima asimilación de los procesos internos del propio sistema posttotalitario con el que se lucha. Las renuncias al día a día de proyectos políticos por llegar a un mundo mejor, proyectan en la gente un profundo rechazo fácilmente identificable con su hartazgo con el sistema, que no hace otra cosa sino eso. El reformismo por tanto, dentro del sistema, es visto por la gente como algo utópico y deslavazado.
11. El concepto de oposición.
Oposición, en un sistema posttotalitario, es todo intento de vivir en la verdad. También es oposición el pensamiento crítico en un plano político, a lo que llamaremos disidencia. A esta disidencia se la acusa de estar en connivencia con el enemigo imperialista y de querer acabar con el socialismo, pagando con duras penas de cárcel, incluso con la muerte, su osadía.
Los disidentes manifiestan su desacuerdo pública y sistemáticamente; disponen de un cierto poder real debido a la consideración pública que se han ganado con sus actos; sus críticas abundan en cuestiones generales, abarcando un amplio espectro político; son gente preparada intelectualmente que expresan su descontento por escrito; tienen repercusión en la opinión pública occidental.
Se trata de un “trabajo por la nación” que incardina cualquier efecto político a conseguir un bien para la mayoría de ciudadanos. Al final, quizá sin pretenderlo, se consigue levantar una confrontación abierta con el poder.
Es necesario un accionar independiente y continuado de iniciativas de “vida en la verdad”, para que éstas se conviertan en una estructura de oposición político – social seria. Debido a que el sistema posttotalitario se basa en un ataque frontal contra la vida independiente de los ciudadanos, la disidencia se convierte en un actuar eminentemente defensivo. Dicho programa puede parecer minimalista, e incluso pecar de apoliticismo, pero en las circunstancias en las que se encuentra la gente dentro de este sistema, lo hacen convertirse en un programa total, eminentemente práctico y profundamente transformador.
Debemos tener en cuenta que la sociedad, para su desarrollo pleno, debe estar organizada en asociaciones, colectivos, sindicatos, etc…; lo que hay que procurar es que las estructuras de estos entes sean democráticas y se ajusten a las necesidades del hombre, y no lo machaquen en nombre de la sociedad.
12. La disidencia defiende los derechos civiles y humanos.
Actuar conforme a la legalidad es uno de los axiomas de estos movimientos. No se incluye en sus planes la opción de respuesta militar, pues no se dan las características sociales para implementarla (la situación social y la crisis del sistema se mantienen en parámetros de estabilidad y aceptación social), y además, estos intentos serían rápidamente deslegitimados y abortados por el régimen. También se tiene en cuenta el principio de adecuación entre medios y fines: si se pretende un cambio hacia un sistema pacífico y no totalitario, el uso de la violencia para conseguirlo es contraproducente y puede conllevar la instauración de otra forma dictatorial.
El sistema posttotalitario crea un engranaje grosero de leyes y reglamentos, a los que está supeditada la vida, burocratizando ésta, para autocrearse una esperanza de legitimidad funcional ad aeternum. Así pues, el ordenamiento jurídico se convierte en parte integrante de la función ideológica de servir de coartada a la arbitrariedad del sistema.
El ordenamiento jurídico es también vehículo claro de las intenciones represivas y brutalmente ordenadoras del sistema: sirve para justificar los aspavientos y errores del sistema, otorgándole un mantra de objetividad, al estar sistematizado. El mundo de la apariencia otorga al ciudadano una serie de “derechos escritos”, que en la práctica quedan en papel mojado.
Por tanto, apelar al cumplimiento de los postulados legales, lo que hace la disidencia incansablemente, es un ejercicio claro de develación de la iniquidad del sistema, lo que provoca, a su vez, una desmesurada reacción de éste, que a su vez desvela su ínfima falsedad. Sin embargo, esta lucha por la legalidad debe enmarcarse en un respeto absoluto por la vida humana: es decir, se debe hacer respetar la ley que beneficia a ésta, desechando las que la controlan o vilipendian de forma clara y manifiesta.
13. El desarrollo de las “estructuras paralelas”.
Se trata de la implementación de espacios culturales y político – sociales al servicio de la sociedad civil independiente y de su lucha por la verdad. Se llegaría, en la fase ulterior de desarrollo de estas tendencias, a la creación de la “polis paralela”, elemento acabado del combate sociopolítico disidente. Así, se consigue, mediante la fusión de elementos prepolíticos, la adecuación de la lucha disidente, llegando a la conclusiva creación de estructuras administrativas paralelas, ya en el ámbito de lucha político.
Una característica principal de dichas estructuras paralelas, es la universalidad de las soluciones que promueven ante el caos que supone la esquizofrenia legalista del sistema posttotalitario. Sin dicha universalidad, sólo se conseguiría la creación de guettos gregarios, autocomplacientes pero ineficaces en la lucha por el cambio político – social; en definitiva, se trata de un “ahondamiento de la responsabilidad hacia el todo y por el todo”.
No se trata de cambiar una élite por otra, sino de empoderar al pueblo, haciéndolo consciente de su deber para con la sociedad civil antitotalitaria. Dicho proceso se debe cuidar muy mucho de los intentos por parte del poder oficial de asimilar el descontento, ofreciendo prebendas y migajas a los adalides de la subversión (en los años 60 pasó algo parecido con el grupo de los llamados “comunistas progresistas”, que acabaron integrándose en el poder, perdiéndose su potencial transformador).
También hay que cuidarse de los intentos del sistema por lavar su cara, “autoformándose”, dejando incólumes las estructuras posttotalitarias, lo que provocaría una perpetuación del sistema que combaten los disidentes.
Otro proceso peligroso es el de la cooptación de asociaciones y grupos, originalmente disidentes, por el poder, permitiéndoles una cierta actuación independiente, encorsetada en los principios inamovibles del sistema. El ejemplo de lo sucedido espontáneamente en 1968 (“Primavera de Praga”), nos debe ilustrar bien el sentido de cambio que deseamos: una serie de procesos deslavazados, dieron lugar a un estallido espontáneo, de una potencialidad incalculable, que dejó escrita la primera página de la liberación de la sociedad contra el sistema. Sin embargo, dicho intento chocó con la desorganización de la sociedad civil, que no tenía estructurado un proyecto de cambio sistémico, lo que permitió que un ilusionante principio, concluyese en un mero cambio cosmético en la élite del poder.
Por ello debemos intentar que las intenciones de la “esfera secreta” de la sociedad estén claras, antes de lanzarnos a la lucha final contra y por el poder.
El desarrollo de la “polis paralela”, nunca debe separarse de los acontecimientos y vicisitudes que envuelven el desarrollo de la “polis principal”.
La “polis paralela” debe alcanzar un desarrollo y un grado de madurez acorde a las resistencias que el sistema pone en la batalla por la verdad, si no queremos que se implemente el mundo imaginado por Orwell, donde la sociedad civil es absolutamente manipulada, consiguiendo reprimir cualquier atisbo de vida en la verdad. Se debe actuar pensando en el día a día, y no caer en la formulación y defensa a ultranza de programas políticos utópicos y de futuro: es decir, hay que compaginar los esfuerzos revolucionarios y de ruptura, con los reformistas y de transformación, posibilitando el que la gente común vea la lucha disidente como algo propio.
14. El sistema posttotalitario obliga a una reflexión profunda sobre el hombre y sus características.
La imbricación entre dictadura de partido y dictadura de la técnica (tal y como la entiende Heidegger: como una minusvaloración progresiva de la identidad y las capacidades del hombre), hacen imposible una lucha frontal y primaria contra el sistema posttotalitario. Se da por tanto, tanto en Oriente como en Occidente, una crisis existencial (“crisis de la democracia” para Heidegger), que sólo puede ser combatida de un modo integral, implementando mecanismos puros para conseguir una “revolución existencial” (también en palabras de Heidegger).
Para los disidentes checoslovacos, se hace necesaria una reflexión sobre cuál es el fin último de los cambios que el país necesita, pues no se puede caer en la tentación de querer instaurar un modelo de democracia tradicional, al estilo occidental, pues esta pseudodemocracia impone los mismos corsés mentirosos a la sociedad civil, sólo que maquillados y menos brutales que en el sistema posttotalitario.
Otro de los frentes a discernir por la disidencia, es el escepticismo de la sociedad hacia la política, como medio de transformación y cambio para bien del entramado cívico – social. Así, la “revolución existencial” debe ser concebida como el último intento de “reconstrucción moral de la sociedad”, creando una relación auténtica del individuo con el llamado “orden humano”. La creación de estructuras políticas con contenido meramente humano, es el objetivo y punto de partida de la “revolución existencial”, como bálsamo contra el nuevo totalitarismo de la técnica.
Las nuevas estructuras políticas se deben basar en la potenciación de valores eminentemente humanos, como la solidaridad, la confianza y el amor, y ser entes que no se basen en la acumulación ad aeternum de poder, además de basarse en un ámbito restrictivo geográficamente hablando: la federación entre los distintos entes independientes, debe ser la base del nuevo paradigma estatal. Los individuos deben de dejar de estar controlados por leyes absurdas, y que el sistema potencie su autocontrol y autodisciplina, para crear ciudadanos comprometidos con el devenir social.
Todo esto nos debe llevar a la creación de un sistema “postdemocrático”, donde sean superadas las trabas hacia los individuos, tanto del sistema posttotalitario, como de la democracia representativa occidental. Dicho sistema, baluarte último de la reconstrucción moral de la sociedad, debe beber de la forma de actuar de los actuales grupos disidentes: solidaridad y confianza como adalides del cambio social necesario.
15. Reflexiones para la acción.
La vida y obra de Václav Havel está llena de contradicciones, y no es este el lugar idóneo para defenestrar a nuestro hombre: sólo pretendemos sacar conclusiones positivas (que las hay, y muchas), de la lectura y estudio de su libro más importante y polémico. Pero no vamos a dejar pasar la ocasión para afirmar que el autor traicionó descaradamente las ideas en él expuestas, cuando asumió la presidencia de Checoslovaquia, y después de República Checa, convirtiendo su país en una copia mala de las democracias occidentales, y entrando, con su impulso personal activo, en instituciones imperialistas como la OTAN y la UE.
Dejando a un lado los claroscuros de la vida y accionar político de nuestro autor, pasamos a analizar los recovecos de las ideas plasmadas en este libro, que pueden ser muy interesantes, en su inmediata aplicación para el análisis y construcción de alternativas reales al subdesarrollo capitalista que nos invade.
a) El nacimiento y consolidación del movimiento de protesta, está condicionado a la asunción por parte de éste, de principios, tácticas y finalidades acordes con el fin a conseguir, destacando el empleo prioritario de la no violencia, desarrollando acciones con un doble sentido: revolucionarias (que buscan destruir el sistema y crear uno nuevo más acorde con la vida humana) y reformistas (que buscan incidir en los aspectos cotidianos de la vida, promoviendo mejoras dentro del sistema que se combate, para que la gente sienta como algo propio el movimiento disidente).
b) Debemos trasladar a nuestros análisis el concepto de posttotalitarismo expuesto en este libro, pues es el que mejor nos informa de la dinámica propia del sistema actual de dominio y negación del individuo: como bien supone nuestro autor, las democracias representativas incluyen un resurgir de anatemas contra el desarrollo libre y totalizado de la sociedad civil (cooptación de asociaciones anteriormente transformadoras, etc…).
c) Vivimos en una sociedad donde el dogma de que el capitalismo y la democracia representativa son los mejores sistemas de organización de la sociedad, es obligatorio para llevar a cabo una vida normalizada: si actúas fuera de esos parámetros, te ningunean, te censuran, e incluso acabas con tus huesos en la cárcel o muerto fortuitamente por agentes del sistema (policía o ejército), o por paramilitares a su servicio (bandas de neonazis varias).
d) Se trata de un sistema monolítico en lo ideológico (las confrontaciones políticas quedan reducidas a meros cambios insustanciales, cuando no a meras peleas personalistas), uniforme en lo social y absolutamente disciplinado (la disidencia, por mínima que sea, es duramente castigada por el aparato represivo).
e) La vida de los ciudadanos del mundo es un mero ritual, instrumentalizado para enmascarar la hipocresía y sin razón de un sistema político injusto, represivo y anacrónico.
f) La progresiva, y casi completada infantilización de la masa, mediante consignas vacías, es el mascarón de proa de la democracia posttotalitaria en que vivimos (el fútbol, la política – espectáculo, el famoseo, etc…).
g) Es necesario articular mecanismos que permitan a la masa social informe, salir de la “vida en la mentira” en que está inmersa.
h) Por tanto, se produce una situación dicotómica, entre la verdad que expresan los variados movimientos sociales y sus alternativas a corto, medio y largo plazo, y la mentira, que es el sostén del sistema violentamente establecido y mantenido.
i) La crisis de identidad del individuo se traduce en un aumento de enfermedades mentales y adicción a las drogas (como vía de escape a la asfixiante alienación imperante), mientras dicha crisis provoca una apatía moral de la sociedad, donde todo vale para alcanzar el éxito dentro del sistema.
j) Hay que tener en cuenta que para que un grupo de oposición sea eficaz dentro del actual sistema, se deben dar las siguientes premisas: un intento continuo de vida en la verdad; expresión del desacuerdo pública y sistemáticamente; debe tratarse de un trabajo por y para la mayoría social; en un principio, se deben poner en marcha únicamente mecanismos defensivos (paralización de desahucios y despidos, defensa contra encausaciones judiciales, etc…); fomento del asociacionismo y sindicalismo en el seno de la sociedad, luchando contra la anatemización de dichas prácticas, que sólo favorece al poder.
k) Las principales actividades de los grupos de oposición deben ser de defensa de los derechos civiles y humanos contra los embites del sistema, mediante la solidaridad, el apoyo mutuo y la acción directa.
l) Mientras se llevan a cabo dichas acciones, se debe potenciar subrepticiamente el desarrollo de unas estructuras paralelas con el fin último de subvertir el orden establecido, conquistando el poder y llevando a cabo las reformas necesarias para que la vida humana se desarrolle en un ambiente propicio.
m) Estamos obligados, si queremos tener éxito en la tarea de transformación social, a realizar un arduo trabajo de reflexión sobre el hombre y sus características, trabajo que impone el sistema democrático posttotalitario imperante.
En conclusión, se trata de un libro válido para inferir enseñanzas fecundas para la labor revolucionaria en la actualidad que vivimos.
Publicado: Domingo, 02 Febrero 2014 20:45 | Por: J. Sinamo | Imprimir | Correo electrónico | Visitas: 1513
1. Breve biografía del autor.
luchaNace en Praga, capital de la antigua Checoslovaquia, el 5 de octubre de 1936, y muere en Vlcice, el 18 de diciembre de 2011. Destaca por haber sido escritor, dramaturgo y político. Fue el último presidente de Checoslovaquia y el primero de la República Checa.
Nacido en una familia de la burguesía; tras terminar su educación escolar, en 1951, el Estado puso trabas al joven Havel para seguir estudiando, precisamente por su origen burgués. Al final se matricula en la Facultad de Ciencias Económicas de Praga, sacándose sobradamente la licenciatura.
En 1964 contrajo matrimonio con su inseparable Olga, mujer de origen obrero, a quien dedicó sus “Cartas a Olga”, que escribía durante su estancia en la cárcel, con motivo de sus frecuentes visitas.
Alterna trabajos en un laboratorio de química, con el estudio por correspondencia de arte dramático, lo que le sirve para finalmente consolidarse como dramaturgo, a finales de la década de 1950. Le dieron fama las obras poéticas “La fiesta”, de 1963; y “El memorándum”, de 1965. Perteneció al grupo de escritores en el entorno de la revista Tuar.
Se granjeó la enemistad del régimen, por ser un reputado escritor que participó activamente (conversatorios y radiodifusión), en la Primavera de Praga, de 1968, apoyando las reformas políticas de Alexander Dubcek; consecuentemente, se opone a la invasión soviética de su país, prohibiéndose sus obras por este motivo.
El motivo de su encarcelación en 1970, fue su firma al “Manifiesto de las 2000 palabras”, junto al también escritor Ludvik Vaculék, el exdiputado Rudolf Batek y el historiador Jan Tesar entre otros.
A partir de este momento, la represión del régimen se ceba con él, siendo encarcelado en multitud de ocasiones durante la década de 1970, por sus denuncias contra dicho sistema (manifiestos públicos y reclamaciones de diálogo en materias económicas y políticas).
En 1975, con motivo del incumplimiento de promesas de apertura por parte de su país, a cambio de prebendas occidentales, se crea al movimiento “Carta 77”, del cual es fundador y figura clave.
En 1979 es condenado a prisión por sedición, debido a sus continuas actividades de agitación y propaganda; su fama de disidente está servida a partir de este momento.
Sigue en prisión hasta 1984, cuando continúa con su actividad política, siendo tal su prestigio que en 1989, alentados por la Perestroika, es nombrado líder del grupo opositor “Foro Cívico”.
En 1989, septiembre, se produce la llamada Revolución de Terciopelo, tras la que es elegido presidente de su país en diciembre, confirmando electoralmente su cargo en 1990.
El 1 de enero de 1993 se desmembra Checoslovaquia, dando lugar a las Repúblicas checa y eslovaca; en dicho mes es elegido presidente de la República Checa, tratando de mantener un nexo de unión entre las 2 repúblicas.
Sus decisiones más discutidas fueron su ferviente deseo de entrar en la OTAN y en la UE; ambas cosas de produjeron finalmente.
2. El nacimiento de la disidencia.
Con motivo del agotamiento del régimen comunista, y de su imposibilidad para satisfacer los deseos e inquietudes de la gente, éstos empezaron a despertar y a tomar consciencia de la naturaleza del sistema (excluyente y autoritario, así como arbitrario e injusto).
Sin embargo, hay que tener en cuenta la naturaleza intrínseca de dicho régimen para poder entrever las posibilidades de una rebelión contra el mismo: es decir, la disidencia se sustancia, dentro de los patrones del poder, y sobre ellos actúa, aspirando a transformarlos.
3. El concepto de “posttotalitarismo”.
Llamar a su régimen dictadura, puede dar lugar a equívocos, sobre todo por la evidencia histórica de que las dictaduras son netamente coyunturales, de duración limitada, además de por la influencia de la ideología comunista en él: esta idea, basada en el bien común, actúa degenerada en la realidad, haciendo más impermeable el sistema contra las críticas, por el apoyo social que genera.
Vamos a ver más detalladamente las diferencias del sistema comunista con la dictadura clásica:
a) Sin extensión limitada, se superpone a todo el bloque soviético. La intervención de la URSS hace factible resolver problemas irresolubles en otras circunstancias, de ahí su perdurabilidad.
b) Con estabilidad histórica, ligada a los movimientos socio – políticos que lo instituyen al principio.
c) Dispone de una ideología razonable, atrayente y fácil de entender, casi una religión secularizada. El peligro de esta certeza se traduce en la identificación del centro del poder con el centro de la verdad.
d) En otro orden de cosas, nos encontramos con la improvisación de respuestas, que aquí se sustituye por mecanismos perfectos y elaborados de manipulación (reforzada por la propiedad estatal y la gestión centralizada).
e) La inclusión en la vorágine desarrollista del mundo y su no impermeabilidad es nuestra última característica propia.
Es la diversidad intrínseca del sistema lo que hace que Havel invente un nuevo término para nombrarlo. Así, el posttotalitarismo consiste en una nueva fase del totalitarismo, con características propias, aunque totalitarismo al fin.
4. La obligatoriedad del dogma.
“La función de la ideología es la de dar al hombre, en cuanto víctima y sostén del sistema posttotalitario, la ilusión de estar en consonancia con el orden humano y el del universo”. La ideología actúa así como coartada para legitimar nuestros actos y los del sistema.
5. Monolitismo, uniformidad y disciplina.
Debido a estas características, el sistema tiende a autoexpandirse ad aeternum. El hombre y su vida interesan al sistema únicamente como instrumento para sus fines, negando la diferencia y el pensamiento crítico.
Así, la ideología actúa como “coartada – puente” entre el sistema y la vida, referenciando erróneamente las necesidades vitales con lo que ofrece el sistema. Los eslóganes se utilizan como signos, y son aprehendidos sin ningún criterio propio por la gente de a pie. Dichos símbolos sirven para ocultar los “fundamentos ínfimos de la obediencia” y los “fundamentos ínfimos del poder”. Son la “portada” de la ideología.
Dicha ideología es la careta que el sistema ofrece al hombre para dignificar su lóbrega y concupiscente vida real (atravesada por una red de hipocresía y mentiras: poder burocrático = poder del pueblo; esclavización obrera en su propio nombre; aislamiento de informaciones = divulgación, etc…). En definitiva el hombre vive en una mentira, que a veces no se cree, pero que se cuida mucho de no combatirla.
6. Una vida ritualizada.
La ideología es el principal instrumento de comunicación ritual dentro del poder; aprehende al hombre como una parte más del sistema, es decir, como un engranaje de la maquinaria estatal. Se trata de un orden metafísico que cohesiona al sistema totalitario, impidiendo que estalle, lo cual es su destino característico. La ideología crea, pues, una pseudorealidad autoreferenciada, que sustituye a lo real.
Se crea, al fin, un mundo donde ni el poder escapa al supremo influjo de la ideología, ama y señora de todo el sistema totalitario. Esta ideología permite la fácil continuidad del posttotalitarismo, pues otorga la cualidad de sucesor, al sujeto que más cerca esté del líder, en el aparato de la nomenklatura del Partido. La lucha por el poder, muy cruda, nunca subvierte la esencia del aparato estatal, muy protegido de esto por la ideologización de la práctica político – social, en todas las esferas imaginables.
Todo esto conlleva la sepultura de la individualidad por el poder. La ideología sojuzga al individuo y a su ejercicio del poder, cimentado últimamente en la mentira e hipocresía pseudoreal del entorno político – social aducido.
7. La infantilización de la masa mediante consignas vacías.
Se construye un gran teatro de eslóganes vacíos de contenido por la práctica diaria de los oligarcas del régimen. La gente, mediante la aceptación y aprobación de estos eslóganes, se convierte en víctimas e instrumentos del sistema a la vez. En el posttotalitarismo se da un nuevo proceso socio – político que el autor denomina “autototalitarismo social”, que consiste en que el hombre renuncia a su identidad, a favor de la identidad sistémica. Se crea un nefasto vínculo entre las visiones del sistema y el individuo, que éste teme romper por el riesgo de autoexcluirse del todo social.
La división entre dominantes y dominados, por lo dicho anteriormente, es cuando menos deletérea, compartiendo ambos una responsabilidad, eso sí, gradual, sobre el accionar del monstruo posttotalitario. El hombre, por tanto, es alienado por el sistema, pero sólo por un motivo: está íntimamente preparado para ello desde la modernidad. Se da por tanto, una crisis de la identidad de la persona como sujeto político – social (es “un encuentro histórico entre dictadura y civilización de consumo”).
8. Salir de la vida en la mentira.
Las consecuencias físicas, psicológicas y sociales de una rebelión consciente son variadas y automáticas: pérdida del puesto de trabajo, rechazo social, etc… Es el sistema mismo, pues, mediante el ya citado autototalitarismo social, el que impones las sanciones, condenando al rebelde mediante la acción de individuos anónimos, que actúan como piezas represivas del sistema. Dicho mecanismo de defensa es tan rápido y contundente, pues cualquier acción subversiva, por pequeña que sea, puede dar lugar a la autodestrucción del sistema, debido a la develación de la mentira social que provoca. Empezar a vivir en la verdad se transforma pues en un eminente hecho dotado de una potente dimensión política (la verdad, es por tanto, un “factor de poder”, una “fuerza política”).
9. La dicotomía de la vida: entre la verdad y la mentira.
En situaciones como las descritas, las disidencias tienden a tomarse como fenómenos explosivos, que estallan, y por ello desenmascaran la verdad social de una forma potente y violenta. La oposición en el posttotalitarismo navega en el plano de la convivencia humana.
Debido a que el sistema navega en la mentira, no es posible saber con exactitud que hecho puede ser el detonante para que caiga en desgracia la ilusión social y sensorial que lo sostiene.
La integridad del posttotalitarismo es demasiado frágil como para permitir un mínimo siquiera de disidencia; cualquier acto de este tipo, es duramente castigado (penas de cárcel, inhabilitaciones, expatriaciones, etc…). La Primavera de Praga y su represión, echando mano del gendarme soviético, es el paradigma de todo lo que llevamos dicho hasta ahora. El intento de reforma política que representa, no es el motor del despertar de la sociedad, según Havel, sino su resultado último.
Mediante las represiones contra intentos de implementar actuaciones políticas independientes, “el centro de gravedad de una potencial amenaza política se desplaza hacia el plano existencial y prepolítico”.
10. Crisis de identidad y crisis moral de la sociedad.
La rebelión por la verdad es un acto profundamente moral, por los perjuicios que acarrea, y sobre todo por su carácter disfuncional para la vida. La vida en la verdad se convierte, por ello, en el único fenómeno político con tintes transformadores.
El desarrollo último, nacido como defensa de un grupo de jóvenes músicos, que querían “vivir en la verdad”, de la llamada Carta 77, es el acontecimiento político más importante de la Checoslovaquia disidente. El ataque del régimen contra dicho grupo de rock, los convirtió en un símbolo de libertad y verdad como nunca otro lo había sido.
La Carta 77 nace en el ambiente prepolítico citado para dar alas a una serie de movimientos, de esencial confrontación política con el sistema. La esfera secreta, íntima, la verdad de la calle, cristaliza pues en un manifiesto político, la citada Carta 77.
Sin embargo, los intentos de despertar la conciencia política de la masa, chocan con una pésima asimilación de los procesos internos del propio sistema posttotalitario con el que se lucha. Las renuncias al día a día de proyectos políticos por llegar a un mundo mejor, proyectan en la gente un profundo rechazo fácilmente identificable con su hartazgo con el sistema, que no hace otra cosa sino eso. El reformismo por tanto, dentro del sistema, es visto por la gente como algo utópico y deslavazado.
11. El concepto de oposición.
Oposición, en un sistema posttotalitario, es todo intento de vivir en la verdad. También es oposición el pensamiento crítico en un plano político, a lo que llamaremos disidencia. A esta disidencia se la acusa de estar en connivencia con el enemigo imperialista y de querer acabar con el socialismo, pagando con duras penas de cárcel, incluso con la muerte, su osadía.
Los disidentes manifiestan su desacuerdo pública y sistemáticamente; disponen de un cierto poder real debido a la consideración pública que se han ganado con sus actos; sus críticas abundan en cuestiones generales, abarcando un amplio espectro político; son gente preparada intelectualmente que expresan su descontento por escrito; tienen repercusión en la opinión pública occidental.
Se trata de un “trabajo por la nación” que incardina cualquier efecto político a conseguir un bien para la mayoría de ciudadanos. Al final, quizá sin pretenderlo, se consigue levantar una confrontación abierta con el poder.
Es necesario un accionar independiente y continuado de iniciativas de “vida en la verdad”, para que éstas se conviertan en una estructura de oposición político – social seria. Debido a que el sistema posttotalitario se basa en un ataque frontal contra la vida independiente de los ciudadanos, la disidencia se convierte en un actuar eminentemente defensivo. Dicho programa puede parecer minimalista, e incluso pecar de apoliticismo, pero en las circunstancias en las que se encuentra la gente dentro de este sistema, lo hacen convertirse en un programa total, eminentemente práctico y profundamente transformador.
Debemos tener en cuenta que la sociedad, para su desarrollo pleno, debe estar organizada en asociaciones, colectivos, sindicatos, etc…; lo que hay que procurar es que las estructuras de estos entes sean democráticas y se ajusten a las necesidades del hombre, y no lo machaquen en nombre de la sociedad.
12. La disidencia defiende los derechos civiles y humanos.
Actuar conforme a la legalidad es uno de los axiomas de estos movimientos. No se incluye en sus planes la opción de respuesta militar, pues no se dan las características sociales para implementarla (la situación social y la crisis del sistema se mantienen en parámetros de estabilidad y aceptación social), y además, estos intentos serían rápidamente deslegitimados y abortados por el régimen. También se tiene en cuenta el principio de adecuación entre medios y fines: si se pretende un cambio hacia un sistema pacífico y no totalitario, el uso de la violencia para conseguirlo es contraproducente y puede conllevar la instauración de otra forma dictatorial.
El sistema posttotalitario crea un engranaje grosero de leyes y reglamentos, a los que está supeditada la vida, burocratizando ésta, para autocrearse una esperanza de legitimidad funcional ad aeternum. Así pues, el ordenamiento jurídico se convierte en parte integrante de la función ideológica de servir de coartada a la arbitrariedad del sistema.
El ordenamiento jurídico es también vehículo claro de las intenciones represivas y brutalmente ordenadoras del sistema: sirve para justificar los aspavientos y errores del sistema, otorgándole un mantra de objetividad, al estar sistematizado. El mundo de la apariencia otorga al ciudadano una serie de “derechos escritos”, que en la práctica quedan en papel mojado.
Por tanto, apelar al cumplimiento de los postulados legales, lo que hace la disidencia incansablemente, es un ejercicio claro de develación de la iniquidad del sistema, lo que provoca, a su vez, una desmesurada reacción de éste, que a su vez desvela su ínfima falsedad. Sin embargo, esta lucha por la legalidad debe enmarcarse en un respeto absoluto por la vida humana: es decir, se debe hacer respetar la ley que beneficia a ésta, desechando las que la controlan o vilipendian de forma clara y manifiesta.
13. El desarrollo de las “estructuras paralelas”.
Se trata de la implementación de espacios culturales y político – sociales al servicio de la sociedad civil independiente y de su lucha por la verdad. Se llegaría, en la fase ulterior de desarrollo de estas tendencias, a la creación de la “polis paralela”, elemento acabado del combate sociopolítico disidente. Así, se consigue, mediante la fusión de elementos prepolíticos, la adecuación de la lucha disidente, llegando a la conclusiva creación de estructuras administrativas paralelas, ya en el ámbito de lucha político.
Una característica principal de dichas estructuras paralelas, es la universalidad de las soluciones que promueven ante el caos que supone la esquizofrenia legalista del sistema posttotalitario. Sin dicha universalidad, sólo se conseguiría la creación de guettos gregarios, autocomplacientes pero ineficaces en la lucha por el cambio político – social; en definitiva, se trata de un “ahondamiento de la responsabilidad hacia el todo y por el todo”.
No se trata de cambiar una élite por otra, sino de empoderar al pueblo, haciéndolo consciente de su deber para con la sociedad civil antitotalitaria. Dicho proceso se debe cuidar muy mucho de los intentos por parte del poder oficial de asimilar el descontento, ofreciendo prebendas y migajas a los adalides de la subversión (en los años 60 pasó algo parecido con el grupo de los llamados “comunistas progresistas”, que acabaron integrándose en el poder, perdiéndose su potencial transformador).
También hay que cuidarse de los intentos del sistema por lavar su cara, “autoformándose”, dejando incólumes las estructuras posttotalitarias, lo que provocaría una perpetuación del sistema que combaten los disidentes.
Otro proceso peligroso es el de la cooptación de asociaciones y grupos, originalmente disidentes, por el poder, permitiéndoles una cierta actuación independiente, encorsetada en los principios inamovibles del sistema. El ejemplo de lo sucedido espontáneamente en 1968 (“Primavera de Praga”), nos debe ilustrar bien el sentido de cambio que deseamos: una serie de procesos deslavazados, dieron lugar a un estallido espontáneo, de una potencialidad incalculable, que dejó escrita la primera página de la liberación de la sociedad contra el sistema. Sin embargo, dicho intento chocó con la desorganización de la sociedad civil, que no tenía estructurado un proyecto de cambio sistémico, lo que permitió que un ilusionante principio, concluyese en un mero cambio cosmético en la élite del poder.
Por ello debemos intentar que las intenciones de la “esfera secreta” de la sociedad estén claras, antes de lanzarnos a la lucha final contra y por el poder.
El desarrollo de la “polis paralela”, nunca debe separarse de los acontecimientos y vicisitudes que envuelven el desarrollo de la “polis principal”.
La “polis paralela” debe alcanzar un desarrollo y un grado de madurez acorde a las resistencias que el sistema pone en la batalla por la verdad, si no queremos que se implemente el mundo imaginado por Orwell, donde la sociedad civil es absolutamente manipulada, consiguiendo reprimir cualquier atisbo de vida en la verdad. Se debe actuar pensando en el día a día, y no caer en la formulación y defensa a ultranza de programas políticos utópicos y de futuro: es decir, hay que compaginar los esfuerzos revolucionarios y de ruptura, con los reformistas y de transformación, posibilitando el que la gente común vea la lucha disidente como algo propio.
14. El sistema posttotalitario obliga a una reflexión profunda sobre el hombre y sus características.
La imbricación entre dictadura de partido y dictadura de la técnica (tal y como la entiende Heidegger: como una minusvaloración progresiva de la identidad y las capacidades del hombre), hacen imposible una lucha frontal y primaria contra el sistema posttotalitario. Se da por tanto, tanto en Oriente como en Occidente, una crisis existencial (“crisis de la democracia” para Heidegger), que sólo puede ser combatida de un modo integral, implementando mecanismos puros para conseguir una “revolución existencial” (también en palabras de Heidegger).
Para los disidentes checoslovacos, se hace necesaria una reflexión sobre cuál es el fin último de los cambios que el país necesita, pues no se puede caer en la tentación de querer instaurar un modelo de democracia tradicional, al estilo occidental, pues esta pseudodemocracia impone los mismos corsés mentirosos a la sociedad civil, sólo que maquillados y menos brutales que en el sistema posttotalitario.
Otro de los frentes a discernir por la disidencia, es el escepticismo de la sociedad hacia la política, como medio de transformación y cambio para bien del entramado cívico – social. Así, la “revolución existencial” debe ser concebida como el último intento de “reconstrucción moral de la sociedad”, creando una relación auténtica del individuo con el llamado “orden humano”. La creación de estructuras políticas con contenido meramente humano, es el objetivo y punto de partida de la “revolución existencial”, como bálsamo contra el nuevo totalitarismo de la técnica.
Las nuevas estructuras políticas se deben basar en la potenciación de valores eminentemente humanos, como la solidaridad, la confianza y el amor, y ser entes que no se basen en la acumulación ad aeternum de poder, además de basarse en un ámbito restrictivo geográficamente hablando: la federación entre los distintos entes independientes, debe ser la base del nuevo paradigma estatal. Los individuos deben de dejar de estar controlados por leyes absurdas, y que el sistema potencie su autocontrol y autodisciplina, para crear ciudadanos comprometidos con el devenir social.
Todo esto nos debe llevar a la creación de un sistema “postdemocrático”, donde sean superadas las trabas hacia los individuos, tanto del sistema posttotalitario, como de la democracia representativa occidental. Dicho sistema, baluarte último de la reconstrucción moral de la sociedad, debe beber de la forma de actuar de los actuales grupos disidentes: solidaridad y confianza como adalides del cambio social necesario.
15. Reflexiones para la acción.
La vida y obra de Václav Havel está llena de contradicciones, y no es este el lugar idóneo para defenestrar a nuestro hombre: sólo pretendemos sacar conclusiones positivas (que las hay, y muchas), de la lectura y estudio de su libro más importante y polémico. Pero no vamos a dejar pasar la ocasión para afirmar que el autor traicionó descaradamente las ideas en él expuestas, cuando asumió la presidencia de Checoslovaquia, y después de República Checa, convirtiendo su país en una copia mala de las democracias occidentales, y entrando, con su impulso personal activo, en instituciones imperialistas como la OTAN y la UE.
Dejando a un lado los claroscuros de la vida y accionar político de nuestro autor, pasamos a analizar los recovecos de las ideas plasmadas en este libro, que pueden ser muy interesantes, en su inmediata aplicación para el análisis y construcción de alternativas reales al subdesarrollo capitalista que nos invade.
a) El nacimiento y consolidación del movimiento de protesta, está condicionado a la asunción por parte de éste, de principios, tácticas y finalidades acordes con el fin a conseguir, destacando el empleo prioritario de la no violencia, desarrollando acciones con un doble sentido: revolucionarias (que buscan destruir el sistema y crear uno nuevo más acorde con la vida humana) y reformistas (que buscan incidir en los aspectos cotidianos de la vida, promoviendo mejoras dentro del sistema que se combate, para que la gente sienta como algo propio el movimiento disidente).
b) Debemos trasladar a nuestros análisis el concepto de posttotalitarismo expuesto en este libro, pues es el que mejor nos informa de la dinámica propia del sistema actual de dominio y negación del individuo: como bien supone nuestro autor, las democracias representativas incluyen un resurgir de anatemas contra el desarrollo libre y totalizado de la sociedad civil (cooptación de asociaciones anteriormente transformadoras, etc…).
c) Vivimos en una sociedad donde el dogma de que el capitalismo y la democracia representativa son los mejores sistemas de organización de la sociedad, es obligatorio para llevar a cabo una vida normalizada: si actúas fuera de esos parámetros, te ningunean, te censuran, e incluso acabas con tus huesos en la cárcel o muerto fortuitamente por agentes del sistema (policía o ejército), o por paramilitares a su servicio (bandas de neonazis varias).
d) Se trata de un sistema monolítico en lo ideológico (las confrontaciones políticas quedan reducidas a meros cambios insustanciales, cuando no a meras peleas personalistas), uniforme en lo social y absolutamente disciplinado (la disidencia, por mínima que sea, es duramente castigada por el aparato represivo).
e) La vida de los ciudadanos del mundo es un mero ritual, instrumentalizado para enmascarar la hipocresía y sin razón de un sistema político injusto, represivo y anacrónico.
f) La progresiva, y casi completada infantilización de la masa, mediante consignas vacías, es el mascarón de proa de la democracia posttotalitaria en que vivimos (el fútbol, la política – espectáculo, el famoseo, etc…).
g) Es necesario articular mecanismos que permitan a la masa social informe, salir de la “vida en la mentira” en que está inmersa.
h) Por tanto, se produce una situación dicotómica, entre la verdad que expresan los variados movimientos sociales y sus alternativas a corto, medio y largo plazo, y la mentira, que es el sostén del sistema violentamente establecido y mantenido.
i) La crisis de identidad del individuo se traduce en un aumento de enfermedades mentales y adicción a las drogas (como vía de escape a la asfixiante alienación imperante), mientras dicha crisis provoca una apatía moral de la sociedad, donde todo vale para alcanzar el éxito dentro del sistema.
j) Hay que tener en cuenta que para que un grupo de oposición sea eficaz dentro del actual sistema, se deben dar las siguientes premisas: un intento continuo de vida en la verdad; expresión del desacuerdo pública y sistemáticamente; debe tratarse de un trabajo por y para la mayoría social; en un principio, se deben poner en marcha únicamente mecanismos defensivos (paralización de desahucios y despidos, defensa contra encausaciones judiciales, etc…); fomento del asociacionismo y sindicalismo en el seno de la sociedad, luchando contra la anatemización de dichas prácticas, que sólo favorece al poder.
k) Las principales actividades de los grupos de oposición deben ser de defensa de los derechos civiles y humanos contra los embites del sistema, mediante la solidaridad, el apoyo mutuo y la acción directa.
l) Mientras se llevan a cabo dichas acciones, se debe potenciar subrepticiamente el desarrollo de unas estructuras paralelas con el fin último de subvertir el orden establecido, conquistando el poder y llevando a cabo las reformas necesarias para que la vida humana se desarrolle en un ambiente propicio.
m) Estamos obligados, si queremos tener éxito en la tarea de transformación social, a realizar un arduo trabajo de reflexión sobre el hombre y sus características, trabajo que impone el sistema democrático posttotalitario imperante.
En conclusión, se trata de un libro válido para inferir enseñanzas fecundas para la labor revolucionaria en la actualidad que vivimos.
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"Basta de tanta habladera de paja!, FUERZA NACIONAL al poder"
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